Jesús Gómez Serrano, historiador de lo local
Por Tomás Dávalos
Aguascalientes, Aguascalientes. 8 de julio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Jesús Gómez Serrano, profesor investigador del Departamento de Historia de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), sostiene que la historia local enriquece a la gran historia, y si bien algún tiempo fue el “patito feo” de la academia, es un género que se cultiva desde hace mucho tiempo en el país.
Señaló que en los últimos 30 o 40 años se ha registrado una profesionalización de los historiadores de lo local y regional, ya no son aficionados sino gente formada académicamente, quienes han atendido temas que habían sido ignorados, los cuales tienen que ver con el desarrollo de las comunidades locales.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el autor de más de una veintena de libros habla sobre su propia historia, de su formación académica y las líneas de investigación que ha desarrollado en el ámbito profesional.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo empezó su gusto por la historia?
Jesús Gómez Serrano (JGS): Ingresé a la carrera de sociología en 1976, en ese tiempo la Universidad Autónoma de Aguascalientes solo ofrecía 13 carreras, a mí me interesaban las humanidades: me gustaba la filosofía, la historia, no me gustaba tanto la sociología, pero era la única carrera afín a mis intereses, esa es la razón por la cual ingresé a ella.
Ahora bien, yo formaba parte de la primera generación de estudiantes de sociología, y el trato que se nos dio fue un poquito diferente. El plan de estudios contemplaba dos áreas de especialidad, nos dio oportunidad a los alumnos de decidir cuáles áreas queríamos, la mayor parte se fue a sociología rural y el resto propusimos que se creara un área terminal en historia.
De hecho, la tesis con que me recibí como licenciado en sociología es una tesis de historia, se llamó Minería y metalurgia en Aguascalientes, 1890-1930.
AIC: ¿Qué líneas de investigación seguiste después de graduarte?
JGS: Después de ese trabajo sobre minería me empezó a interesar la historia rural, pero me interesaba sobre todo el siglo XX, la reforma agraria, la destrucción del latifundismo y el ascenso de la propiedad ejidal.
Antes de ingresar a la maestría me quedé cinco a seis años en Aguascalientes trabajando en el archivo histórico como investigador, y este interés por el tema de la propiedad de la tierra me llevó a siglos anteriores; entonces, en lugar de trabajar el siglo XX, empecé a trabajar el siglo XIX, que algunos autores definen como la época de mayor esplendor de las haciendas mexicanas.
Comencé a hacer monografías, una, por ejemplo, sobre la Hacienda de Pabellón, otra sobre la Hacienda de Paredes, alguna monografía sobre el pueblo de indios de San Marcos, otra sobre el mayorazgo Rincón Gallardo, su disolución, algo que tuvo lugar en 1861 a pesar de que los mayorazgos habían sido abolidos por las leyes desde las Cortes de Cádiz, este latifundio se mantuvo intacto por voluntad de su último propietario, José María Rincón Gallardo, quien finalmente decidió deshacerlo, repartir las haciendas entre sus hijos y vender cientos de sus ranchos en el Llano de El Tecuán a sus antiguos arrendatarios. Fueron el preámbulo de mis estudios de posgrado.
AIC: ¿Continuaste con este estudio en el posgrado?
JGS: No, fui abriendo en los años ochenta muchas líneas de investigación, en algunas profundicé, esto se materializó en productos concretos, artículos o libros, y en algunas otras solo quedaron insinuadas como terrenos desconocidos en los que había hecho incursiones iniciales.
Uno de los terrenos en los que me interesé es en la historia política, me interesaba la forma en que Aguascalientes se había convertido en un estado de la república.
Hay también un tema importante que debo mencionar: la doctora Eugenia Meyer se convirtió en directora del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, cuando ella lo tomó, en el sexenio de Miguel de la Madrid, el instituto era muy pequeño, pero ella, con el entusiasmo que la caracterizaba, transformó el Instituto Mora en lo que ahora es: una institución grande, vigorosa, importante (…) Ella tenía un proyecto que seguramente fue inspirado por Reyes Heroles, el proyecto consistía en hacer historias del liberalismo a escala regional y estatal, entonces me contactó y me pidió que me hiciera cargo de este proyecto en Aguascalientes.
Entonces había que hacer una bibliohemerografía comentada, una síntesis histórica del siglo XIX y una antología, yo empecé a trabajar con ella y por ahí fue como me empecé a interesar en las cosas políticas. El resultado de este proyecto fue algo bastante más grande de lo que se había propuesto en un principio, no se publicó una síntesis histórica de Aguascalientes en el siglo XIX sino una gran historia de cuatro tomos y siete volúmenes que se llamó Aguascalientes en la historia, de la que yo era autor casi en su totalidad.
AIC: ¿Cómo pasaste a la docencia?
JGS: En diciembre de 1992 hubo la suerte de que se concursaran unas plazas en la Universidad de Aguascalientes, yo concursé, me dieron la plaza que conservo de profesor del Departamento de Historia, que se acababa de crear, y en 1993 mi primera tarea fue retomar lo de la maestría, hacer la tesis, la cual después se convirtió en un libro publicado por el Conaculta, que se llama La creación del estado de Aguascalientes 1786-1853, una historia política.
AIC: ¿Qué te han dejado estos más de 30 años como historiador?
JGS: Yo creo que el trabajo como docente, como investigador, es maravilloso, agradezco tener un trabajo en el que me pagan por hacer lo que me gusta, que es leer, investigar y publicar. A mí me ha dejado muchas satisfacciones, he hecho una carrera como historiador y he podido hacer una serie de aportaciones a la historiografía mexicana, más específicamente a la historiografía regional, y eso para mí es muy satisfactorio.
Jesús Gómez Serrano |
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