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Científicos monitorean manglares del Parque Nacional Archipiélago de Espíritu Santo


Por Joel Cosío

La Paz, Baja California Sur. 10 de diciembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), en colaboración con un grupo de la sociedad civil, a través del Programa de Conservación para el Desarrollo Sostenible (Procodes) de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), realiza un diagnóstico integral del estado de conservación de los ecosistemas de manglares del Parque Nacional Archipiélago de Espíritu Santo.

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Juan Manuel López Vivas, profesor e investigador de la UABCS y colaborador en calidad de asesor en el estudio técnico del proyecto, detalló que utilizan vehículos aéreos no tripulados, comúnmente conocidos como drones, para capturar fotografías aéreas de las zonas de manglares de la Isla Espíritu Santo, que son utilizadas para cuantificar la cobertura vegetal de los manglares, identificar las especies de mangle que se encuentran y evaluar el estado de conservación de estos ecosistemas.

El especialista, quien es miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), adelantó que en los monitoreos realizados han detectado manglares con diferentes grados de afectación.

400_2_34Alejandra-Arriola.jpgAlejandra Arriola.“Se nos ocurrió que podríamos utilizar nuevas tecnologías, en este caso drones y sistemas de información geográfica (SIG), para monitorear las áreas de manglar de Isla Espíritu Santo. En los monitoreos hemos observado que todos los manglares tienen deterioros pequeños o de gran magnitud que no se han evaluado con datos, imágenes y monitoreos recientes; revisaremos imágenes satelitales antiguas para verificar si no se cerraron las entradas de agua debido a que se llenó de arena el lugar y está azolvado. Por ahora, no sabemos cuál es el problema”.

La técnico-controladora de drones de la investigación científica, la bióloga Alejandra Nadezhda Arreola García, detalló que realizan las fotografía aéreas de manera individual, en transectos horizontales y verticales, programados en la ruta de vuelo del dron.

Posteriormente, estas fotografías son agrupadas en el software PhotoScan Pro para conformar una imagen en tres dimensiones de un tamaño de 2.5 a tres GB.     

“Para generar la información, previamente programamos la ruta o polígonos de los manglares con el dron. Ayudamos a cubrir el 100 por ciento de cada una de las vías, más o menos realizamos un empalme de 80 a 60 por ciento de las fotografías, con las que obtenemos información sobre el área de la cobertura del manglar, la cobertura de cada especie de mangle e indicios sobre las alturas de estos manglares”, detalló Arreola García.

Los investigadores previamente han hecho —con imágenes satelitales— una estimación superficial de la cobertura vegetal de los manglares de la isla, que resultó de alrededor de 40 hectáreas.

Las imágenes procesadas en tres dimensiones permiten estimar la altura y el área de cobertura vegetal del manglar, con apoyo de otro software, el GvSIG, que analiza los colores de los pixeles, determinarán la cobertura específica de cada especie de mangle que se encuentre en los humedales, incluyendo los que estén deteriorados o muertos.

400-Dr-Juan-Manuel-Lopez-vivas.jpgDoctor Juan Manuel López vivas.“Llevaremos a cabo evaluaciones para determinar qué especies de mangle tienen impacto, además del total de la cobertura vegetal de esas 40 hectáreas de manglares, actualmente no sabemos cuánto es mangle rojo, blanco, negro y botoncillo. En esta parte, además de los drones, utilizaremos fotografías, sistemas de información geográfica, mediante una herramienta para determinar la especie de mangle por medio del pixelaje de las fotografías y monitoreos caminando alrededor de los manglares, para confirmar las especies que estamos monitoreando, después con el software sabremos cuál es la cobertura vegetal”, explicó Juan Manuel López Vivas.

El conocimiento que resulte del estudio técnico-científico sentará bases para estudios posteriores que tengan por objetivo determinar causas de impacto a los ecosistemas de manglar y conformar estrategias de conservación integrales de los mismos en el área natural protegida (ANP).

Parque Nacional Archipiélago de Espíritu Santo, una joya del mar de Cortés

En los ecosistemas de manglares, se mezcla el agua dulce de lluvia o ríos con el agua salada de mar; ahí prevalece el mangle, una vegetación leñosa tolerante a la sal. Estos hábitats prestan múltiples servicios ambientales: son sumideros naturales de carbono, producen oxígeno, mitigan la erosión costera e impacto de fenómenos meteorológicos, además son esenciales para la reproducción de especies marinas y costeras. 

“Los manglares son un ecosistema en el que viven muchos organismos y tienen un gran valor, en este caso, para las pesquerías, debido a todos los individuos que se pueden encontrar en él, muchas especies comerciales de las cuales nos alimentamos se crían en estos lugares. Por otro lado, son sumideros de carbono, actualmente están considerados que capturan el dióxido de carbono (CO2) y lo convierten en carbono particulado, después en carbono disuelto, con acciones de otros organismos y microorganismos que hacen toda esa conversión y lo regresan al sistema; además nos proporcionan oxígeno, que es muy importante para nosotros porque de él vivimos”, comentó López Vivas.

El Parque Nacional Archipiélago de Espíritu Santo es uno de los lugares con mayor atractivo para la investigación y divulgación científica en el golfo de California.

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Está localizado frente a las costas del municipio de La Paz, en el estado mexicano de Baja California Sur, se conforma por las islas La Partida y Espíritu Santo, así como los islotes La Ballena, El Gallo y La Gallina, en un área de alrededor de 105 kilómetros cuadrados, con una zona marítima exclusiva de 587 kilómetros cuadrados.

vEn las profundidades de sus aguas yerguen montañas submarinas, arrecifes coralinos y pastos marinos, entre otros ecosistemas de una vasta e inestimable biodiversidad.

En la montaña submarina El Bajo Espíritu Santo, por ejemplo, confluyen corrientes marinas ricas en nutrientes, que propician una alta productividad biológica, a este sitio se le atribuyen toneladas de peces exportados a otros lugares dentro de la bahía de La Paz, para beneficio de los esfuerzos pesqueros ribereños.

Su aislamiento geográfico ha permitido el surgimiento de treinta y ocho especies endémicas de flora y fauna terrestre, documentadas al día de hoy.  Asimismo, su origen volcánico permite interpretar millones de años de evolución de la Tierra.

En las islas del archipiélago también se pueden encontrar vestigios arqueológicos de los primeros californios.  

Por lo anterior, sus tranquilas y hermosas playas, sus cristalinas aguas y sorprendentes animales marinos, como ballenas, delfines y lobos marinos, este lugar además es un destino turístico internacional.

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El 10 de mayo de 2007 fue decretada área natural protegida. Asimismo, forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, que desde el 14 de julio de 2005 está en la lista de sitios Patrimonio Natural Mundial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

 

 

 

 

 

 

 

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