Escudriña el Observatorio Astronómico Nacional nebulosas planetarias
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. 16 de enero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Comprobar o descartar las principales teorías que se han desarrollado sobre el comportamiento de las estrellas en la fase de nebulosa planetaria ha sido el objetivo de los estudios realizados desde hace 30 años por Michael Richer, investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (IA-UNAM), campus Ensenada.
Para ello, utiliza como herramienta el telescopio más grande del Observatorio Astronómico Nacional (OAN), localizado en Sierra de San Pedro Mártir, cuyo espejo tiene un diámetro de poco más de dos metros.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Michael Richer mencionó que fue en el 2000 cuando se integró al grupo de investigadores del Instituto de Astronomía dedicado a la observación de nebulosas planetarias.
“Lo que nosotros quisimos hacer es articular muchas observaciones de este tipo de objetos y de esta manera ir viendo cuáles son las tendencias generales, qué sucede a menudo con estos objetos”, apuntó.
Validar y descartar teorías
Mientras que desde la perspectiva teórica, Michael Richer se encontró con conocimiento que describe las nebulosas planetarias como objetos en expansión, también detectó que hacía falta evidencia respecto a lo que pasa en esa fase de las estrellas.
Refirió que en el centro de la nube de gas está el núcleo de la estrella original y la razón por la que la nube de gas brilla es porque la estrella central, como es denominada, es muy caliente y emite luz ultravioleta.
“Lo que no era muy claro es si hay realmente una conexión entre esa estrella y el comportamiento de este gas, y lo que hemos encontrado es que sí, de hecho durante la primera parte de su evolución en esta etapa, las estrellas se van haciendo más y más calientes y más pequeñas, se van contrayendo”, explicó.
Una vez que las capas externas se desligan, la estrella sigue generando energía por reacciones nucleares, proceso que —miles de años después— cesará y la luminosidad de la estrella caerá rápidamente mientras la estrella se contrae hasta convertirse en un cristal de carbono y oxígeno.
Mediante sus observaciones, Michael Richer ha encontrado que antes de que la estrella deje de generar energía, emite un viento que va empujando su cascarón y al apagarse la generación de energía, el viento pierde fuerza.
“La idea ha sido ir definiendo cuáles son los comportamientos de estos objetos, porque la ciencia es a base de prueba y error y cuando uno va viendo las cosas sistemáticas encuentra cuál es la explicación teórica, de alguna manera había muchas teorías y había que despejar cuáles eran correctas y cuáles no”, recalcó.
Observación en el OAN
El investigador de la UNAM puntualizó que el telescopio es una especie de cubeta que capta luz, en la que lo más importante es con qué instrumento se cuenta para manejar esa luz y para ello el OAN tiene un espectrógrafo optimizado para este tipo de estudios.
Indicó que en una noche normal de observación se selecciona un espectro y se monitorea durante un tiempo promedio de media hora, pero si se busca hacer un estudio más detallado se puede ir observando por secciones.
Compartió que —en su caso— regularmente observa objetos de la Vía Láctea y en la galaxia de Andrómeda, en donde es posible encontrar nuevos objetos.
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