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El FIT une la ciencia con los empresarios mexicanos

 

Por Mercedes López

Ciudad de México. 27 de julio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Innovar, emprender y madurar un proyecto de base tecnológica fundamentado en conocimiento, son los principales pilares que toda empresa emprendedora debe tener. Para impulsarlas y motivarlas a crecer, el Fondo de Innovación Tecnológica (FIT) tiene como objetivo coadyuvar a la realización de esfuerzos de innovación a través de nuevos proyectos.

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El FIT es un fondo sectorial del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaría de Economía (SE) que, a través del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), promueve el apoyo a empresas establecidas que buscan generar un impacto en la sociedad a partir de la innovación y el incremento de su competitividad.

Teresa de LeonTeresa de León.En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Teresa de León Zamora, secretaria técnica del FIT, explicó que el fondo comenzó entre el año 2001 y 2002 cuando se lanzó la primera convocatoria, este ha ido madurando en su concepto, ya que su objetivo es detonar iniciativas que tengan un impacto en la economía y el desarrollo económico.

“El FIT va orientado a emprendedores que pueden ser personas físicas con actividad empresarial, micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) o startups. Lo que queremos es empujar a los emprendedores que están afuera a que se animen a crear sus empresas, a tomar sus emprendimientos y a madurarlos, compartiendo con ellos un riesgo; por una parte, porque muchas veces por ser una innovación que por estar en etapas muy tempranas no se identifica quién será el usuario y el cliente; y por la otra, el riesgo financiero que es donde el fondo pretende concurrir con los emprendedores”, especificó.

Destacó que este fondo se distingue de otros, ya que cubre una etapa en el ciclo de un producto o servicio mediante el apoyo de actividades de desarrollo y validación tecnológica y de mercado.

“Queremos llegar a un mercado científico-tecnológico que esté dentro de las universidades, los centros de investigación y de los laboratorios de desarrollo de las empresas, con el fin de motivar al personal a que sigan madurando sus invenciones, a que identifiquen bien cuáles son las actividades de desarrollo tecnológico y de gestión de tecnología que tienen que llevarse a cabo para que el proyecto vaya gestionando su desarrollo y el riesgo que conlleva”, puntualizó.

Dijo que los emprendedores deben estructurar propuestas muy concretas, en un máximo de dos años y en etapas de seis meses cada una, además de tener el acompañamiento del comité de evaluación y de otros factores del ecosistema.

Conocimiento que emprende

El FIT surge en el 2002 a través del Fondo Sectorial de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Económico, el cual concluye en el 2006. En esta etapa apoyó proyectos de desarrollo e innovación tecnológica en campos de aplicación industrial estratégicos, para fortalecer la competitividad de empresas establecidas en México.

Datos estadísticos

Desde el 2001, el FIT ha recibido alrededor de seis mil solicitudes. En cada convocatoria que se abre, se inscriben alrededor de 300 a 350 solicitudes, y se apoyan de 50 a 59 proyectos. El FIT tiene identificados alrededor de 50 casos de éxito. Una empresa tarda en concluir su desarrollo hasta 15 años.

“Hasta la fecha se han publicado 18 convocatorias y se han beneficiado a mil 31 emprendedores y pequeñas y medianas empresas (pymes). Tenemos muchos casos de éxito, y hemos realizado varias publicaciones en las que algunas universidades nos ayudan a estudiar cuáles han sido los resultados, los impactos, las áreas de oportunidad, y es ahí donde nos gusta promocionar los casos que tenemos”, expuso.

Del 2007 al 2009, el fondo se dirige a las mipymes y personas físicas con actividad empresarial como un instrumento de política pública, el cual fue creado para incentivar la inversión en investigación y desarrollo.

En ese tiempo fueron aprobados 172 proyectos, cuya convocatoria estaba dirigida a las mipymes y todas las solicitudes debían impactar en demandas de áreas tecnológicas específicas, tales como biotecnología, diseño y manufactura avanzada; dispositivos biomédicos, electrónica y telecomunicaciones, ingeniería mecánica, entre otros.

A partir del 2010 y hasta el 2014, el fondo se especializó y se enfocó hacia las pymes, además de las personas físicas con actividad empresarial que desarrollan actividades de innovación y desarrollo tecnológico.

“Es una convocatoria que llama mucho la atención, en las últimas tres convocatorias hemos derogado cerca de 500 millones de pesos y apoyado cerca de 113 proyectos, que es un 20 por ciento de las propuestas que ingresan, 30 por ciento de ellas se quedan por cuestiones de elegibilidad”, añadió.

Y especificó que estos datos pueden variar debido a que son proyectos aprobados pero no apoyados por cuestiones ajenas al fondo.

Aspectos innovadores

De acuerdo con la secretaria técnica del FIT, en las últimas dos convocatorias se han implementado aspectos innovadores para que más emprendedores se inscriban y reciban el apoyo. “En esta última elevamos el apoyo a 90 por ciento, lo hacemos porque queremos invitar al personal científico y tecnológico que se encuentra dentro de las empresas a que se animen con nuevos emprendimientos. Es fundamental la participación de los científicos, no queremos volver al personal científico y tecnológico empresarios, pero sí que participen, se involucren y conozcan los procesos de gestión y desarrollo de tecnología”, apuntó.

Mencionó que introdujeron de manera más estructurada los niveles de maduración de tecnología, con la idea de organizar las diferentes etapas por las que transcurre el desarrollo tecnológico hasta llamarlo un producto o servicio en el mercado, es decir, dar una herramienta para los proponentes, que sepan en qué etapa están con base en una guía publicada en la convocatoria.

“Otra innovación es un acercamiento muy puntual con fondos de capital privado, ahí todavía hay una falla de mercado en cuanto a este tipo de proyectos en los que invierte el Conacyt y el Inadem porque los proyectos los tenemos en etapas tempranas de maduración, es decir, prototipos que estamos validando a nivel laboratorio, lo que queremos es empujar y validar esos prototipos con características más industriales y validarlos con usuarios más reales que tengan nombre y apellido”, detalló.

Distancia de la ciencia con los empresarios

La secretaria administrativa del Inadem, Norma Lucero Mondragón Flores, destacó que por mucho tiempo se ha hablado de la distancia de la ciencia con los empresarios y que es difícil conseguir que la academia se acerque a ellos y se aprovechen los estudios, los análisis e investigaciones que se han realizado.

Norma Lucero MondragonNorma Lucero Mondragón.“El FIT pretende echar mano del conocimiento, la experiencia, la ciencia de Conacyt y acercarlo a los empresarios que son nuestra masa crítica como secretaría. En particular, el FIT es operado por el instituto y nuestro objetivo es impulsar actos de emprendimiento a personas físicas con actividad empresarial, lo podemos ver como el canal que une la ciencia, hace fluir el conocimiento y la experiencia para que los empresarios se aprovechen de ese conocimiento”, asentó.

Dijo que es interesante darse cuenta que existe una inquietud importante por innovar, y este fondo se abre a la comunidad empresarial dando una base para que ellos se den cuenta que innovar es algo que hay que hacer para vivir y continuar siendo productivo.

“Nos hemos dado cuenta que la comunidad empresarial está más atenta y sabe lo que es innovar. Esto de las redes sociales abre el mundo a la comunidad empresarial y se dan cuenta que en el mundo se están haciendo cosas que se pueden hacer aquí en México. Y lo que se hace en México también puede tener un impacto en el mundo”, agregó.

Respecto al papel que desempeña el instituto, expresó que históricamente han apoyado actos innovadores de las empresas por demanda libre, es decir, qué es lo que las empresas necesitan detonar para su proyecto innovador. “Es importante que sientan y adopten el conocimiento de que la innovación está en las manos de todos, a veces cuando hablamos de innovación hablamos de robots, del espacio, pero en realidad todos los días innovamos. Lo que necesitan los empresarios y los emprendedores mexicanos es no tener miedo a la palabra innovación, entender que es parte natural de nosotros cambiar las cosas para mejorar. Algunas cosas requieren de investigación, otras requieren estudios, se debe de arriesgar”.

 

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