Jesús Sandoval Ramírez, el experto en esteroides
Por Judith Ureña
Ciudad de México. 19 de septiembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Profesor investigador titular C de tiempo completo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), químico egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y todo un afortunado por haber preparado su doctorado (1980-1984) bajo la dirección del Premio Nobel de Química (1969), Derek H. R. Barton, así el preámbulo de esta conversación con el también nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Jesús Sandoval Ramírez.
El doctor Sandoval Ramírez cuenta a la Agencia Informativa Conacyt que durante su juventud se impactó ante los avances de la química, pero específicamente de la química orgánica. Le atrajo la aparición de múltiples polímeros, la sustitución de vidrio por polímeros o de algodón por polímeros, por citar algunos hechos.
Al ingresar al IPN para estudiar el nivel medio superior, quería estudiar originalmente la química del petróleo, de ahí que haya decidido especializarse en ingeniería química e ingresar a la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas, en la especialidad de química del petróleo.
Posteriormente, su maestría la realizó en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) en química orgánica, donde refrendó en ese momento su gusto y encanto por esta especialidad. Con la tesis sobre esteroides, descubrió que era un tema fascinante y fue así como decidió que este tópico formaría parte de su especialización.
Si bien era de su total interés llegar al doctorado, también estaba consciente de que debía pertenecer a “un cuerpo académico de primer nivel, donde poder aprender mucho más” y, aunque admite que el Cinvestav fue una gran plataforma de aprendizaje, lo cierto es que no le resultaba suficiente pues deseaba adquirir todavía más conocimientos, enfrentar nuevos retos.
Fue entonces cuando tomó la decisión de escribir al doctor Derek Barton para conocer la posibilidad de aprender a su lado, en sus laboratorios. Así, presentó una propuesta, contó con cartas de apoyo de sus profesores de maestría y fue aceptado para viajar a Francia, ante lo que se denomina como “muy afortunado”.
Su amor por el estudio de los esteroides
En ese momento, el doctor Barton era director del Instituto de Química de Sustancias Naturales del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés), en donde el doctor Sandoval Ramírez se inscribió en la Universidad de París XI y “con mucha fortuna, pudo concluir en tiempo y forma, incluso antes”.
En Francia refrenda que su gran pasión de investigación se centra en los esteroides, aunque en todo momento enfatiza que su superación académica siempre formó parte de sus metas, por eso —una vez concluido el doctorado—, optó por una estancia posdoctoral en Canadá, en la Universidad Simon Fraser (a las afueras de Vancouver), en donde contó con la orientación del doctor Mario Brian Pinto; ahí permaneció un año, para posteriormente reincorporarse al país.
El doctor Sandoval reconoce que tras sus estudios, su gran motivación para volver a México fue el hecho de que “debía incorporarse a una universidad pública para contribuir en el fortalecimiento de las mismas”.
No obstante, recuerda, sus decisiones resultaron un “poco desastrosas para su familia”, puesto que sus trabajos en el laboratorio iniciaban a las 8 a. m. y concluían hasta las dos o tres de la mañana del día siguiente, por lo que prácticamente no los veía como le hubiera gustado.
Y, aunque el doctor Sandoval Ramírez ha estado en países como Alemania, Francia y Estados Unidos haciendo estancias posdoctorales y trabajando con otros investigadores, donde obtuvo resultados de los que se siente muy orgulloso, lo cierto es que del tema que habla con enorme gusto es el de la química de esteroides que comenzó a desarrollar en nuestro país.
Un SNI de alto nivel
Como en otros casos, el doctor Sandoval Ramírez dice sentirse honrado de que sean pares académicos los que le otorguen este reconocimiento, pero al mismo tiempo admite que siente enorme satisfacción, puesto que lo ve como un estímulo moral y económico. “Se trata de un reconocimiento de otros colegas, de las instituciones educativas y de la propia sociedad”, recalca el investigador.
No obstante, también es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, de la Academia Mexicana de Química Orgánica, de la Sociedad Química de México, de la America Chemistry Society.
Sin embargo, lo que parece ser otra de sus grandes pasiones es la dirección de estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado. En estos momentos el doctor se da tiempo para estar al frente de tres tesis de licenciatura, cuatro de maestría y tres de doctorado, lo que si bien le implica tiempo y dedicación, también se organiza para brindar clases tanto en la Facultad de Ciencias Químicas como en la Escuela de Biología.
“Me gusta mucho dar clases, exponer nuevos descubrimientos, aportar más al conocimiento, no solamente lo que tienen contemplados los libros, sino agregarle un plus que sale de la propia experiencia”, concluye este investigador comprometido con todas y cada una de sus facetas.
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