Raymundo Padilla, en busca de la raíz de los desastres
Boletín de prensa
8349/2018
Colima, Colima. 12 de noviembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- La experiencia del terremoto del 19 de septiembre de 1985 se convirtió, a la larga, en una motivación para que el ahora doctor Raymundo Padilla Lozoya decidiera dedicarse a la investigación académica sobre riesgos, aunque en el futuro se enfocó profesionalmente en la investigación de los desastres asociados a huracanes.
En ese tiempo, Raymundo Padilla tenía once años de edad y vivía en Tuxpan, Jalisco. Ante las versiones de que la vecina población de Ciudad Guzmán había sufrido grandes afectaciones, su padre y demás familia viajaron a ese lugar para observar lo ocurrido y entonces quedó impactado por los daños que percibió, en algunas manzanas era posible ver de un lado a otro de la cuadra porque colapsaron todas las viviendas.
En 1992, iba llegando al centro de Guadalajara, cuando escuchó las explosiones del 22 de abril, y el drama de esas víctimas fue muy conmovedor en su memoria; posteriormente, en octubre de 1995, cuando ya estudiaba la licenciatura en periodismo en la Universidad de Colima (Ucol), atestiguó el movimiento del intenso sismo y un día después fue a observar los restos del colapsado hotel Costa Real de Manzanillo, en el que hubo más de 30 muertos; y en 2003, mientras cursaba la maestría en historia en la misma institución, presenció los graves daños ocurridos durante el sismo del 21 de enero en la ciudad de Colima.
Como investigador, en 2011, el huracán Jova en Colima le mostró las vulnerabilidades locales en el espacio urbano y el huracán Patricia en 2015 le permitió analizar los impactos en espacios rurales costeros.
Al estudiar la maestría, su profesor, el doctor e historiador José Miguel Romero de Solís, le recomendó analizar un desastre como parte de su tesis, donde podría vincular el periodismo y la historia, lo que dio como resultado su investigación sobre los impactos sociales del huracán del 27 de octubre de 1959, que azotó las costas colimenses con graves perjuicios en todo el estado, pero principalmente en Minatitlán, causando la muerte de uno de cada tres de los habitantes de ese pueblo.
PZ/SP/FV/8349/2018