La nanomolécula mexicana que salva vidas
Por Hugo Valencia Juliao
Ciudad de México. 30 de agosto de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- La científica mexicana Gabriela León Gutiérrez desarrolló y patentó la nanomolécula Nbelyax, esta invención tiene efectos inhibitorios para la replicación de diferentes virus respiratorios y algunos hongos, según investigaciones realizadas en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
Esta nanopartícula fue patentada en México a través del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y en 139 países más a través del Tratado de Cooperación en Materia de Patentes de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
“La nanomolécula Nbelyax tiene la capacidad de eliminar todo tipo de gérmenes contagiosos, incluyendo virus, bacterias, esporas, micobacterias, hongos y tripanosomas”, explicó Gabriela León en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Nbelyax es un molécula de dióxido de titanio (TiO2) y extractos orgánicos sintetizados mediante el método de impregnación. La partícula de tan solo dos nanómetros de diámetro le permite atravesar la cápside de los virus o bacterias; una vez adentro produce una serie de reacciones químicas que cortan las cadenas del ADN y ARN de los microorganismos, inactivándolos en un periodo de 30 minutos.
registro sanitario otorgado en 2012.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha validado el uso comercial de los productos que contienen la nanomolécula a través delPara lograr el objetivo de crear ambientes libres de riesgos de infección, la inventora de la molécula constituyó la marca Éviter para comercializarla en una serie de productos para diferentes tipos de públicos. La línea de productos Éviter es principalmente de desinfectantes y derivados.
Gabriela León Gutiérrez, quien es egresada de la ingeniería de bioquímica industrial de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa, explicó que uno de los siguientes pasos es la internacionalización de la molécula y de los productos para expandir su impacto hacia todo el mundo.
“La nanomolécula es troyana, ya que debido a su tamaño puede atravesar por los canales iónicos de los patógenos, esto sucede porque es capaz de engañarlos con la idea de que les puede servir para su propio metabolismo”, explicó Gabriela León.
Una vez dentro de los patógenos, la nanopartícula libera los extractos de los que está conformada que actúan como biocatalizadores en el ADN, es decir, cortan el material genético del germen, agregó.
La bioselectividad
Asimismo, la especialista dijo que la molécula solo puede ser atraída por los patógenos porque existe una diferencia de cargas, gracias a esto la molécula no causa efecto negativo al contacto con las células sanas ni de personas, ni de animales o vegetales.
Otra de sus ventajas es que la molécula está hecha cien por ciento a base de ingredientes orgánicos, por lo que es biodegradable y no impacta al medio ambiente.
El mercado al que van dirigidos estos productos es amplio, pero uno de los principales son los hospitales públicos, debido a los costos derivados de infecciones nosocomiales. Otros de los sectores objetivo son los que buscan inocuidad en sus procesos o espacios, como las industrias agrícolas y alimentarias.
“El impacto con estos productos es muy amplio y tenemos la seguridad de que podemos reducir las infecciones en lugares como hospitales, escuelas y oficinas, disminuyendo los costos de todas las instituciones de salud y los costos implicados en la reducción de productividad que causan las enfermedades derivadas de los gérmenes”, indicó la ingeniera Gabriela León.
En este caso, la nanotecnología está aplicada en un portafolio amplio de productos antisépticos para su uso directamente en la piel. Entre los productos que desarrolló, se encuentra una crema para las manos, un jabón líquido, cuya protección es de 12 horas. Para superficies de cualquier tipo se desarrollaron los desinfectantes de superficies, nebulización y toallas húmedas. Además creó un esterilizador en frío exclusivo para instrumental médico.
Gabriela León y Gresmex han sido reconocidas con el Premio Nacional de Salud en 2016, otorgado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), primer lugar del Premio ADIAT en la categoría de Innovación Tecnológica en 2018 y el tercer lugar del Premio ADIAT en la categoría de Innovación Tecnológica en 2014. Además fueron nominados por el Foro Económico Mundial al premio Tecnología Pionera en 2015 y reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como una de las 100 empresas que salvarán a la humanidad.
Impacto mundial
A raíz de las validaciones de la nanomolécula en el INER, la recomendaron para controlar la pandemia del virus del Ébola en África, por lo que Gresmex donó casi tres toneladas de productos de sanitizantes para superficies.
Esto se realizó vía la organización internacional Direct Relief y al apoyo de la empresa de logística Fedex, que apoyaron con el envío del material hasta Liberia en la costa oeste del continente africano.
Una historia de investigación y desarrollo
Gresmex se fundó en 1999 y se dedicaron durante años al desarrollo y fabricación de antibacteriales. Sin embargo, fue hasta 2008 que empezaron a buscar bactericidas y viricidas a través de la investigación y desarrollo, esto sucedió porque el hijo de Gabriela enfermó de una infección nosocomial derivada de un rotavirus.
La investigación y desarrollo, desde la nanopartícula hasta los productos finales, duró aproximadamente cinco años a partir de que lograron la fórmula que parecía ser la más indicada. A partir de eso, siguió un proceso para patentar la nanomolécula que terminó en 2016, cuando recibieron el certificado de la patente por parte del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Esto se logró en la mitad del tiempo esperado, porque en primera instancia, Gabriela León, debido a lo largo del proceso en México, había decidido patentar la molécula en otro país. Sin embargo, por el impacto y beneficio social de la molécula, el director del IMPI, Miguel Ángel Margáin, ofreció utilizar por primera vez en México el proceso acelerado de patentes.
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