Alicia Chaparro, psicóloga apasionada por la educación
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. 3 de junio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Con la visión de desarrollar aportaciones para que los docentes cuenten con más herramientas para su desempeño, Alicia Chaparro Caso López, investigadora y coordinadora de Posgrado del Instituto de Investigaciones y Desarrollo Educativo (IIDE) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), comenzó desde temprana edad a involucrarse en proyectos del ámbito educativo.
Alicia Chaparro se describe como 100 por ciento “puma”, sus estudios de licenciatura, maestría y doctorado los realizó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), guiada por el doctor Héctor Ayala Velázquez, quien fue su vínculo con el mundo educativo y la investigación.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, relata que desde muy joven, cuando cursaba apenas el tercer semestre de licenciatura, comenzó a trabajar con quien se convirtió en su tutor durante toda su trayectoria académica en la UNAM.
“Él fue quien me empujó a las escuelas, tuve un poco de resistencia pero al final me empezó a gustar mucho. Estar en el escenario educativo, en el salón de clases, darte cuenta de lo que los maestros hacen para muchas cosas… me empezó a gustar y mis tesis fueron sobre eso”, comenta.
Para la investigadora con una trayectoria de más de 15 años, fue una sorpresa encontrarse dedicada a estudiar los procesos relacionados con el sector educativo, ya que ingresó a la carrera de psicología con el interés de dedicarse a la psicología clínica.
Pero cuando concluyó la licenciatura ya había colaborado en investigaciones relacionadas con educación y sus estudios posteriores de maestría y doctorado fueron en psicología experimental con énfasis en educación.
“Mis tesis de maestría y doctorado fueron en ambientes educativos; mi tesis de maestría estuvo enfocada en la evaluación de un programa para el control de la conducta en el salón de clases, y mi tesis doctoral fue la evaluación de un programa de tutoría entre compañeros para la corrección de problemas de escritura y matemáticas”, comparte.
Paralelo a su formación académica, estuvo involucrada en temas relacionados con evaluación, por lo que se adentró a los aspectos psicométricos de la evaluación.
Poco antes de terminar el doctorado comenzó a trabajar como técnico académico en la UNAM y posteriormente hizo colaboraciones con instituciones privadas como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad del Valle de México.
Soluciones para los docentes
Entre las primeras problemáticas que identificó Chaparro Caso López cuando inició sus investigaciones, es que la dificultad principal que enfrentan los maestros para enseñar es la conducta de los estudiantes, lo que en muchas ocasiones les impide terminar actividades.
Esto pudo percibirlo desde su tesis de maestría, que consistió en la adaptación de un proyecto estadounidense llamado “Juego de la buena conducta”.
“Había un niño en uno de los salones en los que aplicamos esto, un niño de segundo de primaria que no lograba el maestro que se quedara en el salón y cuando estaba dentro del salón era para golpear a sus compañeros; con este juego de la buena conducta logramos que el niño se quedara en el salón, logramos no solamente que estuviera en el salón sino en su lugar sentado, a mí me dio mucha satisfacción ver cómo estas estrategias funcionaban”, relata.
Tal fue el éxito de la experiencia, que autoridades del sector educativo comenzaron a llamarla para que capacitara a maestros que se enfrentaban con este tipo de problemáticas.
Además de la conducta, identificó que en la educación existe el problema con los niños que tienen bajo rendimiento, sin que los maestros cuenten con herramientas para que los alumnos que se atrasan alcancen el estándar y que sigan avanzando los que van cumpliendo de forma adecuada.
“Aplicamos un procedimiento que se llamaba ‘Todos siendo tutores’, un programa de tutoría en el que participaban todos los niños del salón y vimos que funcionaba muy bien; los niños trabajaban unos con otros y practicaban, entonces los niños que sabían reforzaban su aprendizaje y ayudaban a sus compañeros”, recuerda la investigadora.
Investigaciones en el IIDE
A raíz de su integración al IIDE, Alicia Chaparro ha trabajado con dos temas principales: convivencia escolar y caracterización de las buenas prácticas de las escuelas de alto valor añadido.
En este último tema se incorporó por invitación de un investigador español que solicitó al IIDE la réplica de una investigación que él desarrolló en su país, para lo cual solicitaron y recibieron financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
“De lo que se trata es, con una parte estadística y una de análisis cualitativo, identificar a través de técnicas las prácticas de escuelas que tienen un desempeño por arriba de lo esperado”, explica la coordinadora de posgrado.
Refiere que tradicionalmente en los estudios se ha mostrado que hay una relación directa y lineal entre el nivel socioeconómico y el desempeño académico de los estudiantes; sin embargo, el estudio a su cargo detecta aquellos planteles que tienen un nivel más alto del que de acuerdo a sus condiciones podrían alcanzar.
“Hay escuelas que hacen más allá de lo que se esperaría de ellas, esas escuelas las seleccionamos y nos fuimos a hacer encuestas con los supervisores escolares y los directores para saber qué es lo que hacen e identificamos prácticas de diferentes categorías”, precisa.
Alicia Chaparro Caso López trabaja actualmente en el proyecto de investigación titulado Convivencia escolar, el cual es financiado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
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