Noé Torres, en el pasado de las religiones
Por Pablo Miranda
Guadalajara, Jalisco. 18 de septiembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Nacido en el Oriente de Guadalajara, Noé Alejandro Torres Álvarez siempre estuvo en contacto con varias religiones, desde aquellas que profesa la mayoría, hasta otras que rinden culto a apóstoles. Este contacto, aunado con su gusto por la historia, lo llevó a estudiar esta disciplina, pero especializándose en el pasado de las religiones.
Este joven historiador tapatío no duda en decir que ama su profesión; con facilidad relata el pasado de algún apóstol católico si se le pregunta, pero también está listo en caso de que alguien quiera platicar sobre historia, religión o sobre las costumbres de la Guadalajara del Oriente, no importa si el escenario es una vieja cafetería o una popular cantina de la ciudad.
Apegado al pasado, pero de forma profesional, este estudiante de la maestría en estudios de género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) relata que durante su licenciatura en historia supo que quería combinar su rama de estudios y su conocimiento sobre religión, lo que le dio herramientas para iniciar con su camino académico hacia esa dirección.
Influencia en el barrio
Noé Alejandro relata que durante su licenciatura optó por adentrarse en el tema de las religiones, pues desde su infancia estuvo en contacto con personas que practicaban diferentes cultos en el Oriente de Guadalajara, entre ellos los católicos y practicantes de la denominada Iglesia de la Luz del Mundo.
Este último tema se convirtió en su línea de investigación, por lo que durante su licenciatura se enfocó en estudiar el pasado contemporáneo de esta religión, un culto que nació en Guadalajara hace menos de un siglo y que mantiene una presencia muy fuerte en los barrios tapatíos donde este historiador creció.
“Vivía a pocas cuadras de la sede mundial de la Iglesia de la Luz del Mundo y cuando crecí noté que mis vecinos, mis compañeros de escuela y de deporte, y otros más profesaban esta religión, por lo que sentía curiosidad de conocer su pasado”, relata.
Este estudiante de posgrado, becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), recuerda que en su infancia las clases de historia eran sus favoritas durante la primaria, un gusto que se vio fortalecido cuando cursó esta disciplina a nivel preparatoria, siendo influenciado por los docentes que impartían estos conocimientos.
Religión y sociedad
Para este historiador, el estudio de la religión es un tema que debe seguir abordándose, pues considera que es un factor que orienta la vida de muchas sociedades y orienta las acciones o comportamientos de las personas que la siguen o ejercen, o se convierten en fenómenos religiosos que tienen consecuencias directas en sociedades enteras.
“Considero que la religión es una matriz social muy importante, que en ocasiones sirve para llenar de sentido o significado la vida de los sujetos”. Noé Torres ejemplifica con los movimientos islamistas que ocurren en Europa, fenómenos que influyen y afectan las políticas públicas y sociales que se ejercen en ese continente.
Durante su maestría, Noé Alejandro dirigió sus estudios a las teorías de género y la religión; en este periodo, el estudiante trabaja en un análisis sobre los sacerdotes católicos de Guadalajara y los cambios que experimentaron en su formación durante su paso por el seminario a partir del Concilio Vaticano II.
Torres Álvarez explica que el Concilio Vaticano II fue una asamblea histórica celebrada por la Iglesia Católica, con lo que se renovaron los objetivos de esta organización de acuerdo con los tiempos modernos. El historiador asegura que este movimiento fue influenciado por otros fenómenos sociales del mundo y que, a su vez, tuvo repercusiones en todas las regiones, entre ellas Guadalajara.
“Mis primeras preguntas son: ¿cómo llegó a Guadalajara y en qué afectó? Pero sobre todo me interesa ver la formación de los sacerdotes y conocer qué modificaciones hubo como sujeto que ejerce poder dentro de la Iglesia Católica. Por otra parte, quiero conocer cómo esto afectó su formación como hombres sacerdotes para ver las relaciones de poder en la institución”.
Entre entrevistas con sacerdotes y visitas a los archivos históricos de la ciudad, la vida de este historiador transcurre. Haciendo referencia a El llano en llamas, de Juan Rulfo, y los relatos de la vida del Sur de Jalisco en que se abordan, Noé Alejandro señala que el amor al lugar donde se nace siempre marca a los historiadores, que como él creen necesario hacer una reflexión del pasado para entender el presente.
“Si se nos olvida, si no tenemos memoria, realmente estaríamos a la merced de las personas que nos dirigen. Conocer la historia nos da herramientas para tener una posición crítica ante el presente y también saber por qué estamos donde estamos parados”.
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