Mexicanos desarrollan primer ultrapasteurizador de leche materna
Por Armando Bonilla
México, DF. 26 de mayo de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- De acuerdo con datos del Banco Mundial (BM), la tasa de mortalidad infantil (cero a cinco años de edad) se redujo en la última década; no obstante, aún hay cerca de 3 millones de recién nacidos en el mundo que mueren cada año durante su primer mes de vida, debido a causas evitables o tratables, revela la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala también una reducción en la tasa de mortalidad infantil, que va de 32.5 muertes por cada mil niños (menores de un año) nacidos en 1990, a 13.0 muertes por cada mil infantes nacidos en 2013.
Esta disminución deriva de las acciones emprendidas a nivel mundial para conquistar uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el cual plantea la reducción en dos terceras partes de la mortalidad de niños menores de cinco años, meta a cumplirse entre 1990 y 2015.
Entre las acciones emprendidas se encuentra la promoción e implementación de mejores programas de salud (alimentación) para los recién nacidos. En ese contexto, durante la última década pudo apreciarse en México el incremento en las acciones orientadas a promover la importancia y los beneficios de la lactancia materna.
Riesgos de la incorrecta lactancia materna
Diversos estudios realizados por el doctor José Arellano Galindo, investigador en ciencias médicas del Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG), 
han comprobado que la lactancia materna también puede significar riesgos para el bebé, toda vez que, cuando existen agentes infecciosos en la madre, pueden transferirse de manera vertical hacia el recién nacido.
En el ámbito internacional y en México ya se han desarrollado trabajos de investigación que dan cuenta de este fenómeno, pero el estudio realizado por el doctor Arellano Galindo profundizó en las condiciones de la madre mexicana hasta identificar que, a diferencia de las madres de otras regiones del mundo, transfieren el virus pero también las cualidades inmunológicas –respuesta de anticuerpos– para combatirlo.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Arellano Galindo explicó que “la leche de la madre mexicana tiene una respuesta de anticuerpos alta debido a que ellas han estado en contacto con bastantes agentes infecciosos, lo que a su vez les ha permitido desarrollar una respuesta de anticuerpos más eficiente”.
Asimismo, detalló que esa respuesta inmunológica se pierde cuando la leche materna es sometida a métodos tradicionales de pasteurización. “Ese es el modelo de pasteurización que actualmente se utiliza en México para alimentar con leche materna a los bebés cuando estos no pueden ser amamantados directamente por la madre”, enfatizó.
“Ante ello, nos vimos obligados a contemplar y estudiar la ultrapasteurización como un mecanismo para mantener las propiedades de la leche materna y salvaguardar al mismo tiempo a los bebés de la transferencia vertical de virus”, dijo.
Agregó que con estos estudios tratan de demostrar que “con la pasteurización tenemos problemas porque estamos eliminando la respuesta de anticuerpos que en realidad son útiles para el desarrollo del bebé. (En cambio) con el proceso de ultrapasteurización propuesto, esperamos encontrar una disminución en la eliminación de anticuerpos, es decir, mantener la respuesta inmunológica en la leche ultrapasteurizada para que el bebé los aproveche en su desarrollo”.
Pasteurización frente a ultrapasteurización
A pregunta expresa sobre las diferencias más significativas entre ambos procesos, el especialista señaló que la pasteurización consiste en calentar la leche a una temperatura de 62 grados por un lapso de media hora y después someterla a un choque térmico; mientras que en la ultrapasteurización, la temperatura de la leche se eleva hasta los 72 grados pero solamente durante cinco segundos, y después se somete al choque térmico.
“Este (último) proceso aparentemente destruye menos la respuesta de anticuerpos pero hay que demostrarlo científicamente (…) Hemos avanzado un 50 por 
ciento en este trabajo de investigación. Hasta el momento ya demostramos –resultados publicados en 2014– que las madres mexicanas se infectan con virus transferibles verticalmente y que la respuesta de anticuerpos de esa madre es mucho más alta que en Estados Unidos o Europa”, detalló.
Añadió que la siguiente etapa de la investigación tiene que ver con el desarrollo prototípico de un equipo de ultrapasteurización adaptado a las características de la madre mexicana. Explicó que existen dispositivos creados en otras partes del mundo, pero que solamente realizan el proceso de pasteurización.
“Queremos demostrar que un equipo de ultrapasteurización es más eficiente en las madres y los bebés mexicanos que uno de pasteurización, y para eso hay que desarrollarlo”, enfatizó.
El diseño del ultrapasteurizador de leche materna
Tras identificar la necesidad de un ultrapasteurizador, el doctor contactó a un grupo de investigadores mexicanos a quienes encomendó el desarrolló del 
prototipo. Los jóvenes –que presentaron los avances de su trabajo en el marco del I-Corps Program Pilot México– revelaron que se encuentran muy avanzados en el diseño y que están a punto de comenzar su construcción.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Andrés Leal Colón, egresado de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), explicó que el prototipo cumple con los requerimientos del doctor Arellano Galindo y básicamente consiste en un sistema robótico estructurado por contenedores con una serie de líquidos a diferentes temperaturas, para poder generar el choque térmico a la leche materna.
“Prácticamente estamos en la etapa final del diseño mecánico y electrónico, y estamos apunto de arrancar la manufactura, solamente necesitamos conseguir los recursos para su construcción”, señaló.
Respecto al funcionamiento del prototipo, Nathan Martínez, ingeniero egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), unidad Azcapotzalco, quien también participa en el desarrollo, detalló que la máquina contará con una canastilla donde se colocarán las muestras para trasladarlas a los contenedores con los líquidos calientes a la temperatura necesaria.
Agregó que durante la inmersión de la canastilla en los contenedores, se monitoreará de manera constante la temperatura, y posteriormente, una vez 
cumplido el lapso indicado, la canastilla se trasladará a otros contenedores a diferente temperatura para generar el choque térmico.
“El proceso será totalmente automático y está pensado para que sea de una sola carga y descarga. Queremos que sea lo más fácil de usar, que con solamente apretar un botón se lleve a cabo el proceso”, dijo Luis Gustavo Miranda, ingeniero egresado de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA) del IPN, y quien también forma parte del equipo que trabaja en la investigación.
El hospital de la mujer y su contribución en la etapa clínica
A la par de los trabajos para el desarrollo prototípico, a través de la colaboración de José Luis Cruz, médico neonatólogo e investigador clínico del Hospital de 
la Mujer, han comenzado los trabajos para llevar la investigación hasta su fase clínica.
“Realizaremos una recolección de muestras representativas de pacientes que tenemos en el hospital, las cuales se someterán a la ultrapasteurización en el prototipo, para después analizar (química y biológicamente) los resultados y compararlos con otras muestras sometidas a la pasteurización tradicional”, detalló el doctor Cruz.
Explicó que ese trabajo permitirá identificar la pérdida o retención de los componentes inmunológicos con los que cuenta la leche al salir directamente del seno materno. “Después de realizar esas pruebas, se incrementará el volumen de las muestras y se someterán al proceso habitual de manejo de la leche en el hospital, que básicamente consiste en su cauterización, almacenamiento (cuarentena) y pruebas de calidad biológica”.
Impacto social
De acuerdo con el doctor José Luis Cruz, el impacto social de este gran proyecto de investigación no solamente se limita a la prevención del contagio vertical de infecciones, ni a la posibilidad de alimentar con leche materna de alta calidad a los recién nacidos (disminuyendo así las probabilidades de mortalidad), sino que también permitirá optimizar el funcionamiento de los bancos de leche materna.
“Aquellas madres que cuentan con un excedente de leche podrán donarla para ser ultrapasteurizada y utilizada en otros bebés. Con este prototipo y con esta situación estaríamos en la capacidad de darle la leche a cualquier niño, aún cuando no sea el hijo de la madre que la aporta”, concluyó.
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