Sofía Luna y su ciencia artística
Por Francisco Torres
Monterrey, Nuevo León. 17 de septiembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Combinar la ciencia y el arte podría parecer difícil, pues es complicado asociar la estética con el método científico, o las corazonadas con la rigurosidad de un artículo científico. Sin embargo, Sofía Luna, en lugar de optar por solo una de las dos, decidió hacerse un camino donde ambas disciplinas no la dejaran de acompañar.
“Siempre me llamó la atención el porqué de las cosas, más que nada por curiosidad de los objetos y la naturaleza. Sentía atracción por cómo sucedían ciertas situaciones, desde cómo se hacía el fuego hasta cómo se comportaban los animales. Entonces seguí por la línea de cómo funcionaban las cosas, pero no solo en lo técnico, sino también en lo estético".
El abanico tan amplio, el cual incluía curiosidad, pasión por los colores y la búsqueda incesante por el conocimiento, hicieron que la elección de carrera no fuera una decisión del todo sencilla. En la preparatoria quería estudiar artes plásticas, diseño industrial y ciencias forestales. Sin embargo, decidió dejar de lado las forestales, para enfocarse en el diseño industrial, aunque no sabía que las artes entrarían también a sus estudios.
“Escogí diseño industrial porque, de alguna manera, incluía esta parte de los objetos que a mí me llamaba la atención, pero también tenía la parte estética. Y si me hubiera quedado en artes plásticas, pues solo hubiera tenido esa última parte”.
El diseño como ciencia… artística
Una vez que tomó la decisión, Sofía Luna ingresó a la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) para cursar la carrera en diseño industrial, pero las cosas no fueron como ella esperaba… al menos al inicio.
“Cuando entré a la licenciatura… no me gustó. Los primeros semestres no se me hicieron lo que esperaba, porque ya tenía muy claro el perfil de egreso, pero no se me hacía muy útil lo que me enseñaban con lo que me decían que iba a hacer. Pero era el inicio, y a lo mejor no tenía la madurez para entender que era ahí donde aprendía las bases para después estructurar los proyectos a los que me quería dedicar”.
Fue en los últimos semestres cuando comenzó a tomarle gusto al diseño industrial, tanto que después impartiría clases de ese mismo programa. Precisamente por eso cursó la maestría en artes con especialidad en educación, en la Facultad de Artes Visuales de la UANL.
“La estudié porque me faltaba formación en humanidades, ya que en la carrera había tenido el aprendizaje técnico. Me llamaba la atención la especialización en educación, porque quería enseñar lo que había aprendido”.
La complementación de sus estudios de diseño industrial con la cuestión artística no fue para nada complicada, debido a que siempre fueron dos disciplinas que encontró relacionadas y por las cuales se sentía apasionada.
“Algo que me ayudó es que en la carrera de diseño se ve mucho al ser humano, y por eso quería profundizar en eso. Como tratas con usuarios, pues me ayudó a entender más las necesidades y pensar en soluciones que cubran al cien por ciento eso. Porque la empatía te ayuda a detectar más fácil qué es lo que la sociedad requiere”.
El arte y la ciencia en un pizarrón
Concluida su maestría, Sofía Luna decidió cursar un doctorado en arquitectura, diseño y urbanismo, en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, lo cual le permitió tener un panorama más amplio sobre su enfoque.
“La ventaja de este doctorado es que tú podías seleccionar la línea que venías desarrollando, que en mi caso era el diseño, especializado en la educación”.
Terminado el doctorado, dar clases fue el siguiente paso, donde pudo darse cuenta de que no existía mucha teoría del diseño desarrollada.
“Actualmente la teoría sobre el diseño se basa en la vieja escuela, y no hay nuevas generaciones. Por eso me he estado dedicando a desarrollar investigaciones enfocadas en el diseño, además de impartir clases”.
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.