Nueva tecnología con posibilidades de negocio: bolsas fabricadas a base de almidón que sustituyen a las de plástico
- Se consumen 60 mil bolsas de plástico cada cinco segundos a nivel mundial.
Anualmente se fabrican entre 500 y 900 mil millones de bolsas a partir de derivados del petróleo. Según datos del INEGI, México ocupa uno de los primeros lugares en la generación de residuos sólidos de América Latina. Mientras que, en 2001, producíamos 31.48 millones de toneladas, en 2010 aumentó a 39.05, lo que implica un incremento de 840 mil toneladas por año.
Asimismo, la generación de residuos inorgánicos, como los plásticos, aumentó considerablemente en ocho años: mientras en el año 2001 sólo representaba 4.3% de los residuos sólidos urbanos, en 2010 se incrementó su participación a 10.8 %.
Desarrollo de materiales biodegradables usando polímeros orgánicos mediante inyección-moldeo y espumados preparados por extrusión.
En la búsqueda de alternativas no contaminantes, el doctor Fernando Martínez Bustos, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), desarrolla el uso de almidones y fibras como una posibilidad económica y eficaz para reemplazar los plásticos. Se pueden usar almidones provenientes de cereales, raíces y tubérculos, así como fibras de bagazo de caña de henequén, cáscaras de piña, naranja o coco, por citar sólo algunas fuentes de polímeros naturales.
En este proyecto se elaboran materiales biodegradables como platos, vasos o cucharas y materiales flexibles como bolsas desechables y cajas de huevo. Estos procesos se llevan a cabo usando los métodos convencionales empleados en la industria de plásticos, como son los sistemas de extrusión-soplado y moldeo-inyección.
Equipo de co-extrusión, equipo de laminado y bolsas fabricadas por extrusión-soplado.
Por ser materiales biodegradables son una alternativa para el cuidado del medio ambiente, ya que, después de usados, se degradan e integran al medio ambiente en tiempos cortos que pueden ser hasta de tres meses, a diferencia del plástico, que tarda varios años y que genera contaminación del suelo, agua, aire y sistemas de drenaje.
Siempre existirá la necesidad del uso de bolsas en tiendas, farmacias, almacenes y supermercados. “Las bolsas elaboradas de materiales biodegradables por su naturaleza no afectan ningún proceso de compostaje y son capaces de llevar a cabo descomposición física, química, térmica, microbiológica o biológica. En los hogares, restaurantes o empresas los desperdicios orgánicos pueden colocarse en bolsas biodegradables e ir directamente para composta o a plantas productoras de biogás, reduciendo eficientemente el riesgo de transmisión de enfermedades a humanos por vectores como moscas o ratas”, afirma el doctor Martínez Bustos.
Desarrollo de materiales termorígidos (platos) biodegradables usando polímeros orgánicos mediante inyección-moldeo y espumados preparados por extrusión.
Esta tecnología está terminada para su comercialización y disponible para inversionistas que deseen participar en un negocio seguro y redituable.
Fernando Martínez Bustos es Doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos, actualmente trabaja en el Cinvestav Querétaro como investigador titular y su correo electrónico es Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El proyecto es apoyado por el Cinvestav y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt.