Por Israel Pérez Valencia
Santiago de Querétaro, Querétaro. 11 de agosto de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- La Red de Monitoreo de Precipitaciones Extremas en el Estado de Querétaro (Red CIAQ) es un proyecto académico que no solo ofrece a la sociedad el pronóstico del clima, sino que además genera diariamente una base de datos —única en México— para el análisis científico de los fenómenos meteorológicos en la entidad.
El proyecto surgió en 2010 en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), a través del Centro de Investigaciones del Agua (CIAQ) de la Facultad de Ingeniería. Para el director del CIAQ, Martín Alfonso Gutiérrez López, “todo inició en el 2008 cuando el doctor Gilberto Herrera Ruiz (actual rector de la UAQ) era director de la Facultad de Ingeniería. Él propuso que el cuerpo académico de Hidráulica se convirtiera en un centro de investigación, con la idea de que pudiéramos contratar proyectos y ser una parte de los múltiples servicios que ofrece la facultad”.
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Por Ameyalli Villafán
México, DF. 6 de agosto de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- La Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), por medio del Laboratorio Nacional de Geoprocesamiento e Información Fitosanitaria (LaNGIF) y la Universidad de Texas A&M (TAMU, por sus siglas en inglés) firmaron un segundo convenio de colaboración para investigar a la plaga de langosta centroamericana que afecta diversas zonas de México.
En 2011 inició el convenio con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Universidad de Texas. Sin embargo, en días recientes se aprobó el proyecto “La caracterización de estructuras genéticas y biotopos de brotes de langosta centroamericana usando RAMAN y Geo tecnologías”. Por parte de la entidad estadounidense participará el doctor Hojun Song, del Departamento de Entomología de la TAMU y la investigación mexicana estará a cargo del LaNGIF de la UASLP.
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Por Yureli Cacho Carranza
México, DF. 6 de agosto de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Si bien las computadoras, los satélites artificiales, los teléfonos celulares, el internet y demás servicios de la tecnología, nos han facilitado la vida; aún nos seguimos alimentando de las mismas especies de animales, plantas y hongos con los que se alimentaban nuestros antepasados hace miles de años, opinaron la doctora en ecología Isabelle Barois Boullard, nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y ex becaria del Conacyt, así como el maestro en ecología José-Leonel Torres Hernández, miembro de la Sociedad Botánica de México, bajo el contexto del Proyecto Internacional Conservación y Manejo Sostenible de la Biodiversidad del Suelo.

Conforme al portal de internet de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la agricultura orgánica se distingue de la industrial por su protección al medio ambiente. Sin embargo, adquirir productos orgánicos en el mercado actualmente es muy caro, debido en parte a la ley de la oferta y la demanda porque no son alimentos que puedan producirse en grandes volúmenes y tampoco se venden mucho. Asimismo, los productos orgánicos requieren mayor mano de obra para su producción, entre otros factores de carácter económico sobre todo, como la denominada economía de escala la cual se refiere al beneficio que obtienen las empresas en la medida que incrementan la cantidad de su producción.
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