¿Qué sabemos acerca del agua?
Por Tomás Dávalos
Aguascalientes, Aguascalientes. 9 de enero de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Rafael Huizar Álvarez, profesor investigador del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), impartió la conferencia “¿Qué sabemos acerca del agua?”, en el marco de la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología en Aguascalientes. Como parte de su ponencia, señaló que es necesaria una gestión más eficiente de los recursos hídricos, para obtener una cuantificación real del agua y elaborar políticas públicas encaminadas en su conservación.
Refirió que en México y otros países del mundo, los tomadores de decisiones realizan la gestión del agua con base en estimaciones y suposiciones, cuando se requieren de datos duros, los cuales se obtienen a través de la instalación de sitios de observación para el monitoreo de todas las variables que se utilizan para la evaluación del agua, en términos de calidad, cantidad, dimensión y temporalidad, no obstante, se siguen utilizando metodologías clásicas, de los años 40 del siglo pasado.
“El 80 por ciento del agua que utilizan los seres humanos es agua subterránea, e inclusive, hay regiones al norte del país que utilizan exclusivamente agua subterránea. Por tal razón, la gestión del agua implica en especial estas aguas, porque es el sustento de todo y su origen es subterráneo, entonces, lo que hay que estudiar es el agua subterránea, porque si desconozco cuánta tengo, cómo es la dinámica y cuál es su funcionamiento, los manantiales y lagos van a ser afectados invariablemente”, explicó Huizar Álvarez.
El recorrido del agua
Para el estudio del agua subterránea, es necesario conocer qué porcentaje de las precipitaciones pluviales se infiltra hasta los mantos acuíferos, para entonces hacer una estimación de cuánta puede extraerse, considerando su disponibilidad, para no sobreexplotar los pozos. Sin embargo, no existe información precisa, pues conceptos como escurrimientos, evapotranspiración e infiltración, se realizan con base en estimaciones.
“Una cosa es el agua que absorbe la primera capa del suelo, y otra cosa es la cantidad que llega hasta los mantos acuíferos, porque mucha de esa agua vuelve a salir a la superficie, otro porcentaje la van a absorber las plantas, y otro porcentaje se puede desviar en el camino, solo un poquito llega a donde pienso que se va a ir”, manifestó.
Por ello, es indispensable realizar estudios sobre el recorrido del agua hasta llegar al subsuelo, para ello los especialistas deben establecer instrumentaciones hasta los mantos freáticos para conocer la cantidad real que les está llegando, esto, además de estar midiendo su calidad por métodos químicos y zootópicos, porque con esa información se va a mejorar la toma de decisiones.
“Entre más profunda, la calidad del agua cambia, por la cantidad de sales y los sólidos totales disueltos, como carbonatos, sodio, sulfatos, y por consiguiente, también traen elementos que no quiero que salgan, como arsénico, cadmio, fluoruro. Pero esa calidad puede mejorar si sé cómo operar el pozo, desde hace años estamos trabajando en un método para controlar la calidad con la extracción del pozo”, expresó.
Para finalizar su participación en la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, el profesor investigador del Instituto de Geología de la UNAM detalló que este método de operación de los pozos consiste en hacer una serie de operaciones físico-químicas, mediciones en los caudales, además de análisis de la composición química de las rocas y sobre la dinámica del agua que se encuentra en el subsuelo, para con base a esta información, establecer en qué periodos de la etapa de bombeo el agua cambia su composición, para determinar los horarios de operación cuando puede extraerse agua de mejor calidad, y cuándo es recomendable dejar de operarlo porque contiene más sales, siendo necesario esperar a que se recupere y posteriormente volverlo a operar.
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