Los desafíos de la innovación
Por Dalia Patiño González
Puebla, Puebla. 14 de julio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- El concepto de innovación no se circunscribe solo a una invención sino que se trata de un término que refleja un proceso colectivo en el que las personas involucradas asumen cierta movilidad que les permite mediciones de eficacia, eficiencia, sustentabilidad y claridad en los recursos para poder implementar el nuevo modelo, así lo consideró en entrevista la maestra Mónica Cortiglia Bosch, directora general de Innovación de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Para la Agencia Informativa Conacyt, la funcionaria universitaria y también coordinadora de la región centro sur de la Red de Innovación en Educación Superior de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), destacó en entrevista que para que la innovación sea efectiva, esta no solo implica un cambio sino que tiene que sustentarse en un proceso sistematizado, con mecanismos de apoyo que ayuden a ser eficiente el proceso, y esto es un reto, dijo, que enfrentan las universidades y centros de investigación, así como las empresas, la sociedad y, por supuesto, el gobierno.
“La innovación es un asunto integral que no solo se debe relacionar con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, también aplica para otros ámbitos como la educación y pone sobre la mesa las preguntas de cómo generar condiciones que permitan una participación colectiva y plural, dando valor a lo regional, nacional e internacional, entre otros aspectos”.
En el caso de la educación, indicó que la visión de la formación integral es cómo abrir las diferentes dimensiones que proporciona la tecnología para que las persona se formen en todos los ámbitos, lo cual es un desafío, sobre todo para los docentes.
“El reto está no solo en la enseñanza y el aprendizaje sino en aprender a pensar y saber qué es el conocimiento y en qué momento voy a desarrollarlo e innovar. Hay que sistematizar el pensamiento desde la ciencia y eso implica aprender a pensar”.
Las consideraciones de la maestra Mónica Cortiglia Bosch se enmarcan en la celebración del Segundo Congreso Internacional de Innovación Educativa "Innovación para la formación integral", celebrado en la primera semana de junio, en la UPAEP.
“Hemos reflexionado en cómo interactuamos con estos elementos (las TIC), que son un medio y no un fin para nuestros jóvenes y no tan jóvenes que a partir de un dispositivo aprenden, y cómo este medio les ayuda a tener la oportunidad de una formación integral. Lo que deducimos entonces es que hay que buscar un equilibrio para que los estudiantes tengan en cuenta el uso de la tecnología para interactuar, pero también sepan que hay momentos en los que hay que detenerse para pensar y replantear los procedimientos y los objetivos”, añadió la académica.
Modelos exitosos de innovación desde la universidad
Por su parte, el doctor Alfonso Gómez Morales, presidente ejecutivo del Centro de Innovación UC Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien también participó en este Congreso Internacional, declaró en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que desde la experiencia de la institución que representa, considerada una de las tres mejores universidades de Latinoamérica, la innovación y el emprendimiento son claves para lograr un desarrollo integral y sobre todo propuestas con valor que han permitido mantener vigentes sistemas productivos.
“Tenemos que quitarnos la idea del desarrollo de tecnologías rupturistas, como aquellas que solo pueden realizar los centros más sofisticados y con más recursos. La innovación social de pronto puede ser un tanto más valiosa cuando menos glamorosa es, pero que implica una propuesta de valor para una pequeña comunidad”.
Actualmente el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, creado a partir de una donación de 15 millones de dólares, trabaja como un espacio multidisciplinario donde convergen todas la carreras de la Pontificia Universidad Católica de Chile para promover una ecología pro innovación y emprendimiento, que impulsa proyectos de innovación como iniciativas de emprendimiento de alto impacto económico, social y cultural.
Al respecto, el doctor Gómez Morales explicó que su modelo se sustenta en tres pilares: un nuevo conocimiento (ciencia y tecnología), el diseño y el plan de negocios. El diseño se entiende como la creación vista desde la innovación tecnológica, mientras que el plan de negocios tiene que ser rentable y sustentable, donde exista el valor humano, ético y económico.
“Tenemos que entender que lo novedoso primero tiene que ser un fenómeno muy transversal que tiene que ver con los grandes desarrollos científicos y tecnológicos pero también tiene que ver con el diseño y con concebir nuevas maneras de ver y crear valor de hacer negocios como territorio fértil para el desarrollo de nuevos emprendimientos y para una nueva comunicación, entre estos, el estado, la gran empresa, las organizaciones sociales y, en definitiva, tiene que ser un trabajo simultáneo que comprometa a toda la sociedad”.
Participación mexicana
El doctor Gómez Morales destacó finalmente la importancia de colaborar con otras instituciones y con otros países. En ese sentido, refirió que ya hay colaboración con mexicanos emprendedores, quienes participan en el programa Brain Chile que busca acercar al mercado global un total de 34 ideas desarrolladas en laboratorios de Chile y México.
Indicó que en la versión 2017 de este programa se cuenta por primera vez con la presencia de cuatro equipos mexicanos, destacando los proyectos: tratamiento para la diabetes sin la necesidad de extraer sangre al paciente (Biosense Technologies: B-my watch) y un juego electrónico para niños con discapacidad visual (Smash-a-Ball).
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