Observatorio Ixtli: realidad virtual en la UNAM
Por Ameyalli Villafán
México, DF. 9 de septiembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- ¿Te imaginas recorrer Palenque y visitar las pinturas mayas en tan solo minutos o poder visualizar desde tu celular un delfín en su hábitat a partir de una imagen fija? Mediante el uso de herramientas como pantallas, consolas y controles de videojuegos, entre otras tecnologías, todo esto es posible gracias al Observatorio Ixtli, que pertenece al Departamento de Visualización y Realidad Virtual (DVRV) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con el objetivo de fusionar las tecnologías de información y comunicación con la investigación, la docencia y la difusión de la cultura, se creó el Observatorio Ixtli en 2004 después de más de diez años de trabajos en el rubro de visualización científica en la UNAM.
El Observatorio Ixtli se encuentra albergado por la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (Dgtic) en Ciudad Universitaria. En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el actuario José Fabián Romo Zamudio, director de sistemas y servicios institucionales, y la matemática María del Carmen Ramos Nava, jefa del DVRV, explican el funcionamiento de Ixtli, así como sus planes en un futuro cercano.
Un poco de historia
En 1992 llegó la primera súper computadora a la UNAM, y con ella se creó un departamento de visualización científica “para que los resultados de esta computadora no fueran nada más números o ecuaciones, sino que tuvieran una representación gráfica. Como fue avanzando la tecnología y el propio desarrollo informático de la universidad se encontró que toda esta visualización no solo dependía de una súper computadora sino que se podía hacer con recursos no tan grandes, pero agregando elementos de interacción e inmersión y esas son dos características fundamentales del Observatorio Ixtli”, explica Romo Zamudio.
Ramos Nava forma parte del equipo de trabajo que comenzó con el proyecto del observatorio hace 11 años. Comenta que este fue creado con el objetivo de que los expertos de la universidad que se dedicaban a la realidad virtual tuvieran un espacio de trabajo donde pudieran desarrollarse profesionalmente y donde, además, pudieran realizar proyectos en favor de la comunidad universitaria.
Con asesoría de universidades extranjeras como la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), el equipo logró conocer cómo montar un observatorio de realidad virtual, así como material, sistemas de proyección, cuidados y software para poder realizar las aplicaciones.
“Las primeras aplicaciones con que empezamos a trabajar fueron visualización de moléculas, recorridos virtuales sobre zonas arqueológicas, reconstrucción a partir de tomografías para microscopía con focal, entre otras”, comenta la matemática.
Ixtli: rostro y corazón
De acuerdo con el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, ixtli significa “rostro y corazón”. Romo Zamudio explica que el nombre del observatorio se tomó de dicho vocablo porque “ante todo es una interfaz entre el ser humano y un modelo gráfico computacional".
El Observatorio Ixtli tiene como objetivos principales, en palabras de Romo Zamudio, "ser una herramienta de apoyo para las actividades docentes. Es una forma en la cual se amplía la difusión de las innovaciones en investigación científica y humanística; y también ser un punto de difusión de la cultura apoyada en las tecnologías de la información".
Por esta razón, Ixtli está al servicio de académicos o investigadores de la UNAM de cualquier área del conocimiento que soliciten el uso de esta infraestructura para la creación de modelos virtuales de estos entornos y aplicaciones o para hacer uso de las ya desarrolladas.
El Observatorio Ixtli no es solo una sala con una pantalla que permite las visualizaciones, sino que "se apoya en el cómputo para crear espacios, entornos y ambientes virtuales, pero además puedes interactuar con ellos a través de diversas interfaces y puedes sumergirte en ellos". La sala cuenta con una pantalla curva de 180 grados y tres proyectores que permiten un desfase en la imagen que brinda la sensación de realidad virtual.
Fotografías, planos, diagramas, planos de sitio y medidas son generalmente los materiales que requiere el equipo del observatorio para generar los proyectos finales que los investigadores o profesores proponen. “Si el comité técnico determina que es viable la creación de ese modelo, se le asigna tiempo de espacio en el observatorio, apoyo de un equipo de especialistas para todo lo que tenga que ver con cuestiones de visualización, depuración de modelos, absorción de todos los datos para crear el modelo virtual”, expone el entrevistado.
Es importante recalcar que cuando el profesor no ha desarrollado material propio de visualización, este puede hacer uso de los proyectos que están en la librería de aplicaciones y solicitarlos en la página.
Los proyectos
Las carreras de ciencias de la salud como psicología, psiquiatría, medicina, oncología y genómica son las que más demandan los servicios del Ixtli, según información proporcionada por Romo Zamudio. Sin embargo, agrega que no son exclusivas de ellos, ya que proyectos del área de humanidades en rescates de espacios histórico que están en peligro o daño, degradación o conservación han tenido su espacio; de hecho, el primer proyecto con que comenzó a operar el Observatorio fue la reconstrucción de Bonampak, de acuerdo con la investigadora Ramos Nava.
En cuanto a la tecnología con que hoy cuenta Ixtli, el ingeniero Humberto Isaac Gutiérrez Benítez, colaborador del observatorio, detalla que actualmente son tres: realidad virtual 3D en sala y tabletas; realidad aumentada mediante una aplicación de celular y el nuevo proyecto Oculus, que “es el más inmersivo en el sentido del movimiento dentro de un ambiente virtual”, comenta durante la proyección de varios de los proyectos en el auditorio.
La tecnología que utiliza el equipo de Ixtli va desde escáneres, videos, cámaras y programación hasta impresoras 3D, lo cual “permite crear modelos de forma real a escala para poder tener una precisión más a detalle de ciertos giros, movimientos y posiciones”, explica Romo Zamudio.
Un punto importante que menciona es el tiempo que tardan en desarrollar los proyectos. Aproximadamente lleva dos meses máximo terminarlos, pero comenta que existen algunos que han llevado años, como el modelo del mercado Abelardo L. Rodríguez, “llevamos más de cuatro años haciéndolo junto con el Instituto de Investigaciones Estéticas; se trata de un espacio muy grande y el nivel de detalle, resolución y precisión ha demandado mucho tiempo”, añade Romo Zamudio.
Uno de los proyectos que más éxito ha tenido se realizó en conjunto con la Facultad de Psicología. “Ellos no tenían instalaciones de realidad virtual, pero sabían que ya se podían trabajar tratamientos de estrés o trauma con esta tecnología, pero no tenían dónde hacerlo. Entonces trabajamos a la par para que se hicieran estos desarrollos, y las primeras versiones se utilizaron en el Ixtli”, rememora Ramos Nava.
Una de las mayores dificultades a las que se enfrenta el equipo de expertos de Ixtli es, de acuerdo con el ingeniero Gutiérrez Benítez, el acercamiento con el público de modo que la aplicación que desarrollan sea para todos y que los usuarios la conozcan y utilicen.
Ramos Nava explica que una de las mayores dificultades es poder aterrizar lo que el investigador quiere presentar en el modelo. “La parte más complicada es la de la comunicación. Llegar a un acuerdo para que lo que ellos quieren hacer realmente se vea beneficiado con esta tecnología es lo más complicado, tener bien la idea de lo que van a ganar y asentarlo en un proyecto”, menciona.
Sin embargo, también reconoce las satisfacciones que le ha dado un proyecto en el que ha invertido más de 11 años de su carrera profesional. “Nosotros fuimos el punto inicial para muchos grupos de trabajo. Cuando empezamos no había muchos grupos que hicieran 3D ni 3D interactivo, hemos formado muchos grupos de trabajo que ahora se dedican a esto, entonces eso es muy satisfactorio”, responde la matemática.
Ixtli para todos
El reto más grande al que se enfrenta actualmente el Observatorio Ixtli es su “popularización”. Romo Zamudio explica que “con la tecnología actual puedes hacer muchas cosas que se pueden ejecutar en el mercado o en el ámbito de las consolas de videojuego. Hoy por hoy, estas no se han visto muy relacionadas con el ámbito académico”. El plan es buscar expandirlo a muchas otras plataformas como videojuegos, aplicaciones interactivas y tabletas para que un mayor número de personas tenga acceso al material que modelan.
Actualmente existen ya algunas plataformas que se pueden descargar directamente de Google Play Store, de manera que se puedan utilizar desde un teléfono celular o una tableta.
Agrega, además, que en meses recientes se está terminando el diseño de Ixtli 2.0, “es una versión más interactiva, tal vez implique un rediseño de la sala y la personalización del propio espacio para que se incrementen los recursos de cómputo que hoy en día se tienen. Además se busca incrementar el nivel de sensores y experiencias sensitivas que pueda tener el usuario dentro del observatorio”.
Romo Zamudio menciona que el equipo de trabajo es lo más importante para Ixtli. “El equipo de profesionales es multidisciplinario y ha estado en el desarrollo de cómputo de alto rendimiento durante mucho tiempo y se especializó en el área de visualización científica. Este se conforma de aproximadamente 10 personas entre matemáticos, ingenieros, informáticos, diseñadores gráficos, pero también ha habido hasta médicos, veterinarios y biólogos. Cuando la gente se especializa es muy común que les den oportunidades de trabajo en otro lugar. Es un punto de desarrollo del personal de la universidad para ir por otros proyectos”, finaliza.
Para hacer una solicitud de uso del Ixtli y conocer más del proyecto y sus aplicaciones, ingresa a la página. |
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