¿Qué pasó con el huracán Patricia?
Por Lizbeth Barojas Vázquez
Veracruz, Veracruz. 26 de noviembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- El huracán Patricia, formado en aguas del Océano Pacífico, era catalogado uno de los ciclones tropicales más catastróficos de los últimos años a nivel global. Con vientos que se esperaba superaran los 220 kilómetros por hora, golpearía los estados de Jalisco, Colima y Nayarit el día 23 de octubre de 2015, impactando como un huracán categoría cinco, dejando a su paso gran destrucción. Sin embargo, al tocar tierra mexicana, el fenómeno natural fue bajando de categoría, hasta convertirse en una tormenta tropical, según informaron medios locales el 24 de octubre a las 7 de la mañana.
Como consecuencia de este episodio, el doctor Carlos Manuel Welsh Rodríguez, especialista en climatología y miembro activo de la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos (Redesclim), red temática de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), concedió una entrevista a la Agencia Informativa Conacyt para explicar qué fue realmente lo que sucedió con este ciclón.
Welsh Rodríguez explicó que la combinación de factores logró convertir este fenómeno hidrometeorológico en uno de los más peligrosos de los últimos tiempos. "Los modelos de pronóstico meteorológico señalaron con bastante precisión que se trataba de un fenómeno de mucha intensidad, que incluso existían condiciones que favorecían su crecimiento, puesto que el agua en el Océano Pacífico tenía la suficiente energía para convertirlo en un monstruo mayor".
Al percatarse de la magnitud del evento hidrometeorológico, el Sistema de Alerta de Huracanes de los Estados Unidos hizo las comunicaciones correspondientes con el Sistema de Protección Civil mexicano, el Servicio Meteorológico Nacional y la Comisión Nacional del Agua quienes, al revisar los datos históricos, repararon en que no se había presentado un evento de estas características en esta época del año, por lo que de inmediato se alertó a la población a tomar las medidas necesarias, ante lo que sería uno de los sucesos más desastrosos en la historia del país.
"Se encontró que la banda nubosa que estaba asociada con este fenómeno era mucho más grande de lo que se esperaba, y que había una trayectoria potencial para ingresar sobre el estado de Jalisco, avanzar sobre la meseta central y, posteriormente, subir hacia el norte. El Sistema Nacional de Protección Civil alertó y preparó toda una estrategia para evitar grandes daños sobre la infraestructura y sobre todo salvaguardar las vidas humanas, lo cual funcionó de manera óptima, evitando que los daños fueran irreparables."
Degradación del huracán
De acuerdo con el investigador, el pronóstico indicaba que el huracán impactaría en el estado de Jalisco; sin embargo, se desvió hacia la vertiente sur, entre Colima y Nayarit, dirigiéndose hacia abajo donde al ingresar chocó directamente con la Sierra Madre Occidental, donde había condiciones de mucha humedad y menos temperatura, haciendo que disminuyera de manera drástica la intensidad del fenómeno.
Cabe destacar que estos fenómenos requieren el calor y energía del mar para alimentarse, "es común que este tipo de eventos mitigue su fuerza al tocar tierra, disminuyendo la intensidad de sus vientos".
De acuerdo con el Acta Botánica publicada por el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional de Durango, la Sierra Madre Occidental es el complejo montañoso más grande México, extendiéndose por casi mil 200 kilómetros desde el noroeste de Sonora hasta el norte de Jalisco. "Esta cadena montañosa, con altitudes de hasta dos mil metros, fue pieza clave para la degradación del peligroso ciclón".
Además del encuentro con el sistema montañoso que cubre todo el oeste mexicano, la presencia de un frente frío y baja presión que se encontraba allí terminó por degradar de manera considerable el huracán categoría cinco, hasta convertirse en tormenta tropical. "Si hubiese entrado más hacia el norte, en dirección a la costa de Jalisco, en particular sobre la zona turística de Puerto Vallarta, hoy en día estaríamos hablando de otro fenómeno, con impactos muy diferentes".
El doctor Welsh Rodríguez hizo hincapié en que la combinación de los factores antes mencionados fue crucial en la degradación de Patricia, del cual se temía de su impacto como huracán categoría cinco que dejaría a su paso grandes destrozos en la costa del Pacífico mexicano. "El factor más importante fue el choque con la Sierra Madre Occidental, cuya temperatura y energía eran menores comparadas con las del mar; otro elemento de suma importancia fue esta masa de aire frío que terminó por contribuir con la atenuación del efecto que se esperaba".
¿Qué son los huracanes?
De acuerdo con Huracanes Parte I Estructura y Climatología por el profesor Steven Businger, estos fenómenos son miembros de una familia de ciclones llamados ciclones tropicales, los cuales son unos de los fenómenos hidrometeorológicos más devastadores, que traen consigo vientos destructivos, lluvias torrenciales y, por consecuente, inundaciones y destrucción de grandes territorios, así como pérdida de vidas humanas.
Para la formación de un huracán se requiere concentrar en la atmósfera aire cálido y húmedo sobre un sitio. De acuerdo con la Conagua, los ciclones tropicales inician su desarrollo como pequeñas perturbaciones atmosféricas en las zonas del planeta y en las épocas del año que cumplen con las condiciones necesarias para su formación e intensificación.
Redesclim en acción
La Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos tiene entre sus objetivos monitorear los fenómenos naturales y cada desastre, para analizar científicamente cada una de las características físicas del agente peligroso y las condiciones de riesgo.
Durante los días 24 y 25 de octubre, miembros de la Redesclim realizaron trabajo de campo para recopilar evidencia de los daños ocasionados por Patricia. "Este es un caso de estudio, apenas estamos terminando de analizar cada uno de los parámetros asociados con el evento extremo, con la finalidad de conocer qué fue lo que ocurrió con precisión. Necesitamos estudiar las variables que incidieron de manera indirecta en la degradación de este huracán".
Miembros de la Redesclim se encuentran estudiando los datos, "estamos hablando de un huracán de categoría cinco que, por la velocidad de sus vientos, estaba fuera de dicha categoría; si existiera la categoría, estaríamos hablando de un evento de esa magnitud", indicó Welsh Rodríguez, especialista en climatología de la Universidad Veracruzana.
"Estamos analizando de igual manera los factores que promovieron la formación de dicho monstruo hidrometeorológico, así como determinar las causas de las rachas de sus vientos, las cuales estaban fuera del límite establecido. Sabemos que el choque con la Sierra Madre Occidental degradó la presencia de los vientos, físicamente tenemos el porqué de dicho cambio tan drástico; sin embargo, queremos conocer si hay incidencias de otros factores que favorecieran este fenómeno".
La presencia de El Niño
El doctor Welsh Rodríguez explicó que la presencia del fenómeno climatológico de El Niño frente a costas de Perú, el cual es una oscilación de la temperatura en aguas superficiales, ha incidido fuertemente en las condiciones climatológicas de la república mexicana. "Tenemos un Niño muy fuerte, es decir que tenemos una temperatura muy alta en el mar, la presencia de este fenómeno calienta las aguas del Océano Pacífico, contribuyendo a la formación de estos fenómenos hidrometeorológicos".
Indicó también que la sequía en la parte central del país está asociada con la presencia de dicho fenómeno en aguas del Pacífico; sin embargo, no es posible afirmar que el cambio climático esté directamente relacionado con la presencia de El Niño, pero cabe señalar que desde la década de los 70 hasta el 2015, el huracán Patricia ha sido el fenómeno de mayor intensidad en la zona costera del Pacífico.
"De revisar la literatura, con los datos del Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, desde 1970 hasta el 2015 vemos que existe la posibilidad de un incremento en la formación de estos fenómenos hidrometeorológicos en corto plazo, es decir, vamos a tener periodos muy cortos de formación de estos eventos, los cuales serán cada vez con más frecuencia y con mayor intensidad, tanto para la Cuenca del Pacífico como el golfo de México", concluyó.
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