Adrián Bonilla-Petriciolet, divulgador y formador de científicos
Por Tomás Dávalos
Aguascalientes, Aguascalientes. 19 de agosto de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Adrián Bonilla-Petriciolet, profesor investigador del Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA) —que forma parte del Tecnológico Nacional de México (Tecnm)— y miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), ha dedicado los últimos 15 años de su vida al estudio y difusión de la ciencia.
Se ha especializado en áreas del conocimiento como el desarrollo de procesos de absorción para los contaminantes del agua, la termodinámica aplicada, así como la optimización global, diseño y modelación de procesos.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, narra sus inicios como investigador, compara las condiciones del pasado y el presente para hacer ciencia en México y describe el papel de los catedráticos en la formación de nuevas generaciones dedicadas al estudio.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo inició tu gusto por la investigación?
Adrián Bonilla-Petriciolet (ABP): Fue aquí en el Tecnológico, yo soy egresado de la licenciatura en ingeniería química, ingresé en 1994 y terminé a finales de diciembre de 1998, para ese tiempo me tocó participar con el profesor Rodolfo Trejo Vázquez, que es profesor de aquí del instituto, trabajando en proyectos del área de remoción de fluoruros, y de ahí pues bueno me gustó la situación.
No tenía claro si quería hacer un posgrado, pero bueno, se dieron las condiciones y también tenía la disyuntiva de si irme fuera del país, porque era una situación que se podía presentar, o quedarme aquí en México a hacer el posgrado, y al final de cuentas decidí hacerlo en el Tecnológico de Celaya (también parte del Tecnm).
AIC: En un inicio, ¿cuáles fueron las líneas de investigación que exploraste?
ABP: Trabajamos en la parte de fluoruros, Aguascalientes tiene problemáticas en fluoruros desde que se pueden cuantificar, si lo queremos ver así, y en ese momento el doctor Trejo, cuando estuvo haciendo actividades de investigación en el instituto, trabajó en esa área y estaba bajando recursos de diferentes convocatorias y yo me incorporé a esos proyectos como becario.
Es una línea que hasta la fecha sigo trabajando y desarrollando, obviamente inicié con él pero le sigo dando continuidad, son varias áreas las que manejo: termodinámica aplicada, que es mi formación de doctorado y la sigo desarrollando, que básicamente es en la parte de simulación, desarrollo de métodos numéricos; la parte de optimización global y multiobjetivo para procesos, que es algo en lo que incursioné en el doctorado por consecuencia de lo que hacía y que ahorita también estoy trabajando; y la parte de desarrollo de materiales para tratamiento del agua.
AIC: ¿Cómo incursionaste en estas áreas de investigación?
ABP: Ha sido curiosidad, necesidad y circunstancia. En el caso de termodinámica, cuando me fui a hacer mis estudios de doctorado en el Tecnológico de Celaya, el mejor asesor que había era del área de termo, y bueno, fue algo que me gustó, aprendí mucho ahí, y eventualmente por el tipo de proyecto que estuve desarrollando en el doctorado tuve que aprender otro tipo de herramientas y me metí en la parte de optimización y le vi el potencial para modelar diferentes procesos. Y en el caso de lo que ha sido el tratamiento de aguas, desde la licenciatura he estado involucrado.
AIC: ¿Es difícil adentrarse en las labores de investigación?
ABP: No es difícil, ha cambiado el contexto, creo que ahora es mucho más fácil, yo en su momento si hubiera tenido la oportunidad de que hubiera un programa de posgrados en Aguascalientes, me hubiera quedado; en ese momento no había doctorados en el área de ingeniería, de hecho el primer doctorado en el área de ingeniería lo tenemos nosotros en el Tecnológico, que fue en el 2012 cuando lo iniciamos, reconocido por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y, en ese sentido, me fui a final de cuentas al Tecnológico de Celaya.
De repente hay la percepción que la ciencia en México es difícil de hacer, y yo creo que a lo mejor hace 15 o 20 años era el caso, ahorita hay muchas fuentes de financiamiento, hay muchos apoyos, hay diferentes maneras.
AIC: ¿Has tratado de difundir entre tus alumnos el gusto por la investigación?
ABP: Sí (...) Anteriormente cuando hacías un programa de doctorado y terminabas, si salías con un artículo en JCR era todo un milagro, ahorita los muchachos salen con cinco o seis publicaciones. Antes, ingresar al Sistema Nacional de Investigadores cuando recién salías era más complejo porque no tenías la cantidad de productos, ahorita la gente viene saliendo con más capacidades, eso es una realidad.
AIC: ¿Cómo ves el futuro de las próximas generaciones?
ABP: Mucho mejor, pongo mi caso: mi laboratorio empezó con un escritorio y cuatro vasitos, ahorita tenemos un laboratorio que tiene prácticamente un millón de dólares invertidos en puro equipamiento.
La gente que estuvo detrás de nosotros dejó las condiciones para la posición en la que nos encontramos ahorita, nuestra obligación como investigadores es dejar las bases para que a las nuevas generaciones les sea más fácil su trabajo.
Más competitivo sí, pero también la calidad se ha incrementado bastante y, sobre todo, tenemos competencia para poder hacer muchas cosas, eso es una realidad. Yo lo que siento es que si queremos detonar algunas cosas de la producción científica tiene que haber mucha inversión, pero es un hecho que las generaciones que vienen van a tener mejores condiciones.
AIC: En lo personal, ¿qué has aportado para sentar estas bases de las que hablas?
ABP: Bueno, ya me está tocando, he incorporado a varias personas por medio de Cátedras Conacyt, he conseguido tres proyectos diferentes. ¿Qué son?, son jóvenes investigadores que se incorporan a hacer investigación, esos chicos llegaron con laboratorios que están equipados y que nos permiten las condiciones para tener una producción científica constante.
En mi caso, yo me tengo que retirar a lo mejor en 20 o 25 años, pues yo voy a dejar un conjunto de personas formadas y con condiciones muy diferentes a las que a mí me tocó formarme, entonces en ese sentido mi obligación es darles condiciones, apoyarlos, tratar de establecer vínculos. Algo que se está buscando es que nuestros estudiantes salgan al extranjero a hacer estancias, a pesar de estar inscritos en programas nacionales, que los mandemos a través de programas de Conacyt, que son becas mixtas a hacer estancias de dos o tres meses, ¿eso qué permite?, pues obviamente un comparativo, al estudiante le da una perspectiva diferente y también le permite establecer vínculos que eventualmente le van a ayudar en su vida académica.
AIC: ¿Qué líneas de investigación consideras que hay a futuro en la química?
ABP: Muchísimas, sigue habiendo retos. En el área de la ingeniería química tenemos muchas aportaciones, problemas energéticos que está viviendo el país, necesitamos energías sustentables, pues eso involucra tanto mecánicos, eléctricos, ingenieros químicos, también administradores, incluso parte de otras ciencias básicas. Ahorita se está trabajando con biocombustibles como una fuente alterna de energía, entonces hay mucho que hacer, el conocimiento sigue, entonces eso es lo bonito de la investigación, cada vez que encuentras algo te genera nuevas preguntas.
AIC: ¿Qué te han dejados estos años que te has dedicado a la investigación?
ABP: Mucha satisfacción, he aprendido mucho, el hecho de tener estudiantes también te llena, todos los días son nuevos retos, la gente que se quiere dedicar a la investigación tiene que entender: esto es un trabajo de todos los días, o sea, esto son los 365 días del año (…) Creo que la mayor de las satisfacciones es ver gente que estás formando, gente que está contribuyendo a la sociedad dentro de la función que haga.
Adrián Bonilla-Petriciolet |
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