Los dreamers ante la revocación de DACA
Por Ricardo Capilla Vilchis
Ciudad de México. 7 de octubre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos de América, los inmigrantes ilegales de México y otras partes del mundo que radican en ese país se han visto enfrentados a diferentes dificultades, tales como un incremento en incidentes de violencia por parte de grupos xenófobos, hasta la revocación de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés).
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Óscar Ariel Mojica Madrigal, doctor en ciencias sociales por parte de El Colegio de Michoacán (Colmich) e investigador del Observatorio Regional de las Migraciones de la misma institución, habló sobre algunos aspectos de esta decisión tomada por el gobierno de Trump.
DACA fue propuesto en el año 2012 después de la cancelación de la Ley de fomento para el progreso, alivio y educación para menores extranjeros (Dream Act). Cabe destacar que DACA no fue una ley con la cual los inmigrantes pudieran regularizar su estatus migratorio, sino que solo permitía la estancia en EE. UU. de estos menores y los protegía de la deportación.
“Estos menores debían cumplir con ciertos requisitos para ser beneficiados: haber llegado a EE. UU. antes de haber cumplido 16 años, contar mínimo con un certificado de educación preparatoria o haber estado cursándola, además de no contar con antecedentes penales”, dijo el investigador.
Esta Acción Diferida benefició principalmente a inmigrantes mexicanos, pues según el doctor Mojica Madrigal, los aproximadamente 80 mil beneficiados eran de origen mexicano, sumando poco más de 600 mil jóvenes que estaban en riesgo de dejar atrás el sueño americano.
Para México, el principal problema que acarrea la revocación de DACA es la falta de recursos de infraestructura y espacios para lograr la reinserción de los jóvenes que sean deportados de regreso a México. En muchas ocasiones, a pesar de contar con una formación educativa alta como la educación universitaria o de posgrado, a estos jóvenes se les ofrecen empleos que no son adecuados a su nivel de preparación.
Asimismo, el investigador resaltó que la deportación de los dreamers puede traer problemas sociales entre los mismos mexicanos, como es el caso del reciente acuerdo entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) de abrir espacios en las universidades para los jóvenes que regresen a México, acuerdo que los miles de rechazados de las universidades públicas cuestionaron y reclamaron que también se abrieran lugares para ellos.
Según el investigador, el principal muro para la reinserción de estos jóvenes a la sociedad mexicana no es la frontera sino la burocracia mexicana, por todo lo que implica obtener un acta de nacimiento mexicana, como lograr la colocación en el sistema educativo, como acceder a becas, al sistema de salud, etcétera, sin mencionar el rechazo de la sociedad.
“En lugar de verlos como sujetos traidores a la patria y que no han hecho nada en la comunidad por haber pasado parte de su vida en el extranjero, hay que tratar de entender estos contextos en los que están ahora”, concluyó el doctor Mojica Madrigal.
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