Hacia una antropología mexicana de la infancia

Por Chessil Dohvehnain

San Luis Potosí, San Luis Potosí. 18 de mayo de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).-  El Colegio de San Luis (Colsan) ha coordinado el seminario Niños, infancia y parentesco: exploraciones encuentros y avances, a partir del cual se discuten los aportes de la antropología de la infancia y del parentesco, así como su importancia en las investigaciones antropológicas y para la sociedad también. 

Este seminario, que forma parte de la Cátedra Joaquín Meade del programa de Estudios Antropológicos, fortalece los resultados de distintas investigaciones de un equipo internacional que trabaja la antropología de la infancia en Europa, América Latina y África, con respaldo del Programa de Apoyo para Actividades Científicas, Tecnológicas y de Innovación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y del Institut de Recherche pour le Développement(IRD), en Francia.

Bajo el proyecto general titulado Infancia y patrimonio: transmisión, participación y desarrollo, se busca la investigación de las realidades de los niños con respecto a cómo es que ellos, en tanto sujetos activos en la investigación, construyen y practican no solo sus propias definiciones del patrimonio, sino también sus mecanismos y relaciones de adaptación al mundo. Un tema olvidado por la antropología hasta hace poco tiempo.

“Aquí el caso es reconocer la importancia de las investigaciones de los niños, porque los niños son seres que se van a convertir en adultos, pero mientras, ellos construyen y modifican la vida de familias y de las sociedades. Quienes tenemos hijos sabemos cómo se modifica la vida totalmente. Tienes que reorganizarte a todos los niveles. Los niños tienen iniciativa y creatividad”, afirma en entrevista la investigadora Neyra Alvarado Solís.

La también doctora en etnología por la Universidad de París X Nanterre comenta que con esta clase de trabajos se busca crear un conocimiento de impacto que pueda incidir en un mejor conocimiento de la sociedad en la cual los niños participan y a quienes se les transmiten los saberes, y para que las políticas públicas en todos los niveles de gobierno consideren la realidad de los niños y niñas en las sociedades.

En tal marco, la doctora Élodie Razy, acreedora de la Cátedra Institucional Joaquín Meade 2018, imparte un seminario con el objetivo de cuestionar la relación entre la antropología del parentesco y de la infancia a partir de distintas herramientas conceptuales y metodológicas, buscando profundizar el debate.

La doctora Neyra Alvarado busca contribuir con este proyecto a la construcción de una antropología de la infancia mexicana.“Nos interesa ver qué pasa con los niños en movimientos de población, en familias recompuestas o familias fragmentadas; cómo el Estado asume la responsabilidad de los niños abandonados. Son temas muy complejos pero estamos incidiendo con este trabajo colectivo para tratar de dar respuestas”.

Y es que desde distintos grupos de trabajo se busca conocer dicha realidad desde la mirada de los niños y niñas en diversos contextos. La investigación se enriquece con la participación de doctorandos que trabajan temas como la situación de niños con familias involucradas en la fabricación de pólvora, o con niños que migran a zonas agrícolas o que viven en albergues, e incluso con niños pames, indagando sobre la manera en que estos hablan de sí mismos en cuentos.

“Estas investigaciones pueden dar cuenta de los problemas puntuales que hay y cómo se podrían diseñar políticas que realmente funcionen, porque hay niños nahuas, mixtecos, pames, etcétera, entonces no son las mismas experiencias”, continúa la doctora, quien actualmente trabaja con niños gitanos que se mueven en el norte del país con sus familias en caravanas que se establecen temporalmente en un pueblo o ciudad.

La investigadora afirma que es necesario replantear el trabajo antropológico al permitir la participación activa de las personas y niños como sujetos activos en las investigaciones, más allá de la noción clásica de “objeto de estudio”, que le trajo muchos problemas epistemológicos a la disciplina por un buen rato.

Dentro del seminario se abordan cuestiones como los retos de hacer una antropología como esta, así como el papel de la creatividad de los niños en la construcción de relaciones de supervivencia en contextos hostiles. Pero también se han trabajado temas con respecto a la noción de restitución, que tiene que ver con lo que se “devuelve” a una comunidad o población a partir de una investigación antropológica, que puede ser desde acciones concretas y conocimiento, hasta gestos sencillos pero altamente significativos.

“A mí me pasó con una niña gitana. Su abuelo me pidió llevar a los niños al circo más cercano porque habíamos cambiado el campamento de colonia y había uno cerca. Entonces estaba muy cansada porque participé junto con todas las mujeres a cargar, limpiar, etcétera. Y acepté a llevarlos, entonces una niña me abrazó y me dijo 'tía Neyra'. Con este gesto me di cuenta cómo se puede tener acceso a los niños, especialmente a ella que era muy reacia”.

Otro caso es el de la doctora Élodie Razy, quien realizó su tesis doctoral con bebés de una aldea soninké, en Mali. La investigadora, cofundadora de la prestigiosa revista AnthropoChildren y que actualmente participa en una serie de proyectos colectivos internacionales, realiza investigaciones en México sobre el cuidado institucional del niño.

“Acá lo que nos interesa es saber si se concibe el patrimonio como lo que nos dice Unesco. ¿Y cómo lo vamos a lograr? Conociendo lo que es el patrimonio para los adultos y para los niños, que no va a ser lo mismo. Los niños te pueden repetir lo que dicen los adultos de distinta manera, pero ellos también pueden anexar, adicionar, e incluso innovar otra definición de patrimonio y practicarla. En ese sentido, los niños no son un objeto, son sujetos”, concluye.

 

 

Descargar fotografías.

Ver texto en pdf.

 

Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.

---