Ingeniería genética contra la influenza aviar
Por Montserrat Muñoz
Guadalajara, Jalisco. 23 de junio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Un brote de influenza aviar H7N3 se detectó en granjas del estado de Jalisco en mayo de este año. Esta enfermedad es potencialmente devastadora; en 2014 supuso una pérdida de 12 mil millones de pesos y el sacrificio de más de 28 millones de aves.
Esta situación impulsó a que investigadores del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej), en colaboración con la empresa Laboratorios Avilab, desarrollaran una vacuna para el virus H7N3 de la influenza aviar, considerada como cepa de alta patogenicidad.
El doctor Abel Gutiérrez Ortega, investigador del área de Biotecnología Médica y Farmacéutica del Ciatej, señaló que esta vacuna consiste en la cápside de un virus vegetal, en la cual insertan pequeñas secuencias inmunogénicas del virus de la influenza H7N3.
El especialista, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), afirmó que, contrario a las vacunas convencionales, la propuesta que hacen no emplea virus atenuados a fin de evitar problemas de reversión.
Los investigadores utilizaron técnicas de ingeniería genética para desarrollar una plataforma para el diseño de vacunas, en la cual se forman proteínas de la cápside de un virus vegetal a partir de la bacteria Escherichia coli de forma recombinante.
“El virus vegetal está presente pero la seguridad de la vacuna es muy alta porque no tiene genoma, es únicamente la cápside, algo así como un cascarón. Por ello, la enfermedad no se puede replicar en el pollo. Sin embargo, el sistema inmune del animal reconoce fácilmente el cascarón de la enfermedad y produce la memoria inmunológica, como cualquier otra vacuna”, señaló el doctor.
El equipo colocó en la vacuna secuencias pequeñas de los epítopes más inmunogénicos del virus H7N3, que confieren protección de la influenza aviar.
Dr. Abel Gutiérrez Ortega Egresó como licenciado en biología por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y cursó el doctorado directo en ciencias en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav IPN), unidad Irapuato, con especialidad en biotecnología de plantas. Cursó un posdoctorado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con nivel I y su principal línea de investigación es la utilización de partículas vacías de virus vegetales como potenciadores de respuesta inmune, así como con la producción de proteínas recombinantes para vacunas inmunitarias en ganado. Desde 2006 se desempeña como investigador en el área de Biotecnología Médica y Farmacéutica del Ciatej. |
La versatilidad de esta plataforma permitió previamente la elaboración de una vacuna para ganado porcino contra el circovirus porcino tipo dos. Por otro lado, esta plataforma permite que el centro de investigación tenga una capacidad de respuesta rápida ante nuevas variantes que surjan de esta y otras enfermedades.
Patente compartida
El proyecto es financiado completamente por la empresa y se empezó a trabajar en enero de este año.
“Ahorita ya tenemos todas las construcciones genéticas y estamos por arrancar la producción de estos bastones. Terminando la producción de estos, vamos a entregarla a Laboratorios Avilab y ellos harán las pruebas para ver qué tan buenos son estos bastones en inducir una respuesta inmune, luego será enviado al laboratorio nacional del Senasica, el Cenasa, para su evaluación final”, agregó.
“Una vez que tengamos la vacuna, la empresa analizará si les conviene la formulación y lo que seguiría es crear el paquete tecnológico”, señaló el doctor Gutiérrez Ortega, quien acotó que el Ciatej compartirá con la empresa la solicitud de patente; en tanto, se está ponderando la publicación de un artículo.
En el proyecto participan también estudiantes de posgrado y han colaborado otros investigadores del Ciatej y del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), entre ellos, los doctores Laura Silva Rosales, Rodolfo Hernández Gutiérrez, Darwin Eduardo Elizondo Quiroga y Mauricio Carrillo Tripp.
La detección temprana, un reto
México es de los principales productores de huevo a nivel mundial y el primer lugar en consumo. Por esta razón, productores y autoridades regulatorias constantemente realizan chequeos zoosanitarios de las aves de corral, a fin de que no se ponga en riesgo la salud de los consumidores.
Sin embargo, uno de los grandes problemas del virus de la influenza aviar es su detección. Por ello, el equipo también trabaja en la creación de un método temprano de diagnóstico, esta línea está liderada por la doctora Tanya Amanda Camacho Villegas.
“Es importante generar estrategias que permitan una detección temprana del virus, para que no se tenga que sacrificar toda la producción. La idea es crear pruebas que nos permitan hacer un diagnóstico temprano o incluso preventivo, es decir, que se puedan aplicar cuando ingresas un nuevo lote de pollos para detectar que estén limpios para que no infecten a los ya existentes”, comentó la investigadora.
“La empresa está interesada en que desarrollemos anticuerpos que tengan la capacidad de reconocer esta molécula inmunogénica del virus. Estos anticuerpos pueden montarse en una prueba de flujo lateral o en inmunoensayos ligados a enzimas. El formato aún no está definido”, dijo la doctora.
Dra. Tanya Amanda Camacho Villegas Bióloga egresada por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), obtuvo la maestría en biotecnología marina en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), tras lo cual regresó a su alma máter para titularse como doctora en ecología molecular y biotecnología. Cuenta además con un posdoctorado y actualmente forma parte del programa Cátedras Conacyt en el Ciatej. Es candidata al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y su principal línea de investigación se refiere al uso de anticuerpos para generar moléculas con potencial terapéutico o de diagnóstico. |
La investigadora comentó que las pruebas actuales solo detectan el virus cuando el organismo ya está enfermo y no queda otra opción más que eliminar al animal. Estas requieren extraer sangre del ave y hacer una serie de estudios serológicos, utilizando un anticuerpo convencional para bloquear la hemaglutinina del virus de influenza.
“(Las pruebas actuales) no dicen de qué subtipo es el virus; para saberlo se necesitaría hacer pruebas más específicas y costosas”, agregó el doctor Gutiérrez Ortega.
Cómo se contagia la enfermedad
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) señala que la influenza aviar puede afectar a varias especies avícolas para el consumo, de compañía y silvestres. Existen varias cepas de virus de la influenza aviar que suelen clasificarse en dos categorías: influenza aviar poco patógena, que por lo general produce pocos signos clínicos o ninguno en las aves; e influenza aviar altamente patógena, que produce signos clínicos graves y/o alta mortalidad entre las aves.
Es considerado un problema mundial, toda vez que aves migratorias son portadoras de esta enfermedad y llevan el virus a diferentes regiones —México es parte de la ruta migratoria de gran cantidad de aves.
“En el pollo, el virus ingresa por vía mucosa, donde se empieza a multiplicar y entra al tracto respiratorio para empezar a dañar sus pulmones y alveolos, tras lo cual el pollo muere”, comentó el doctor Gutiérrez Ortega.
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