Iniciativas científicas para mejorar la papaya
Boletín de prensa
7373/2018
Mérida, Yucatán. 23 de mayo de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Moisés, hijo de un productor agricultor, se dedicó desde temprana edad al cultivo de tomate, calabaza, chile habanero y diversos frutos, pero uno de los más importantes en su carrera fue el cultivo de papaya (Carica papaya), en el que incursionó en 2007.
La primera vez sembró aproximadamente nueve hectáreas de papaya maradol y posteriormente papaya mulata. Color, sabor y buena producción eran las características que se buscaban de aquellos cultivos. Las segundas ofrecían tamaños más grandes, pero resultaban excesivos para el mercado nacional y estadounidense, al que se exportaban mayormente.
“En 2010, los norteamericanos cerraron la importación de papaya. Se pusieron demasiado estrictos en los requerimientos del mercado. Eso generó un desplome en los precios de la fruta. Desgraciadamente, a mi empresa la agarra con una producción de 60 hectáreas de papaya, teníamos una fuerte inversión de entre seis y siete millones de pesos, y no se pudo recuperar prácticamente nada”, relató a la Agencia Informativa Conacyt.
Para Jorge Santamaría Fernández, adscrito al Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), pese a que México es el principal exportador de papaya a nivel mundial, 90 por ciento está dirigida a Estados Unidos, por lo que los cambios en las políticas de importación de este país afectan gravemente la producción mexicana. “Hay que diversificar, pero no es tan fácil porque se tiene que desarrollar un producto adecuado a otros mercados”, expresó.
A esto se suma la carencia de material genético, la susceptibilidad a altas temperaturas y al estrés hídrico, la incidencia de enfermedades y los altos costos de producción, pues para llegar al corte de los frutos se requieren entre siete y ocho meses, mientras que otros cultivos —como tomates y pimientos— requieren 85 días aproximadamente.
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