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Los efectos del estrés en el metabolismo


Por Redacción

Ciudad de México. 25 de julio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Las hormonas tiroideas juegan un papel importante en el funcionamiento correcto del metabolismo, pero ante la presencia de factores estresantes, ¿estas actúan de igual forma?

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En el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Patricia Ileana Joseph Bravo y colaboradores estudian los efectos del estrés en el metabolismo, mediante el control de los niveles circulantes de hormonas tiroideas y glucocorticoides.

A través de estudios experimentales con ratas de laboratorio, el grupo de investigación de la doctora Joseph Bravo pretende conocer los efectos del estrés en distintas etapas del desarrollo sobre la actividad del eje hipotálamo-pituitaria-tiroides (HPT).

Patricia Ileana Joseph Bravo, doctora en ciencias bioquímicas, explicó que los niveles de hormonas tiroideas dependen de la actividad de las neuronas del hipotálamo que secretan la hormona liberadora de tirotropina (TRH, por sus siglas en inglés), las cuales se estimulan por situaciones de demanda energética.

La TRH llega a la pituitaria causando la liberación de tirotropina en sangre donde viaja a la tiroides donde regula la síntesis y liberación de las hormonas tiroideas. Las hormonas tiroideas causan, por ejemplo, un aumento en la degradación del tejido adiposo y los lípidos proveen los sustratos necesarios para los 1-bravojosp2518.jpgPatricia Joseph Bravo.tejidos que requieren energía. Por su parte, los glucocorticoides están modulados por otro eje, el hipotálamo-pituitaria-adrenal, que se activa ante cualquier tipo de estrés. La corticosterona es el glucocorticoide predominante en ratones y ratas —su similar en humanos es el cortisol.

El grupo de la doctora Joseph Bravo, también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), ha trabajado durante muchos años en comprender la regulación de las neuronas hipotalámicas. Demostraron que la síntesis de TRH se estimula rápidamente en animales expuestos al frío o en los que aumentan su actividad física; han mostrado que el estrés en el adulto inhibe la respuesta eficiente del eje tiroideo ante la exposición al frío, lo que repercute en un metabolismo deficiente.

Investigadores y estudiantes de posgrado asociados al grupo han caracterizado también la respuesta del eje tiroideo al ejercicio. Cuando las ratas son colocadas en una jaula con una rueda giratoria, realizan ejercicio en forma intermitente. Los animales pierden grasa y activan el eje tiroideo en forma proporcional a la cantidad de ejercicio realizado. Los especialistas observaron que cuando las ratas adultas son sometidas a un estrés crónico previo, no se observa la activación del eje ni la pérdida de grasa, mientras que la secreción de corticosterona es mucho mayor. Esto se observa en machos pero no en hembras.

El objetivo de su investigación actual es estudiar si la historia del individuo puede determinar la respuesta del eje tiroideo, como puede ser haber padecido estrés durante las etapas neonatal y adolescencia. Se ha reportado que el estrés en esas etapas influye en la manera en que los adultos responden a un estresor.

Para medir los efectos del estrés en el periodo neonatal, utilizan el método de “separación materna” en ratas de laboratorio, este consiste en aislar, tres horas al día, a las crías de su madre durante las tres primeras semanas de vida, tiempo que dura la lactancia en estos animales. Esta separación causa cambios permanentes ya que durante el periodo neonatal las ratas acicalan a sus crías que reciben el estímulo a través de los receptores de la piel, liberan serotonina en el hipocampo que promueve la síntesis del receptor de glucocorticoides.

“Al disminuir este evento, el ADN del gen del receptor de glucocorticoides se modifica por cambios epigenéticos que perduran por toda su vida. La expresión deficiente del receptor ocasiona que el aumento en glucocorticoides causado por el estrés se mantenga por un largo tiempo. Altos niveles de glucocorticoides causan daños metabólicos y en comportamiento por ejemplo, ocasionando conductas similares a la ansiedad”, dice la científica.

1-ratlabest2518.jpg“En los experimentos realizados con los animales sometidos a separación materna, observamos que los animales al ser adultos muestran más ansiedad en pruebas conductuales y, al ser introducidos a un cuarto frío (a 4ºC) no responden al aumento en TRH en el hipotálamo ni de hormonas tiroideas en suero. Además, cuando son sometidos a un estrés agudo en la etapa adulta, tienen niveles mucho mayores de corticosterona y mucho menor que en los controles en los niveles de hormonas tiroideas. Como se observó en los animales adultos, los que fueron estresados presentan una respuesta atenuada del eje tiroideo al ejercicio”.

Resultados similares de las investigaciones a cargo de la doctora Joseph Bravo, aún preliminares, muestran que en ratas sometidas a estrés durante el periodo de pubertad y adolescencia disminuye la respuesta del eje tiroideo a ambas situaciones de demanda energética, tanto al frío como al ejercicio voluntario.

De acuerdo con la científica, también se han observado diferencias entre hembras y machos en las respuestas de los ejes tiroideo y adrenal en estos paradigmas.

”Hemos detectado que los machos son más susceptibles si son estresados durante la etapa de lactancia, pues las hembras adultas parecen ser más resistentes ante los efectos del estrés. En cambio, si las hembras son estresadas en la adolescencia, esto se revierte”, comparte.

La doctora Joseph Bravo menciona que existen muchos otros grupos de investigación que estudian la susceptibilidad de estos periodos al estrés, y cómo afecta funciones importantes como el aprendizaje, la conducta, el metabolismo. Sin embargo, ella trabaja bajo la hipótesis de que un individuo cuyo eje tiroideo no responde en forma eficaz y oportuna ante un reto metabólico, no podrá efectuar las reacciones de degradación de lípidos (grasa) y aumento de glucosa necesarios para obtener la energía indispensable, lo cual llevaría al animal a un estado energético negativo que ocasionaría aumento del hambre o bien, que el individuo realice menos ejercicio, y esto último conllevaría eventualmente a la ganancia de peso.

“Los resultados obtenidos apoyan la participación del eje tiroideo en comportamientos relacionados con la alimentación o el sedentarismo que predisponen a la obesidad y trastornos metabólicos”, concluye.

arroba14010contacto 1 Patricia Ileana Joseph Bravo
Instituto de Biotecnología, UNAM
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