La ruta del éxito en biotecnología
Por Janneth Aldecoa
Culiacán, Sinaloa. 23 de enero de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Investigadores como Ángel Valdez Ortiz y David Ulises Santos Ballardo cuentan con diversas patentes registradas en los últimos dos años. Ambos son expertos en ingeniería genética, miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y trabajan en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Consideran que para que su trabajo trascienda, los productos que generan deben patentarse y comercializarse, solo así la sociedad se verá beneficiada adquiriendo productos con base científica y tecnológica.
Santos Ballardo fue alumno del doctor Valdez Ortiz. Su trabajo ha generado cinco publicaciones en revistas indexadas; mientras que el doctor Ángel Valdez Ortiz cuenta con 12 patentes en trámite, espera obtener los resultados en las próximas semanas.
“Las que ya están registradas y espero que pronto nos concedan la patente, son las de hidrolizados proteínicos de biomasa residual de microalgas, otra de infusiones vegetales a partir de extractos de tés, que tiene que ver con cuestiones antienvejecimiento”, comentó.
Primera patente
El investigador ha trabajado con microalgas durante los últimos años. Ve en esos organismos unicelulares muchas características de interés, como la producción de aceites que almacenan en su estructura celular.
“Muchos investigadores han utilizado esos aceites para producir biodiesel. Esa es la finalidad del tema de los biocombustibles: producir energías renovables. Finalmente, las microalgas producen ese aceite de procesos donde ellos hacen fotosíntesis, fijan el CO2, utilizan la luz del sol, y esas estructuras de carbono, algunas son lípidos”, comentó.
Añadió que muchos investigadores se dedican a producir biodiesel de microalgas, haciendo que crezca la microalga, sin tomar en cuenta que solo sirve para aceite 50 por ciento de la biomasa que cultivan de la microalga, desperdiciando el otro 50 por ciento.
“Esto ocurría con cultivos cerrados, de laboratorio”, dijo.
Más con menos
Indicó que para esos cultivos improvisó un laboratorio en condiciones cerradas. Creó biorreactores utilizando vitroleras, o bien recipientes de cristal en los que se preparan aguas frescas.
“Todo el sistema que tengo montado es artesanal. No tengo biorreactores que valen millones de pesos sino vitroleras de agua, pero hemos hecho adecuaciones, las ponemos en ciertas condiciones de luz, y donde metemos aireación con bombas de pecera. Hemos hecho adecuaciones para que el aire salga filtrado o filtro esterilizado, que pase por filtros que no dejan pasar ningún organismo vivo, sale puro”, explicó.
Añadió que ese aire lo inyecta en las microalgas y con eso logra un ambiente estéril, y además a bajo costo, de manera artesanal y con un sistema redituable.
“Involucramos a estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado. La idea es que ellos se formen con la idea de que la ciencia se puede hacer sin necesidad de mucho gasto, incluso con poco dinero”, dijo.
Patente de éxito
El doctor Valdez Ortiz cuenta con una patente vendida a una empresa. Tiene que ver con la elaboración de bebidas funcionales a partir de té y de extractos de hoja de guaraná. El equipo encontró que puede retrasar el envejecimiento y se asocia a todo aquel alimento que inhibe la acción de enzimas, como la colagenasa y la elastasa, asociadas con la belleza, porque son las que le dan la firmeza a la piel.
“Cuando tu cuerpo, después de cierto tiempo comienza a producir elastasa, lo que hace esta es romper la elastina. La colagenasa rompe el colágeno, y la dialudinasa rompe el ácido dianurónico. Al romperlo, la piel se hace vieja. Entonces, un alimento que inhibe la acción de esas enzimas protege el colágeno, la elastina y el ácido dianurónico”, dijo.
La empresa que comercializa la nueva patente es Westlife, nueva generación.
“El trabajo le interesó al empresario. Él preguntó si se podían hacer unas cosas que se pudieran comercializar para beneficio de la salud y la belleza. Al año y medio sacamos esa investigación, la patentamos y él mismo la compró”.
Los investigadores
El doctor David Ulises Santos Ballardo fue estudiante del doctor Ángel Valdez Ortiz, llegó recientemente a Culiacán. Trabajó muy duro con las microalgas, de Mazatlán. Se fue un año a Barcelona como parte de su doctorado, después a Brasil, y logramos sacar cinco publicaciones científicas. De las ocho patentes que estamos por registrar, cuatro son de los trabajos que se hicieron en su tesis doctoral. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Lourdes Janeth Germán Baez es directora de tesis de estudiantes de licenciatura. La maestra Careya Alisbeth Meza Ayala extrajo la clorofila de las microalgas, porque en el proceso de extracción del aceite para hacer biodiesel se genera mucha clorofila y esa clorofila ella se encargó de purificarla y de hacer una bioconversión. La clorofila de manera natural es insoluble. Ya tiene código IMPI, ya está registrada.
El doctor Valdez Ortiz envió un mensaje a los investigadores para que sean proactivos y busquen dar a conocer sus productos.
“Quisiera resaltar la invitación a todos los científicos que todavía no se han metido el chip de la innovación y transferencia de tecnología. Es necesario que salgamos de la zona de confort. Hay investigadores que con hacer la investigación, publicar el artículo, dirigir la tesis y mantenerse en el SNI, y cobrar la beca, hasta ahí llega su labor. Yo creo que ese no debería de ser el destino final del trabajo que hacemos como científicos. Nuestra labor debe ser resolver problemas reales, desarrollar productos, procedimientos, patentes tecnológicos para que uno se inserte en el mercado de la economía y del desarrollo tecnológico y social”, dijo.
• Doctor Ángel Valdez Ortiz
Ha publicado 56 artículos científicos en revistas indexadas y ha dirigido 10 tesis de doctorado y 16 de maestría. Algunos de sus alumnos de doctorado son miembros del Sistema Nacional de Investigadores, dirigen tesis y escriben artículos.
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