Túnel de Viento, ingeniería mexicana
Por Hugo Valencia Juliao
Ciudad de México. 29 de junio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- El Túnel de Viento es un proyecto que desarrolló la Alianza Fiidem con el objetivo de ser una herramienta científica para evaluar el impacto del viento sobre estructuras arquitectónicas con el estudio experimental de los fenómenos y efectos eólicos.
Este surgió en 2015, como una primera etapa del Laboratorio de Estructuras y Materiales (Lemat) de la Alianza Fiidem. El Túnel de Viento está abierto a instituciones públicas y privadas que requieran de sus servicios especializados.
Este laboratorio nace gracias a una inversión de 55 millones de pesos, donde la mitad corrió a cargo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y el resto lo aportaron instituciones privadas y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“El primer concepto del proyecto se planteó desde 2007, pero no fue hasta 2013 cuando se comenzó la construcción en un área donada por la UNAM dentro de Ciudad Universitaria”, explicó el responsable del Lemat, el ingeniero Rodolfo del Rosal Díaz.
Según Rodolfo del Rosal, el Túnel de Viento lo administra la Alianza Fiidem pero lo operan expertos del Instituto de Ingeniería de la UNAM, porque ellos son los que pueden aprovechar al máximo su potencial.
Por lo que en los más de tres años de operación que lleva el Túnel, han concebido grandes proyectos nacionales e internacionales para poder evaluar con éxito el impacto de la naturaleza a través del viento en estructuras como edificios y aeropuertos.
Entre los varios proyectos que han tenido en el Túnel de Viento han destacado el del Nuevo Aeropuerto Internacional de Acapulco, el de granjas solares y un estudio en el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) en San Pedro Mártir.
“Por ejemplo, el proyecto de las granjas solares es con el objetivo de evaluar cuál es su mejor inclinación para que el viento no impacte en sus funciones de generación de energía”, agrego Del Rosal Díaz.
También explicó que la razón del estudio en el OAN fue para demostrar el efecto del viento sobre la óptica de los telescopios. Esto es porque para observaciones de cierto tipo tienen que disminuir el impacto del viento para mayor precisión en sus mediciones.
El responsable del proyecto explicó que la función del túnel es medir la presión que ejerce el viento sobre las estructuras y determinar si implica un riesgo para la misma en casos de fenómenos naturales adversos.
Esto se prueba a través de modelos a escala de las estructuras impresas en 3D con una muy alta precisión. Estos son detallados a través de un software que desarrollaron en la UNAM.
La velocidad que puede alcanzar el viento dentro del túnel es de 108 kilómetros por hora, lo que en proporción calculado junto al espacio y las dimensiones del modelo a escala en el cual el viento ejerce presión representa lo equivalente a un huracán de categoría 4.
En el mundo hay varios túneles de viento. Sin embargo, estos se subdividen en cerrados y abiertos que tienen aplicaciones distintas. El Túnel de Viento de la Alianza Fiidem es cerrado por lo que el viento no tiene ninguna salida.
El ingeniero Esteban Crescencio, técnico del túnel, explicó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt que los túneles abiertos tienen aplicaciones más relacionadas con la industria aeronáutica, mientras que los cerrados se utilizan para medir el impacto del viento en estructuras, puentes o plataformas petroleras.
Dijo también que los túneles abiertos por su naturaleza de que el aire puede escapar pueden alcanzar mayores velocidades que simulan, por ejemplo, el impacto de las alas de un avión con el viento a muy altas velocidades.
Las dimensiones del túnel son de un perímetro de 104 metros. Para darse una idea de la potencia del túnel, el ingeniero Esteban Crescencio explicó que las aspas de la turbina miden 3.3 metros y el motor tiene la potencia de 200 caballos de fuerza a 600 revoluciones por minuto.
Además la distancia de 14 metros entre las dos mesas giratorias, en las cuales se colocan los modelos a escala, pone al Túnel de Viento como una de las diez áreas de prueba más grandes del mundo, por lo que es una opción para brindar servicios de alta tecnología a toda Latinoamérica.
El Túnel de Viento también tiene deflectores que sirven para descomponer y redireccionar el viento para que cuando impacte con el objetivo lo haga de forma frontal y no se formen pequeños ciclones que alteren las mediciones sobre el modelo a escala de la estructura a evaluar.
Justo antes de que el viento entre a la zona de pruebas, este pasa por el cono de reducción que sirve para reducir el área de paso del viento para que impacte con mayor velocidad sobre el objetivo.
De acuerdo con una evaluación realizada por el doctor Jewel B. Barlow, quien desde hace casi cuatro décadas es director del Túnel de Viento Glen L. Martin de la Universidad de Maryland, la calidad en los materiales de construcción del túnel son muy buenos con respecto a muchos otros alrededor del mundo.
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