Semiótica del flashmob y smartmob
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 20 de noviembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- El flashmob es una manifestación cultural que nació en las redes sociales virtuales en 2009. Desde entonces, ha ido transformándose de acuerdo con las características sociales, políticas y estéticas del contexto en el flujo continuo de Internet. En el marco del primer Encuentro de Semiótica organizado por la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Alfredo Cid Tenoch, miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), presentó una forma de observarlo detenidamente desde la perspectiva de la semiótica.
“El flashmob puede entenderse como una manifestación cultural cuyos elementos componentes permiten comprenderlo como una forma de espectáculo callejero que se diferencia del performance porque su rasgo distintivo es la multitud y la convocatoria a través de las redes sociales”, comentó el investigador en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
De acuerdo con el investigador, como forma de expresión social va adquiriendo especificidades y grados evolutivos, de tal manera que se considera la existencia de un flashmob en el momento en que un grupo de personas se convocan por medio de redes sociales para apropiarse de un espacio. La semiótica explica por medio de diferenciación, que es el fin de sus instrumentos, cómo una manifestación de tipo cultural adquiere su propia identidad en otra variante, de un performance a un espectáculo callejero, a un teatro, y que cada una de ellas puede ser utilizada con fines específicos.
La idea de un flashmob consiste en identificar un grupo organizado gracias al aumento exponencial de los nexos a través de la red y la consiguiente agregación multitudinaria. El resultado será en este caso una acción conjunta con un fin específico realizado de manera coordinada y que obtiene su potencia por los recursos de la comunicación en red. En el segundo orden de ideas aparece el gesto en su convención cinética, gracias a la contribución rítmica de la música con tareas de semantización espacio-temporal por medio de la coreografía.
En su trabajo conjunto, música y gesto constituyen la principal combinación para poder realizar la observación vinculada en la tarea de construir visualidad. La mayor parte de las veces el flashmob se constituye en un espectáculo callejero o ejecutado en un espacio específico, cuya función principal radica en estructurar significado con el concurso y los telones que hacen posible trazar el inicio y el fin del espectáculo, al mismo tiempo que signa un espacio imaginario de existencia e inexistencia. Cuando la música se encuentra presente, la coordinación entre gesto y cinésica delimitan el espacio y trazan la frontera entre el lugar de la ejecución y el lugar de la visión del espectáculo.
Smartmob, multitudes con ideología
Aunque el fenómeno es el mismo, el investigador señala que el smartmob es una derivación que se diferencia del flashmob ya que tiende a utilizarse con contenido o fines ideológicos. En la crisis española de 2011 se efectuaron fuertes recortes a la salud y a la educación, tras lo que surgió un smartmob del personal de un hospital en Cádiz que, vestidos con traje de quirófano y en plena calle, realizaron un baile coreografiado para llamar la atención sobre la problemática económica.
“En los años 80 los mineros de Hidalgo quisieron hacer una protesta porque les iban a cerrar la mina y se presentaron desnudos en frente y eso podría haber sido considerado un smartmob; la única diferencia es que no fueron convocados por las redes sociales, no se explicó cómo se iba a realizar ese evento momentáneo y es entonces cuando encontramos ese elemento diferenciado; lo que no cambia es que hay formas de apropiarse del espacio público, y uno de los productos de esta apropiación es el flashmob y el otro es su derivación con contenido ideológico, que es el smartmob”, comentó el investigador.
El investigador señaló también que la semiótica parte de la reflexión sobre lo que pasa en la cabeza del ser humano a través de los lenguajes, y cada sistema semiótico nació de estudiar un lenguaje; la lingüística, por ejemplo, genera una semiótica a partir de la lengua como sistema que tiene una serie de complejidades a entender, posiciones, determinaciones y aspectos específicos del lenguaje. Sin embargo, la lengua hablada no tiene los problemas de la lengua visual, de los sistemas olfativos o de los problemas térmicos, por lo que todo eso entra, por otro lado, en el conocimiento humano, y de acuerdo con esto otros teóricos lanzaron la hipótesis de que en las relaciones lógicas de asociación radica esa capacidad de interrogar la realidad.
En el marco del Encuentro de Semiótica, la artista e investigadora en procesos de arte Silvia Barbotto expuso un conjunto de obras bajo el concepto de “Semiósferas”, y anunció la realización del smartmob Kiimac Olaal en la ciudad de Mérida, que tendrá lugar el día 12 de diciembre del presente año en el barrio histórico de Santiago, ubicado en el centro de la ciudad.
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