Primera Unidad de Experimentación Animal en el sureste
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 19 de noviembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Mus musculus es la especie de ratones más utilizada en la investigación científica a nivel internacional y ha constituido una de las principales herramientas en la búsqueda por una vacuna contra la enfermedad del mal de Chagas y la leishmaniasis en el Centro de Investigaciones Regionales "Dr. Hideyo Noguchi" de la Universidad Autónoma de Yucatán (CIR Uady), que en el marco del simposio Trop-G, Medicina Tropical en el Golfo de México inauguró la Unidad de Experimentación Animal, primera en su tipo en la región sureste.
"Se trata de un área done están alojados los ratones o los animales que sirven para la realización de experimentaciones con vacunas actualmente; la idea de crear este espacio obedece a la necesidad de un espacio físico para albergar animales que estén bajo experimentación y, por otro lado, a tener las condiciones que garanticen el bienestar de los animales y den comodidad y seguridad a la gente que trabaja con ellos", comentó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt Pedro Martínez Vega, responsable de la Unidad de Experimentación Animal.
Martínez Vega señaló que en la investigación de vacunas y tratamientos se busca tener un modelo que replique lo que pasa en el ser humano. Dentro de los roedores, principalmente los ratones son los que mejor presentan esa similitud, además de que son fáciles de manejar y ocupan un espacio reducido comparado con mamíferos más grandes.
"Estas son las principales ventajas que tiene trabajar con ratones, la similitud está principalmente en el tiempo de respuesta inmunológica que puede ser similar al que se presenta en humanos, y eso es lo que se busca en un modelo biológico de experimentación", comentó el investigador.
Para que los ratones puedan ingresar es necesario que procedan de bioterios de producción certificados. Los ratones de la Unidad de Experimentación Animal del CIR-Uady provienen del Centro UNAM-Harlan, el principal biotero en América Latina que produce roedores con calidad biológica estándar internacional certificada.
En animales más grandes como los perros, la raza más común en experimentación es la Beagle, y provienen de criaderos para animales de laboratorio en Estados Unidos, donde se procuran las características genéticas especiales requeridas. En una siguiente etapa, el CIR-Uady contará también con un espacio para esta especie.
"Los Beagle son propicios principalmente por su carácter dócil, es una raza de talla mediana lo cual hace que sea fácil el manejo, y también es una de las razas que más se ha conservado genéticamente, lo que hace que sean una de las principales razas que se usan", comentó Martínez Vega.
Características especiales
Hasta el momento se cuenta con un total de 100 ratones blancos hospedados en la Unidad de Experimentación Animal, que tiene capacidad de albergar de 500 a 600 animales. La unidad tiene un área de acceso limpia para evitar introducir un patógeno del exterior. Las características del espacio recaen en el control absoluto sobre las variables ambientales, con periodos de 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad.
El control de la temperatura oscila de 22 a 24 grados centígrados y la humedad corresponde a menos 70 por ciento, ya que son factores que eventualmente pueden afectar la respuesta de los animales a los tratamientos y vacunas.
Un rack de ventilación filtra el aire del medio ambiente a través de procesos microbiológicos y lo circula de manera continua por una tubería conectada a las jaulas selladas herméticamente. Con esto, se permite que los olores que puedan desprenderse de la orina de las heces se liberen, sobre todo aquellos tóxicos como el amoniaco. Una de las razones por las que solo puede estar una especie en un complejo de jaulas es precisamente por la circulación de sus olores particulares, y la intrusión de un olor distinto puede generar un efecto negativo.
El investigador señaló que cuando los animales se estresan liberan hormonas muy fáciles de detectar por el olfato, sobre todo el de las especies consideradas como presas, en un sistema de comunicación de la naturaleza. El hecho de que haya estrés en un ambiente puede hacer que los que se encuentren en el mismo espacio liberen a su vez estrés, por lo que las jaulas selladas permiten controlar esta cuestión.
Los ratones blancos están alojados por grupos debido a que es una especie social, pues normalmente tienden a estar en grupos en el medio natural donde establecen sistemas jerárquicos. Generalmente se forman grupos experimentales que pueden variar de tres a doce animales por grupo, dependiendo del proyecto.
"En este caso tenemos siete animales por grupo y esto nos permite que donde están su espacio vital se respete y que puedan establecer esta conducta grupal, sus jerarquías y su sistema de socialización", agregó el responsable.
Por su parte, los hámsters se encuentran en condiciones menos aisladas, se utilizan para el mantenimiento de la cepa de Leishmania, con el fin de que el patógeno pueda estar en un ambiente vivo y mantener sus condiciones de patogenicidad.
"Tratamos de que ninguna de las variables externas pueda afectar los resultados como las condiciones de calor o de estrés que pueden afectar el tipo de respuesta que pueden dar de manera natural; si controlamos todas las condiciones ambientales, la respuesta que vamos a medir es propiamente la respuesta biológica de la interacción del patógeno, el tratamiento que estamos probando, que en este caso son vacunas, y la respuesta del hospedero, que en este caso es el ratón y el hámster", comentó Martínez Vega.
Ciclo de vida de un ratón
A partir de que llegan a la Unidad de Experimentación Animal, los ratones pasan un periodo de cuarentena que depende de ciertas condiciones como su lugar y tiempo de procedencia, por lo que el periodo de aclimatación puede durar entre 15 y 21 días. Durante este tiempo se observan posibles signos de enfermedad y comportamientos extraños en los animales para excluir aquellos que puedan tener algún problema, siendo las causas más comunes la presencia de ácaros o parásitos intestinales. Usualmente, los animales excluidos antes del proceso de investigación son sacrificados.
Una vez aclimatados, se les identifica y se les ubica en jaulas de alojamiento, donde pasan alrededor de una semana antes de que el experimento correspondiente inicie. Una vez que comienza el experimento, cada semana se realizan observaciones y tomas de muestras dependiendo de cada tipo de investigación, que pueden variar de seis a doce semanas en el caso de los ratones. Al final del ciclo los animales se sacrifican y reciben una certificación para obtener sus muestras y analizar los resultados.
"Es una unidad que está abierta y esto nos permite poder ofrecer el servicio a la gente que esté interesada en hacer investigación y tener todo este cuidado que tenemos sobre los animales para los procesos de investigación científica que se realizan", apuntó Martínez Vega.
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