Estudian efectos de contaminación por aluminio en plantas de cafeto y chile habanero
BOLETÍN DE PRENSA
041/2014
México, DF. 26 de noviembre de 2014 (Agencia Informativa Conacyt-MCT Noticias).- El cafeto, que es el nombre con el que se conoce a la planta del café, es el segundo producto que cotiza en la bolsa de valores a nivel mundial, solo detrás del petróleo. México es el productor número uno de café orgánico (producido sin el uso de agroquímicos) y existen aproximadamente 50 mil familias que dependen de su cultivo y procesamiento, de acuerdo con información de la Secretaría de Agrícultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Por otro lado, el chile habanero es un producto de gran importancia para el estado de Yucatán y para diversas industrias, la capsaicina de este chile –componente químico que le da la propiedad picante– es de suma relevancia para la fabricación de aerosoles de defensa personal, pinturas, entre otros productos.
Ante la relevancia de ambos cultivos, especialistas del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) analizan cómo interactúan las células de ambas plantas con el aluminio para conocer cuáles son sus mecanismos de defensa ante el elemento químico, identificar los efectos tóxicos en ambos cultivares y, con dicha información, determinar líneas de investigación celular de especies y variedades de chile habanero y cafeto que sean más resistentes a los efectos nocivos de dicho elemento.
El proyecto se llama Sistema de transducción de señales a través de fosfolípidos y las posibles repercusiones biotecnológicas en dos cultivos de interés comercial, es coordinado por la doctora e investigadora Soledad María Teresa Hernández Sotomayor del CICY y financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Este sistema lo utiliza la célula de las plantas para percibir señales externas y determinar si una sustancia será introducida al interior de ella. Los fosfolípidos son compuestos grasos de la membrana que componen la capa que recubre la célula y permite que agentes externos entren o salgan.
En este caso, lo que ha de identificar la célula es el aluminio. Luego de varios análisis, los científicos establecerán hasta qué punto logra permear la membrana de la célula de ambos cultivares y ubicar los efectos perjudiciales del elemento químico.
Entre los resultados obtenidos hasta el momento, se ha encontrado que el aluminio, en su forma soluble, puede modificar algunas proteínas de ambas plantas, esto derivado de un desbalance en la membrana plasmática de las células. "Muchos de los compuestos de dicha membrana son lípidos o ácidos grasos que, al romperse, pueden alterar la expresión de algunas características genéticas e inducir la muerte de la célula", explicó la doctora.
Cuando el aluminio soluble se mezcla con la tierra donde está cultivado chile habanero o cafeto, las raíces de estas plantas lo absorben y se producen consecuencias perjudiciales como disminución del tamaño de la raíz, que conlleva a no lograr absorber por completo los nutrimentos y a reducir el rendimiento de dichos cultivares.
Asimismo, la doctora Hernández Sotomayor expresó que el problema no solo radica en el estado soluble del aluminio, sino que los cambios en las condiciones del suelo derivados de un mal manejo de este, y fenómenos como la lluvia ácida contribuyen a que la membrana de las plantas sea permeada por el aluminio.
Por el momento, a nivel laboratorio, el grupo de investigación genera modelos de cafeto y chile habanero que son sometidos a aluminio soluble y así poder estudiar sus efectos. El objetivo de desarrollar líneas de investigación celular en el laboratorio es tener plantas tolerantes al aluminio y contar, de forma experimental, con tallos de cafeto y chile habanero para cultivarlos en campo abierto, añadió la científica.
En este proyecto colaboran más de 10 investigadores a nivel nacional e internacional. Ha contado con la participación de científicos de la Universidad de Barcelona, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad de Ámsterdam, además de doctores y estudiantes de posgrado del CICY.
LS/AT/LR/041/2014