Desarrollan dispositivos que ayudan a tratamientos contra enfermedades neurológicas
Boletín de prensa
152/2015
México, DF. 12 de marzo de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- El científico mexicano Francisco Valero Cuevas desarrolló, en la Universidad del Sur de California (USC), dos dispositivos que miden la habilidad motriz de las personas, lo cual ayudará a mejorar los tratamientos y terapias para atender enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o la parálisis cerebral.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el especialista en ingeniería biomédica y neurociencia detalló que estos equipos son objetos elásticos y deformables. Uno de ellos tiene sensores para medir la fuerza de los dedos.
“Con estos aparatos se mide la fuerza y la aceleración que está ejerciendo cada dedo de la mano. Esta información se manda a una computadora, la cual a través de un modelo matemático que diseñamos se puede ver y comparar la variación de fuerza de cada dedo y, de esta manera, ver detalladamente cómo cambió la destreza manual”, detalló el investigador.
Añadió que el otro dispositivo que diseñó es un objeto similar a un resorte que se tiene que apretar con la planta del pie, el cual tiene los mismos fundamentos que el aparato descrito anteriormente, solo que este mide la capacidad de destreza de las piernas relacionada con el caminar o actividades deportivas.
Destacó que los mecanismos que había para evaluar la destreza de las extremidades de las personas estaban enfocados solamente a niños menores de 10 años, porque se creía que hasta esa edad se dejaba de desarrollar la habilidad motriz.
“Lo que se sabía era que la conectividad en el cerebro seguía evolucionado y refinándose hasta los 25 años. Esto se había relacionado con ganancias cognitivas, pero no se sabía que las extremidades se beneficiaban de las mejorías que había a nivel cerebral, porque no habían las herramientas necesarias para medir ese avance”, señaló.
Con los instrumentos que el científico desarrolló, por primera vez se ha visto que la destreza en las extremidades sigue desarrollándose hasta la adolescencia tardía, que es alrededor de los 20 o 21 años, indicó el especialista.
VS/AT/LR/152/2015