Investigación biomédica de la UAQ
Por Israel Pérez Valencia
Santiago de Querétaro, Querétaro. 3 de marzo de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- La Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) es sede del Departamento de Investigación Biomédica, un proyecto interdisciplinario integrado por investigadores de diferentes especialidades, con el objetivo de desarrollar proyectos académicos y de investigación científica enfocados en las neurociencias, y que además alberga la Clínica del Sistema Nervioso y el Laboratorio de Neurobiología y Bioingeniería Celular.
En ese sentido, el titular de la Clínica del Sistema Nervioso, doctor Hebert Luis Hernández Montiel, explicó que el antecedente de este departamento especializado en neurociencias surgió en 2005, cuando cambiaron las normatividades de evaluación federal para las universidades en lo que se refiere a indicadores de posgrado, lo que obligó a las instituciones de educación superior a generar departamentos de investigación en ese nivel académico.
“La Facultad de Medicina de la UAQ comenzó un plan de crecimiento asociado a la contratación de investigadores de carrera. En 2007, se instauró el Departamento de Investigación Biomédica con lo que se empezó a atraer financiamiento para la investigación, lo que nos dio más presencia y fortaleza académica. Nos centramos en el desarrollo de programas académicos de maestría y doctorado que incorporamos al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en 2009”, detalló.
Hernández Montiel puntualizó que actualmente el Departamento de Investigación Biomédica lo compone un equipo de 15 investigadores de diferentes especialidades que van más allá del ámbito médico, lo que le ha generado una mayor capacidad científica e indicadores académicos.
Líneas de estudio en el Departamento de Investigación Biomédica
Dentro de los proyectos que se desarrollan en el Departamento de Investigación Biomédica de la UAQ, se encuentran los de la investigadora Mónica López Hidalgo, quien estudia la neurofisiología del envejecimiento, tanto en investigación básica como en aplicada.
“En el proyecto de ciencia básica, estudiamos en ratas los mecanismos neurofisiológicos que llevan al envejecimiento en células gliales, como los astrocitos. En la otra línea de investigación, que va enfocada en la clínica, se trabaja con personas de la tercera edad para analizar el deterioro cognitivo a partir de los 60 años”, puntualizó.
En el caso de las células gliales, de acuerdo con López Hidalgo, el estudio se centra en la D-serina, una sustancia endógena que se libera desde la gestación y que ayuda a que el sistema nervioso central desarrolle su plasticidad sináptica y funciones cognitivas como el aprendizaje, memoria y la atención.
“El propósito es ver qué ocurre si suplementamos la D-serina en etapas tempranas para prevenir el deterioro cognitivo. Puede ser administrada de manera oral, de hecho es recetada en pacientes con padecimientos como la esquizofrenia”, aclaró.
Por su parte, la investigadora Ana Gabriela Hernández Puga desarrolla una línea de investigación donde analiza los disruptores endocrinos y su relación con el desarrollo de enfermedades crónico degenerativas en los sistemas nervioso y endocrino.
“Los disruptores endocrinos son compuestos que se utilizan para la producción de plásticos, cosméticos o para el embalaje de alimentos a los que la población está expuesta constantemente. Por su estructura química, que es muy parecida a la de las hormonas, tienen la capacidad de ser absorbidos por el cuerpo y transportarse en la sangre e ingresar a las células”, advirtió.
Hernández Puga enunció que los disruptores endocrinos más comunes son el bisfenol A y los bifenilos policlorados (PCB), mismos que, en otras investigaciones, se han visto correlacionados con padecimientos como el autismo, diabetes y obesidad.
“La idea es evaluar qué efectos tienen estos disruptores endocrinos utilizando modelos in vitro o in vivo para determinar su prevalencia en la población”, informó.
Como parte de sus áreas de investigación científica, el Departamento de Investigación Biomédica cuenta también con el Laboratorio de Neurobiología y Bioingeniería Celular, donde se desarrollan proyectos orientados al estudio de padecimientos, como la diabetes tipo 1, en modelos animales.
Clínica del Sistema Nervioso, espacio de investigación y servicio público
Otra de las áreas importantes del Departamento de Investigación Biomédica de la UAQ es la Clínica del Sistema Nervioso, escenario que fue financiado a través de los Fondos Mixtos del Conacyt, el estado de Querétaro y Fondos Concurrentes de la UAQ, con el objetivo de realizar diagnósticos e investigación en enfermedades del sistema nervioso, de acuerdo con su titular, Hebert Luis Hernández Montiel.
“En Querétaro, las cuestiones de investigación y diagnóstico asociadas a la neurofisiología clínica para ofrecer a la población son escasas; incluso las instituciones de salud del estado no cuentan con el equipamiento adecuado para los servicios de diagnóstico y tratamiento. En 2012, la institución pudo atraer nuevos financiamientos externos para la creación de la Clínica del Sistema Nervioso”, detalló.
Hernández Montiel subrayó que esta clínica no tiene fines de lucro, sino de investigación adscrita a la universidad, por lo que los precios de sus servicios son muy accesibles para la población.
“A la fecha contamos con consulta externa a la población abierta en neurología, psiquiatría, psicología, cardiología, medicina interna, endocrinología, oftalmología y neumología. Hay que apuntar que los especialistas que realizan la atención no vienen por negocio, sino porque están ligados a la cuestión de servicio médico y la investigación”, explicó.
Al respecto, el investigador René Francisco Rodríguez Valdés detalló que su trabajo, que lleva a cabo junto con la investigadora Liane Aguilar Fabré en la Clínica del Sistema Nervioso, comprende una doble función, que es la labor asistencial de las pruebas neurofisiológicas que realiza la clínica y de apoyo a la investigación, en estudios de electroencefalografía, mapeo cerebral, potenciales evocados, conducción nerviosa y electromiografía.
“Las pruebas son de electroencefalografía convencional o cuantitativa, videos de electroencefalogramas, el estudio de las patologías del sueño, conducción de potenciales evocados multimodales, visuales y auditivos, somatosensoriales motores y los estudios de electromiografía en general, que conforman un paquete de evaluación funcional del sistema nervioso central y periférico”, explicó.
El titular de la Clínica del Sistema Nervioso de la Facultad de Medicina informó que se están estableciendo convenios de colaboración con las instituciones de salud del estado, para que a través de esos convenios se puedan derogar los estudios externos a esos institutos y que les sean pagados a la universidad, para que los derechohabientes de cada institución puedan recibir una atención integral.
• Dr. Hebert Luis Hernández Montiel
Titular de la Clínica del Sistema Nervioso
Facultad de Medicina, UAQ
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