Desarrollo industrial en área de polímeros
Por Felipe Sánchez Banda
Saltillo, Coahuila. 7 de febrero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Con la finalidad de fomentar el desarrollo científico e industrial de manera paralela, el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) realiza y propicia la transferencia de conocimiento para el crecimiento del área de polímeros en México.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el maestro en ciencias Jesús Olivo Padilla, coordinador de Comercialización del CIQA, detalla la importancia de la transferencia de conocimiento, el proceso que sigue el centro para lograr este objetivo y el potencial de desarrollo al conjuntar ciencia, innovación y el sector industrial.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué tipo de innovaciones se hacen en el CIQA?
Jesús Olivo Padilla (JOP): Somos un centro de investigación en química aplicada que realiza investigación en polímeros, materiales avanzados, nanotecnología, aditivos que tengan aplicaciones en los polímeros, ciencias afines y temáticas de esta naturaleza. Atendemos toda la cadena de valor de la industria del plástico, desde los que sintetizan la resina, los que hacen aditivos, los que obtienen productos mediante el procesamiento, los que reciclan, etcétera.
AIC: ¿Qué sectores atienden?
JOP: La industria del plástico es transversal, es decir, encontramos plástico en muchas aplicaciones en la vida cotidiana. Así podemos tener impacto en el sector automotriz donde tenemos clientes, proyectos y oportunidades; en el sector médico; en el sector de plásticos en la agricultura, cultivando con la ayuda de tecnologías de plásticos de polímeros; en el sector energético y aditivos que tienen que ver con la utilización adecuada de hidrocarburos, con la síntesis petroquímica y la obtención de resina.
Hemos intervenido también en materiales avanzados para utilizarlos en forma de polímeros orgánicos en celdas solares. Trabajamos con una gran serie de empresas y diferentes segmentos de alimentos en cuestión de empaques y envases de plástico, donde tenemos bastantes proyectos y tecnologías al respecto.
AIC: ¿Cuál es el proceso de transferencia de conocimiento que desarrollan en el CIQA?
JOP: Nosotros tenemos implantado un proceso. Nos basamos mucho en la metodología del Premio Nacional de Tecnología e Innovación.
Lleva varias partes, una fundamental es estar alerta de las tendencias globales. Otra parte es experimentar, definir para tener un conocimiento científico de lo que se está haciendo, aproximarse a los clientes para conocer sus necesidades y cruzarlas con los conocimientos que tenemos generados; ver qué parte de esos conocimientos podemos aplicar y, finalmente, desarrollar un proyecto específico con el cliente para atender el reto tecnológico que plantea la solución a sus necesidades.
Este proceso nos mantiene alerta a las posibilidades, avances científicos y retos que se presentan. Investigadores de nuestro centro empiezan a plantear proyectos internos o proyectos de ciencia básica que apoya el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), como el Programa Investigación en Fronteras de la Ciencia que desarrolla el conocimiento y permite formar gente con capacidades para atacar los problemas y generar artículos científicos que dan a conocer que se ha avanzado en el conocimiento a través de desarrollar nuevos materiales o procesos.
Una vez que tenemos ese conocimiento, lo aproximamos a atender las necesidades de la sociedad o de nuestros clientes en cada uno de los segmentos. Desde hace muchos años implementamos algo que no sabíamos cómo se llamaba y ahora se denomina innovación abierta. Hablamos de aproximadamente hace 10 años que le pusieron nombre a este proceso. Es decir, con los conocimientos que ya habíamos generado, los proyectos internos y de ciencia, podemos atender retos que se presentan en los clientes y sus empresas para superarlos. De tal manera que se pueda transferir ese conocimiento a la empresa y resolver su dificultad, hacerla más productiva y competitiva, tener un nuevo proceso o producto basado en la tecnología o conocimiento que se generó en el CIQA.
AIC: ¿Cuál es la importancia científica de este proceso de transferencia del conocimiento?
JOP: Desde la perspectiva científica es fundamental porque si bien iniciamos con una idea que va a explorar en el conocimiento el investigador, al llegar a la aplicación curiosamente se convierte en un círculo virtuoso, y esa aplicación nos genera nuevas interrogantes que realimentan los proyectos internos con nuevas vertientes, se generan nuevas dudas.
Quizás se resuelve el problema tecnológico en ese momento pero se plantean nuevas perspectivas: utilizar nuevos materiales, soluciones diferentes, alternativas novedosas y eso pueden ser los temas que alimentarán los nuevos proyectos.
Es importante llegar hasta ese punto, puede hacerlo el mismo investigador o pueden hacerlo grupos de investigación diferentes, eso lo hemos fomentado mucho en CIQA. Hay ocasiones en que quien genera conocimiento no necesariamente es quien atiende el reto tecnológico. Normalmente integramos equipos de trabajo que colaboren en la parte de la generación de conocimiento y en llevar ese conocimiento a la aplicación. Es importante y es un círculo que hemos visto se alimenta a sí mismo.
AIC: ¿Qué resultados han obtenido a partir de este proceso de transferencia de conocimiento?
JOP: El año pasado tuvimos una transferencia que consideramos exitosa, ya que cumplió todos los requisitos de lo que actualmente se entiende como transferencia de tecnología. Tenemos un proceso en la oficina de transferencia del CIQA que está certificada por el Conacyt y la Secretaría de Economía (SE); la tecnología cumplió todos los pasos de tener la tecnología protegida, tener una evaluación sobre el precio de esa tecnología y conocimiento disponible en paquete para que pueda utilizarlo la empresa.
Esto surgió en un proyecto de ciencia básica y un proyecto interno de generar aditivos que respondieran con la luz ultravioleta, cambiaran su color y se hicieran perceptibles. Estos aditivos se pueden integrar en polímeros, así se hizo en un inicio pero se pueden integrar en otros materiales.
Este proyecto generó algunos tesistas de maestrías, varios artículos y dos patentes que, en el paso del tiempo, vimos que había oportunidades en donde podíamos aprovecharlos. Una empresa del área de artes gráficas es la que podría utilizar esta tecnología para hacer documentos con sellos de seguridad que tuvieran aditivos que, al momento de ponerlos en la luz ultravioleta, hicieran perceptible la marca de agua que tuviera ese documento. Conocimos esa oportunidad, la empresa al revisar nuestra patente se interesó. Valuamos la tecnología, transferimos esa patente ante el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial), registramos la transferencia de la tecnología, la empresa pagó y lo está usando en este momento. Hemos tenido asesorías posteriores para la implementación y uso de esta tecnología en sus procesos.
Así como esta hay otras patentes que no han sido transferidas aún, pero las hemos acercado a las empresas, se han generado proyectos de estímulos a la innovación en donde una parte de la tecnología que se patentó se utilizó para un producto un poco diferente para lo que se había patentado.
Datos del CIQA |
En este ejemplo que menciono estuvimos colaborando con una universidad de la localidad especializada en agronomía y se desarrolló un compuesto polimérico para incrementar los azúcares en los agaves, se patentó la tecnología. Cuando se inició el proyecto había una carencia de agave en México, que no podía abastecer la demanda por el incremento en la producción. El producto se probó y funcionó; sin embargo, a través del tiempo, va cambiando la dinámica del mercado del agave y tequila en México, ya no era tan necesaria esta solución, pero nosotros vimos otras oportunidades.
Un grupo de agricultores de Zacatecas estaba cultivando uvas y necesitaba mayor cantidad de azúcares para hacer vinos y jugos de uva. Con estos agricultores planteamos un proyecto de estímulos a la innovación y utilizamos una parte del conocimiento en este proyecto. No fue una transferencia completa, pero sí una parte del conocimiento utilizado en agaves transportado al cultivo de uvas.
AIC: ¿Cuál es el futuro de la transferencia de conocimiento surgida del CIQA?
JOP: Visualizamos que vamos a crecer, hemos trabajado los últimos años en estar solicitando patentes, alrededor de 16 o 18 solicitudes de patentes al año. Significa que en dos o tres años vamos a tener bastante cantidad de patentes para estar haciendo este acercamiento ya con patentes otorgadas, hacia necesidades específicas que estamos identificando y que estamos visualizando que tendrán aplicación en el sector automotriz, dispositivos médicos y de salud, sector aeronáutico y sector de hidrocarburos.
Estamos en la mejor disposición de colaborar en proyectos con instituciones, empresas y organismos para atender las necesidades que tiene la sociedad y la industria mexicana para apoyarla y hacerla más competitiva.
• Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA)
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•M. en C. Jesús Olivo Padilla
Coordinador de Comercialización del CIQA
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