Analiza geográficamente el CIDE actividad criminal en el Distrito Federal
- Donde hay mayor densidad de personas, el número de objetivos de crimen aumenta y, por ende la victimización delictiva también. Tal es el caso de Polanco, y la Condesa, así como calles de alta aglomeración y tránsito, como Reforma.
- Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc e Iztapalapa son las demarcaciones que presentan los más altos índices de robo de vehículos.
- Para Campeche, Geocrimen ha realizado encuestas de victimización y de eficacia institucional, así como planes de prevención social de la violencia en la capital del estado y otros municipios.
Por Lizbeth Serrano Gómora
México D.F., a 21 de mayo de 2014 (AIC).- Por medio del análisis geográfico, investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) y otras instituciones de educación superior en México y el extranjero estudian la dinámica de la actividad criminal, la cual es descrita mediante datos estadísticos y cartografía, que son visibles y de consulta pública a través del sitio web denominado Geocrimen.
A excepción de la extorsión telefónica, el resto de los delitos tienden a concentrarse geográficamente. Esto responde a que las probabilidades de ser victimizado dependen, en gran medida, de una oportunidad criminal; es decir, donde hay mayor densidad de personas, el número de objetivos de crimen aumenta, y por ende la victimización delictiva también. Zonas, como Polanco, Condesa, el Zócalo capitalino, y calles de alta aglomeración y tránsito, como Reforma, son puntos donde el robo a transeúnte es mayor que en otros lugares de la Ciudad de México. En el caso del robo de vehículos, las delegaciones Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc e Iztapalapa son las demarcaciones que presentan los más altos índices en relación con este delito, y son los viernes los días estratégicos para cometer el robo, cuando el consumo de alcohol y el descuido por parte de los dueños se convierten en elementos clave para facilitar la extracción ilegal del vehículo.
Tales resultados provienen de diversos estudios geográficos que consideran tiempo y espacio, así como factores políticos, económicos, sociales, culturales y criminológicos, que ayudan a determinar si un tipo específico de crimen disminuye o se incrementa. De igual forma, bases de datos oficiales y encuestas provenientes de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, INEGI y otras instituciones son recursos utilizados por los especialistas para este tipo de estudios.
El doctor Carlos Vilalta Perdomo, investigador del CIDE y fundador de Geocrimen, afirmó que las infracciones de la ley deben ser analizadas desde una perspectiva geográfica, no sólo para saber en qué momento y en qué horario se efectuó un delito, sino también para contribuir inteligentemente en el diseño de políticas públicas y reducir las transgresiones al orden.
Entre los materiales que alberga Geocrimen destacan estadísticas judiciales a nivel nacional que contemplan periodos de hasta 80 años, cartografía digital de entidades federativas y municipios, y un observatorio delictivo que explica, mediante gráficas y mapas, la dinámica temporal y geográfica del crimen, considerando además el contexto social, económico y político de la época. Cabe señalar que los datos estadísticos y la cartografía disponibles para una consulta pública pueden ser descargados fácilmente y de forma gratuita. Para mayor información sobre análisis geográfico del crimen, puedes visitar la siguiente página web: geocrimen.cide.edu Actualmente, este proyecto se encuentra en estrecha colaboración con el Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, en cuanto al impacto de la política de prevención del crimen.
Para el gobierno de Campeche se han realizado encuestas de victimización y de eficacia institucional, así como planes de prevención social de la violencia en la capital del estado y otros municipios. Entre las actividades a futuro por parte de los miembros de Geocrimen están la impartición de un curso a nivel maestría que contemple las técnicas para el análisis geográfico del crimen, uso de software especializado y el cálculo de índices de autocorrelación temporal y espacial proyectados en mapas, así como la continuidad de las consultorías con autoridades del gobierno federal y estatal.