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Los mexicanos que hicieron historia en RobotChallenge 2015

Por Ameyalli Villafán

México, DF. 23 de abril de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Por primera vez en la historia del RobotChallenge, el equipo mexicano se posicionó en el primer lugar del medallero con nueve unidades en total. El segundo lugar fue para Italia y el tercero fue un empate entre Rusia, Rumania y Letonia.

Del total de las nueve medallas, una fue para un alumno de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), unidad Zacatenco, perteneciente al Instituto Politécnico Nacional (IPN); una más para un estudiante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP); dos para alumnos del Instituto Tecnológico Superior de Poza Rica, Veracruz, y cinco más para jóvenes de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA), también del IPN.

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Uno de los sucesos que más llamaron la atención durante la competencia fue que el equipo de la UPIITA triunfó de manera absoluta en la categoría de microsumo, ya que obtuvo primer, segundo y tercer lugar. Así también ganaron el primer lugar en nanosumo y el segundo en minisumo. Con esta participación estos jóvenes alcanzan una de sus metas: ser los mejores en el concurso de robótica más importante de Europa de acuerdo con uno de los ganadores de este certamen.

Pedro Pérez, Jorge Delgado, Missael Reyes, Daniel Durán, Salvador Guzmán y Dusthon Llorente, alumnos de sexto semestre de la carrera de Ingeniería Mecatrónica, explicaron en entrevista cómo fue su experiencia en el concurso, su triunfo en Austria, así como las dificultades que vivieron.

“Tomamos la decisión correcta”

El concurso RobotChallenge se realiza cada año en Viena, Austria. Está basado en el deporte japonés del sumo y tiene cuatro categorías: nano, micro, mini y sumo. Las diferencias en cada categoría se determinan a partir del peso y las dimensiones de los robots.

La dinámica del concurso es sacar o tirar al oponente de una plataforma diseñada previamente. El réferi cuenta con un control que activa los robots de los participantes para que comience la batalla, y así se evitan diferentes tiempos de programación. Los encuentros son muy cortos, duran menos de 30 segundos: el primer robot que toque el suelo queda eliminado.

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En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Jorge Delgado contó que este año el equipo decidió no ir a la competencia RoboGames en Estados Unidos, pues aunque en los últimos años el Club de Minirobótica UPIITA obtuvo más de 10 medallas, decidieron ver un poco más alto. “No teníamos dinero para ir a ambos concursos, así que decidimos que algunos fueran a Viena, que es la competencia importante”, dijo.

Al concurso asistieron Pedro Pérez, Daniel Durán y Dusthon Llorente. “Nos arriesgamos a no traer nada y al final se tuvo el mejor resultado. Tomamos la decisión correcta”, agregó Delgado.

Por su parte, Pedro Pérez manifestó que tenían mucha expectativa sobre este concurso: “Veíamos videos de oponentes y no sabíamos si estábamos al nivel”.

Robots, resultado de trabajo constante

La estabilidad de su prototipo es un punto a su favor. La base es de metal y tiene dos ruedas que le permiten el desplazamiento. Salvador Guzmán aclaró que en sus robots mantienen un equilibrio entre la mecánica, la electrónica y la  programación.

Sin embargo, los prototipos de sus oponentes tienen mayor ventaja sobre la programación, ya que sus diseños son comprados y armados profesionalmente, mientras que en la UPIITA realizan trabajo artesanal.

En cuanto a la herramienta, los jóvenes politécnicos destacan por su ingenio, pues no cuentan con el material necesario para poder desarrollar sus proyectos, por lo que usan instrumentos comunes que les permiten trabajar de manera adecuada, de acuerdo con declaraciones de los ganadores.

La fabricación de cada uno de los robots puede llevar por lo menos un año si se empieza desde cero. Daniel Durán explicó que el primer prototipo era un poco tosco y lento: “A partir de ahí hemos llevado un trabajo constante en el que hemos experimentado”. Al respecto, Missael Reyes agregó que “lo importante es mejorar en cada nueva versión”.

Una de las características que llama la atención en cuanto al diseño de los robots del Club de Minirobótica UPIITA es que tienen una rampa al frente que tiene la intención de que al llegar al oponente, este se suba y pierda estabilidad para poder echarlo fuera.

“Conocer al robot del enemigo como al propio es fundamental. Con base en ello diseñamos nuevas estrategias para crear nuevos prototipos. Eso es en gran parte lo que nos ha llevado al éxito principalmente en RobotChallenge”, comentó Daniel Durán.

robots03Fotografía cortesía del Club de Minirobótica UPIITA

Estrategia: dedicación e ingenio

A su llegada al concurso en Viena, los mexicanos sabían lo que debían de hacer: observar. Para ellos, la observación es la táctica más importante para poder vencer a un robot. “Después de la fase de grupos, el equipo midió el nivel de los demás contrincantes, de modo que en la programación de los robots hiciéramos los cambios pertinentes”, explicó Daniel Durán, quien ganó el primer lugar en la categoría de microsumo con su robot Quetzallito.

Durán comentó que el doctor Adrián Castañeda Galván los acompañó y grabó cada una de las batallas, de modo que pudieran modificar sus estrategias y adaptarse al nivel europeo.

La idea principal en la categoría de sumo es buscar al contrincante. En los prototipos de otros concursantes ya no lo hacían, ahora esperaban a que llegara el rival. “Eran estrategias que no se habían visto en México y tuvimos que adaptarnos”, manifestó Pedro Pérez, ganador del segundo lugar de microsumo.

Por su parte, Missael Reyes consideró que la dedicación que se tiene con el robot es vital: “Nos dimos cuenta de que tenemos las mismas posibilidades que los demás; sin embargo, la dedicación hace la diferencia”.

Club de Minirobótica UPIITA: semillero de talentos

Este club del que forma parte el equipo que ganó en RobotChallenge 2015 se fundó en 2006, a raíz del triunfo de estudiantes en la competencia internacional RoboGames. Desde entonces, la UPIITA puso atención a la minirobótica y a partir de ese año varios estudiantes han participado en concursos nacionales e internacionales, donde se han obtenido buenos resultados.

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Salvador Guzmán es el presidente del club. “Es una asociación estudiantil, cualquier alumno puede pertenecer. Aquí se realizan prototipos de robots y organizamos concursos internos para definir quiénes irán a las competencias externas. Todo esto para designar a la mejor representación”, comentó.

Entre sus planes a futuro se encuentra poder participar en otras categorías más grandes. Sin embargo, buscan apoyo para poder desarrollar los prototipos necesarios y hacer un buen papel tanto en competencias nacionales como internacionales. Las próximas son en Brasil, Rumania y Ecuador.

El objetivo del Club de Minirobótica UPIITA es también impulsar a los jóvenes que vienen detrás. “Debemos compartirles la información para que mejoren y también ganen. Lo importante es no quedarse con ella para poder aspirar a cosas más grandes”, finalizó Guzmán.

 

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