Empresas tecnológicas buscan mitigar los daños al medio ambiente
Por Janet Cacelín
Ciudad de México. 6 de septiembre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- La contaminación del agua, tala de árboles, el cambio climático, acumulación de basura e incluso el ruido son solo algunos de los principales retos ambientales a los que se enfrenta la población actual en México y el mundo.
En nuestro país, a partir de la creación de al menos 40 mil empresas sociales, diversos investigadores han dado un salto como empresarios con la materialización de diversos desarrollos para ayudar al medio ambiente y al mismo tiempo poder brindar un servicio.
Durante la conferencia titulada Tendencias tecnológicas para el medio ambiente, que fue presentada durante el ciclo de charlas de Innovation Match, se presentaron dos empresas sociales que buscan mitigar y reducir el impacto ambiental en México.
Reutilizar el agua con sistemas biológicos
La empresa social CPlantae, formada por un grupo de jóvenes estudiantes de biotecnología, ingeniería civil, arquitectura, química y desarrollo sustentable, de diversas instituciones educativas en Puebla, Tlaxcala y Sinaloa, entre estas la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), desarrollaron tecnologías innovadoras para limpiar aguas residuales a partir de sistemas biológicos.
Surgió como respuesta a un problema en el que, según Conagua, 70 por ciento de las aguas residuales en México son desechadas a ríos o utilizadas para el riego y cultivo de alimentos y aproximadamente siete de cada 10 alimentos son regados con aguas negras.
Además, en México, cada año se genera el equivalente de 50 mil estadios Azteca de agua residual descargándose directamente al medio ambiente sin ningún tipo de descontaminación, por lo que 70 por ciento de los cuerpos acuáticos del país presenta algún tipo de contaminación.
“Nosotros lo que hacemos es descontaminar el agua residual a partir de utilizar biotecnologías, es decir, utilizar organismos vivos, de la naturaleza, que nos ayuden a descontaminar el agua de una forma más consciente y más económica”, dijo José Luis Ortiz Robles, director general de CPlantae.
Su propuesta es desarrollar biosistemas como plantas de tratamiento de agua residual conformadas por tecnologías sustentables de biorremediación como son en humedales artificiales, estanques, biodigestores y vermifiltros. Este sistema es eficaz, de bajo costo y funciona sin energía eléctrica.
“Nuestra tecnología está basada en aprender a aplicar los mecanismos que la naturaleza ha desarrollado a través de millones de años, eso lo mezclamos con sabiduría ancestral para crear biotecnologías sustentables de alta calidad que reduzcan la contaminación”, dijo.
Con este sistema, el equipo de CPlantae limpia el agua de casas, drenajes, industrias y comunidades enteras a través de jardines acuáticos. Se realiza una construcción sencilla, cuyo diseño parecido al de un jardín se aleja totalmente de las plantas residuales convencionales.
“Entre las ventajas están que los costos son mucho más bajos, es natural, verde y sustentable. No se generan lodos, el agua es de muy alta calidad. Y enseñamos a las comunidades para que, con sus propios materiales, repliquen nuestra tecnología”, señaló.
BMCC, la empresa que comercializa carbono atmosférico
Es una empresa de base tecnológica, que se fundó en el estado de Puebla en 2014, con el objetivo de comercializar carbono atmosférico en forma de biofertilizantes para suelos agrícolas de México.
Ramón Bacre, quien es ingeniero en biotecnología por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, cuenta con una maestría en ciencias de la Tierra, por la UNAM, y además es el director general de la empresa, señaló que una de sus pasiones es el suelo, y se interesó además en el tema del cambio climático como uno de los problemas más importantes en el planeta.
Bacre, quien define cambio climático como el exceso de calor en la atmósfera, aseguró que en el mundo se emiten alrededor de nueve gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera cada año, y de esas nueve, cuatro se quedan secuestradas en la tropósfera y es precisamente lo que hace que se empiece a calentar la superficie del planeta.
Otro de los problemas que analizó para el desarrollo de esta tecnología fue la pérdida de carbono en los suelos, ya que un suelo sin carbono pierde completamente su fertilidad.
“En el suelo hay tres veces más capacidad de tener carbono que lo que hay en el aire. Pongo estos dos problemas porque si tenemos un exceso de carbono en la atmósfera y una pérdida de carbono en el suelo, ¿por qué no podemos ponérselo? Esa es nuestra idea original, la base conceptual de nuestro proyecto”, señaló durante la conferencia.
Para hacer realidad esta idea, la herramienta principal es el biochar, algo muy parecido al carbón vegetal que se usa para las carnes asadas, pero con mucha ciencia detrás.
“Para generar el biochar es necesario procesar la materia orgánica, a través de un proceso de pirólisis, que es la descomposición química de materia orgánica y todo tipo de materiales, excepto metales y vidrios, causada por el calentamiento a altas temperaturas en ausencia de oxígeno. Es un material muy poroso, se puede hacer de cualquier residuo orgánico”, detalló.
De acuerdo con la empresa, el biochar se puede utilizar como biofertilizantes que mejoran la humedad del suelo, retienen macro/micronutrientes por más tiempo y detonan el crecimiento de microorganismos benéficos de los suelos, como son micorrizas, rizobacterias y hongos entomopatógenos.
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