Trabaja el IMP en nuevas tecnologías para la producción de biocombustibles
Por Carmen Báez
México, DF. 22 de octubre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Con la idea de diversificar las fuentes de energía en el país, investigadores del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) trabajan en el desarrollo de tecnologías de tercera generación para el aprovechamiento de materiales lignocelulósicos, que den como resultado la producción de biocombustibles y petroquímicos a partir de biomasa.
En entrevista, el director de Investigación y Transformación de Hidrocarburos del IMP, Florentino Murrieta Guevara, señaló que actualmente la Gerencia de Transformación de Biomasa lleva a cabo cuatro proyectos tecnológicos que darán diversidad en el portafolio de fuentes de combustibles y productos químicos del país.
"Con estas tecnologías aportamos a la dieta de la producción de biocombustibles limpios y con un impacto muy bajo en su huella ambiental. Actualmente acabamos de terminar un proyecto para la producción de biodiésel a través un proceso continuo que emplea un catalizador heterogéneo a partir de aceites de grasas animales y de aceites de recicle usados y quemados en la industria alimenticia", explicó el maestro en Ingeniería Química.
Además, resaltó que la institución —con 50 años generando conocimiento y tecnología— ha marcado rutas tecnológicas mucho más interesantes y novedosas en la producción de biodiesel, bioetanol y productos químicos; por ejemplo, el aprovechamiento de la biomasa para la producción de productos petroquímicos de importancia para la industria.
Tecnología para la producción de biodiesel
A través de un proyecto financiado por el Fondo Sectorial Sener-Conacyt Sustentabilidad Energética, investigadores del IMP generaron un catalizador heterogéneo, un reactor de lecho fijo, para llevar a cabo las reacciones de transesterificación de triglicéridos a sus correspondientes esteres alquílicos (biodiesel). Esta tecnología ofrecerá un alto rendimiento y calidad de biodiesel en un sistema de reacción de flujo continuo.
Otra de las propuestas del IMP, apuntó Murrieta Guevara, es la obtención y correlación de propiedades termofísicas de mezclas de diesel-biodiesel, el desarrollo de metodologías analíticas para poder establecer la calidad y el cumplimiento de la norma internacional sobre biodiesel. Actualmente, el instituto tiene la capacidad para realizar estudios para la producción de bioturbosina y sus mezclas con turbosina, las cuales podrían ser empleadas como combustible de aviación. Lo anterior le permitirá a México responder a los compromisos de emisiones de CO2 y combustibles limpios.
Destacó que actualmente las regulaciones ambientales en Europa buscan establecer una política que impulse a las aerolíneas a utilizar uno por ciento de bioturbosina para poder aterrizar en ese continente, iniciativa que podría beneficiar los desarrollos tecnológicos del IMP.
"Los vuelos que vayan a ese continente deberán contener por lo menos uno por ciento de bioturbosina para poder aterrizar y evitar pagar penalizaciones, una situación que también es considerada por los órganos correspondientes en México. En este contexto, se muestra como un caso de negocio que pueda generar clientes interesados en la producción del biocombustible", señaló Murrieta Guevara.
El maestro detalló que el IMP se encuentra en pláticas con una empresa para realizar la planta demostrativa para la producción de 10 mil litros de bioturbosina y comercializarla en las compañías aeronáuticas, por lo que primero se buscará establecer la rentabilidad de una nueva tecnología para su producción.
"Tendremos que hacer un análisis para fijar la rentabilidad para la producción de bioturbosina, tanto para la empresa que estaría montando una planta para la producción y comercialización de esta, como para el instituto en su rol de licenciador tecnológico. Estamos interesados en montar la planta demostrativa con 10 por ciento del volumen de producción, estimada en 100 mil litros", declaró.
Respecto al panorama actual de México en el desarrollo de tecnologías para la producción de biodiesel, el también miembro del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos (IMIQ) aseguró que el país se encuentra en una etapa embrionaria; sin embargo, existen destacados desarrollos a nivel laboratorio que requieren situarse a nivel industrial.
"Creo que es el momento de hacer sinergias con diferentes tipos de investigación para pasar a un siguiente nivel. El instituto apuesta a este tema. Un gran reto que se tiene en el país es establecer toda la cadena de producción para que se satisfagan los volúmenes que requerirá el mercado. El gran riesgo es que lo que se produzca por estas rutas —por ejemplo para bioetanol— es completamente insuficiente de lo que requiere la demanda", concluyó.
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