Divulgación de la ciencia, una tarea conjunta para periodistas y científicos
Por Armando Bonilla
Ciudad de México. 17 de julio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- El Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018 (Peciti) plantea entre sus principales líneas de acción contribuir a la transferencia y aprovechamiento del conocimiento, vinculado a las instituciones de educación superior y los centros de investigación con los sectores público, social y privado.
De cara a ese gran objetivo, el documento estipula para el aprovechamiento del conocimiento a nivel social, la llamada comunicación pública de la ciencia, misma que se realiza a través de un amplio abanico de opciones, entre ellas, revistas, museos, planetarios, concursos, conferencias, programas de radio y televisión, solo por mencionar algunos.
Conacyt) el principal responsable de las estrategias de divulgación, a un nivel operativo existe el eterno debate de quién debe hacerse cargo de la divulgación científica, siendo los principales actores de la disyuntiva los propios científicos y los periodistas.
No obstante, aun cuando el Peciti plantea que es el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (En ese contexto, el doctor Juan Manuel Espíndola Castro, investigador titular del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que la divulgación de la ciencia debe ser una tarea conjunta entre periodistas y científicos.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, explicó que así lo entendió luego de realizar sus propios esfuerzos de comunicación pública de la ciencia a través de su participación en la colección La Ciencia desde México, otrora conocida como La Ciencia para Todos, del Fondo de Cultura Económica (FCE).
“Tuve la fortuna de ser invitado desde el principio de la serie que en ese momento se llamaba La Ciencia desde México y participé escribiendo un libro que se llama El tercer planeta. Edad, estructura y composición de la Tierra, donde trato de resumir nuestros conocimientos del planeta y donde intenté que fuera un texto comprensible para las personas jóvenes, con formación universitaria, pero sin ser especialistas”.
Detalló que al así hacerlo, se dio cuenta que los especialistas en determinadas áreas de la ciencia, al hacer divulgación se enfrentan al reto de no abusar de los tecnicismos. “Creo que la mayor tentación, de lo que se debe uno cuidar es no correr a las formulaciones técnicas (...) porque lo que es claro para uno —como especialista—, no lo es para cualquier lector”.
Ante ello, el investigador, que también es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), consideró que sí es posible que los científicos aborden temas de divulgación de una manera óptima y citó el ejemplo de Albert Einstein, quien "escribió un libro muy bonito sobre relatividad".
Sin embargo, explicó también que esa no es su tarea principal, ya que es ahí donde el periodista juega un papel muy importante y para que lo realice de la manera correcta tiene que adquirir una serie de conocimientos, una técnica especial para familiarizarse con términos técnicos y para empaparse de temas muy especializados.
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“El periodista cuenta con el conocimiento relacionado a la comunicación, la redacción de las ideas de una manera atractiva; incluso hay periodistas científicos extraordinarios que han escrito libros muy bonitos sin ser científicos”.
Señaló que esto —la tarea conjunta de científicos y periodistas al divulgar la ciencia— es algo que comprendió con el paso de los años y que es algo que intenta aplicar en sus esfuerzos recientes de comunicación pública de la ciencia. “Todos los trabajos de divulgación tienen un papel muy importante en la educación (...) La educación en un sentido más amplio se completa con los trabajos de divulgación”.
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