María de los Ángeles Solórzano: investigadora de negocios en Nayarit
Por Claudia Karina Gómez Cancino
Tepic, Nayarit. 2 de septiembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- María de los Ángeles Solórzano Murillo es maestra en negocios y estudios económicos por la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN). Sus contribuciones, a partir de la investigación en el sector económico, la hicieron merecedora —durante tres años consecutivos, de 2007 al 2009— a la Medalla Nayarit, a la Investigación Científica y Tecnológica, que otorga el Congreso del estado en el área de Ciencias Sociales y Económicas.
La profesión que ella estudió fue ingeniería industrial en la Universidad Tecnológica de Nayarit (UT) pero no ejerció en la industria y prefirió encaminarse hacia la investigación; actualmente es directora del Instituto de Innovación y Robótica Educativa (Inire) y pretende crear un nuevo modelo educativo para los nativos digitales.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, la investigadora dijo que al concluir la ingeniería, se integró al posgrado en negocios y estudios económicos, donde se enfrentó a dudas sobre su vocación.
“Me cuestioné si de verdad era ingeniera, porque me encantaron los temas de economía, microeconomía, macroeconomía, análisis de la economía, y descubrí que tengo una parte de la visión del desarrollo regional, entonces disfruté mucho la maestría, fue la mejor experiencia por toparme con una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que me pagaban por estudiar; después de que saqué el tecnológico con dificultades por cuestiones económicas”, afirmó.
Al concluir la maestría, María de los Ángeles Solórzano obtuvo su primer empleo en la Secretaría de Planeación del gobierno del estado, en el Departamento de Información para la Planeación, donde tuvo sus acercamientos con los sistemas informáticos, servidores, indicadores. Al concluir su periodo en ese sitio, trabajó en el área de promoción económica en el ayuntamiento de Tepic y fue ahí donde inició su vinculación con el sector empresarial.
“Ahí conocí al director del área de proyectos de la UT y me invitó a hacer el examen de oposición y me convertí en docente en áreas de formulación de proyectos, comercio exterior, desarrollo empresarial, pero mantuve una línea activa; soy investigadora pragmática, en el sentido de que los temas deben ser pertinentes y adecuados en lo que la región está demandando, si no, no tiene caso”, mencionó.
El medallero de la investigación
La maestra Solórzano Murillo fue formada en un sistema de educación superior —en el modelo de universidades tecnológicas— que prioriza la misión, calidad y productividad empresarial, dejando a un lado la investigación; sin embargo, su ímpetu y necesidad de conocimiento, como refirió durante la conversación, la llevaron a aplicar el método científico en las áreas económicas y de negocios, que eran poco atendidas entre investigadores del estado, por ello resultó importante su medallero.
“Estos logros los tuve en contra de una dinámica para privilegiar la productividad, por eso lo valioso de las medallas es la estrategia con la que yo lograba hacer esas investigaciones”, resaltó.
La primera Medalla Nayarit para el reconocimiento de la Investigación Científica y Tecnológica, la obtuvo en el 2007 por un estudio que realizó en la UT, denominado Análisis estratégico para el desarrollo de micro, pequeñas y medianas empresas.
En el 2008, realizó una investigación sobre la cadena productiva de la horticultura ornamental en Nayarit, y la UAN la propuso como candidata para obtener la segunda medalla que recibió en el congreso local.
El tercer galardón lo obtuvo en el 2009, con una investigación para el sector de la construcción, donde caracterizó su cadena productiva e identificó las limitantes estructurales.
“Ahí están las medallas, pero son la consecuencia de una dinámica de trabajo que implementaba en mis materias, pues me hacía del talento de los jóvenes y en las estadías de los estudiantes del último cuatrimestre, que se iban a empresa, yo les proponía proyectos de investigación en cuatro meses a los empresarios; los chicos hacían el trabajo elemental, aplicación de encuestas, pero lo conceptual, yo lo armaba”, refirió.
De los negocios a la robótica
Acostumbrada a trabajar en el sector empresarial, la maestra investigó el sector de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), sobre ello encontró que si las empresas locales dedicadas a esta área se mantenían en la comercialización de equipo de cómputo, desaparecerían fácilmente; este proyecto le permitió vincularse con la empresa Robótica, Innovación y Tecnología S.A. de C.V. (RITSA) para la que trabaja actualmente.
“Identifiqué que si se mantenían en la comercialización de equipo, iban a fenecer porque ya traían una tendencia a la baja, tenían que moverse hacia la innovación; pero la semilla de la robótica educativa en el ingeniero José Martín Peña López, ya estaba gestada, por eso me ofreció hacer una estadía científica con apoyo del Conacyt en su empresa, así que me vine al sector productivo con la idea de fortalecer mi perfil, decidí quedarme”, señaló.
Tras la estadía en la empresa RITSA, la investigadora fue nombrada directora del Instituto de Innovación y Robótica Educativa, donde tiene como meta principal proponer un nuevo sistema educativo para las generaciones que han nacido a partir de la aparición del wifi y las TIC, mediante la investigación de procesos educativos de la empresa durante sus cursos de robótica a grupos de niños y jóvenes.
“Mi meta es que ese nuevo paradigma sea consolidado para los nativos digitales y crear un ecosistema de ciencia y tecnología, pero con criterios de rentabilidad y productividad para que pueda haber más opciones para la creación de conocimiento, que la robótica pueda ser utilizada como un instrumento sociotecnopedagógico”, justificó.
La entrevistada declaró que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ha sido para ella un soporte en cuanto a la consolidación de su perfil, gracias a las becas y recursos que ha obtenido de manera personal y la empresa donde labora a través del Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (Reniecyt).
“El Conacyt para mí siempre ha estado cuando he necesitado cambiar mi vida, porque por ejemplo, por las prestaciones, antigüedad que tenía en la academia, eran mayúsculas, y la condición de la empresa antes era muy endeble; sin embargo, el ingeniero se apoyó en el Reniecyt y por eso me vine para acá y aquí estamos; yo siempre recomiendo a mis alumnos y a quienes conozco que se acerquen a las becas que ofrece y que se dediquen a la investigación”, afirmó.
Finalmente, Solórzano Murillo dijo que su línea de investigación continuará sobre el fortalecimiento de las empresas con base científica y tecnológica, además de promover la formación de recursos humanos para que en las aulas del estado, y del país, se pueda consolidar un sistema escolar que atienda a las generaciones que ya viven en contextos tecnologizados.
“Mis aspiraciones son hacer un centro de investigación influyente en el tema de la robótica educativa, gestando las bases de un ecosistema de ciencia y tecnología, tratando de llamar a la colaboración entre sectores y dejar atrás las actitudes de competencia porque no está dando buenos resultados, hay que colaborar desde la parte que nos corresponda”, finalizó.
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