La extinción de los grandes cerebros
Boletín de prensa
7973/2017
Ciudad de México. 5 de septiembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).-Podría decirse que el ser humano tiene un gran cerebro. Y no solo por su kilo y medio de peso, el cerebro ha dado al Homo sapiens, el humano pensante, herramientas para poblar todos los continentes del planeta; para aprender y crear desde minúsculos haikus, que conmueven hasta las lágrimas en 17 sílabas, hasta sondas espaciales que le permiten estudiar los astros y enviar mensajes esperando que seres intergalácticos los descifren. Pero en la actualidad, un gran cerebro puede convertirse en una desventaja para las especies animales no humanas en la Tierra.
Un cerebro es costoso, al inicio de la vida hay que proveerle energía para que crezca y se desarrolle, y hay que mantenerlo en la adultez, explica Alejandro González Voyer, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Por el alto costo energético del cerebro, las crías necesitan más tiempo para desarrollarse, volverse independientes y entrar a la etapa de reproducción, así que la reproducción de la especie se vuelve más lenta.
Entonces, lo que en el pasado pudo ser una ventaja —crías y adultos con mayor capacidad de aprendizaje y flexibilidad en el comportamiento—, en las condiciones actuales —explotación, pérdida de hábitat y contaminación— resulta ser una desventaja, esto, según los resultados de una investigación que realizó Alejandro González junto con los científicos Manuela González Suárez, Carles Vilà y Eloy Revilla, de España y Reino Unido.
AN/AT/FV/7973/2017