Marlene y Fernanda, dos niñas que apostarán por la vida científica
Por Armando Bonilla
México, DF. 11 de octubre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Este día se conmemora el Día Internacional de la Niña, decretado así por Naciones Unidas el 19 de diciembre de 2011, ello con el objetivo de reconocer sus derechos, así como las dificultades (discriminación, violencia de género y falta de oportunidades en términos generales) que enfrentan en el mundo.
A cuatro años de su designación, ya existen resultados positivos de las directrices que derivan de dicho esfuerzo, tal es el caso de Marlene Montiel Guzmán y Fernanda Sumishyu Lara Herrera, quienes son beneficiarias del programa 1,000 niñas, 1,000 futuros y quienes charlaron en exclusiva con la Agencia Informativa Conacyt.
Marlene y Fernanda, dos niñas que apostarán por la ciencia
Fernanda Sumishyu Lara Herrera cursa sus estudios de nivel bachillerato en Cholula, Puebla, estudios que estuvo a punto de abandonar debido a cuestiones económicas que orillaron a sus papás a tomar la decisión de mudarse a Cuernavaca, donde les ofrecían un mejor empleo.
No obstante, gracias a que la tutora de Fernanda en su escuela le comentó sobre el programa 1,000 niñas, 1,000 futuros y a que ella participó resultando seleccionada, los papás de Fernanda decidieron abandonar la idea de mudarse para que ella pudiera permanecer en la escuela y beneficiarse del programa.
"Mi mamá trabaja en una plaza comercial y mi papá en un cine (…) entonces estábamos a punto de mudarnos por la situación económica, la nuestra no es la mejor, pero tampoco es la peor; sin embargo, teníamos que mudarnos por una mejor oportunidad laboral para mis papás, pero cuando salió la oportunidad de entrar al programa, mis papás decidieron apostar por mi educación".
Al referir cómo es que la oportunidad tocó a su puerta, dijo: "Tuve la suerte de que una maestra que me daba inglés se enteró de la convocatoria y me ayudó a registrarme (…) y al conocer poco a poco el programa, me resultó muy interesante porque me abrió el panorama hacia la posibilidad de estudiar alguna carrera relacionada con el área de las ciencias".
Al respecto, dijo sentirse muy entusiasmada porque el programa ha cambiado su forma de pensar en torno a su futuro profesional. "Yo pensaba estudiar comercio internacional, pero después de entrar en contacto con el programa estoy analizando seriamente estudiar alguna ingeniería relacionada con mercadotecnia".
Entretanto, Marlene Montiel Guzmán, de 17 años y quien actualmente está a punto de concluir sus estudios de bachillerato, supo del programa por recomendación de una 
maestra y decidió participar porque le pareció muy buena la idea de que se apoye a niñas y se les encamine hacia el ramo científico, un mundo dominado por los hombres.
"Que apoyen a las niñas en carreras de ingeniería, matemáticas, ciencia y tecnología es algo que no se ve todos los días, así que lo vi como una gran oportunidad y la tomé". Añadió también que le resulta muy motivante la idea de revertir la mentalidad de las niñas mexicanas que no se consideran capaces para desempeñarse en esas áreas, así como la idea de convertirse en un modelo a seguir para influir en otras niñas para que modifiquen su forma de pensar.
Con la firme convicción de convertirse en ingeniera ambiental, Marlene Montiel se dice agradecida con la oportunidad y celebró que hoy en día existan esfuerzos como 1,000 niñas, 1,000 futuros. "Este programa nos ha hecho sentir a las niñas que participamos en él que como mujeres somos brillantes y que somos capaces de elegir una carrera de ciencia y tecnología y convertirnos en el futuro de México y muchos otros países".
El potencial del intelecto femenino en voz de los expertos
A decir de Rebeca Vargas, presidenta y directora ejecutiva de U.S.-Mexico Foundation, entrevistada por la Agencia Informativa Conacyt, el trabajo con las niñas es de 
suma relevancia ya que se trata de un sector que debe ser empoderado debido a su rol social en la familia y el aporte que hacen las mujeres preparadas a la sociedad.
"En el caso de la ciencia y tecnología es muy importante enfocarnos en las niñas porque está comprobado que las mujeres, en general, no estudian carreras relacionadas con ciencia y hay que animarlas para que no piensen que son carreras solo para hombres (…) Más allá de la ciencia, en términos generales es muy relevante empoderar a las mujeres porque una mujer exitosa profesionalmente, además de ella se beneficia su entorno, es decir, familias, hijos, padres y la comunidad".
Por su parte, Adolfo Ferrer Jaime, director general del club de robótica Liks, cuyas alumnas conquistaron un certamen de robótica internacional (Moonbots de Google Lunar XPRIZE), dijo que es muy relevante trabajar con las niñas en proyectos de ciencia y tecnología porque son cada vez más las empresas que buscan mujeres para sumarlas a sus filas para construir equipos multidisciplinarios e incluyentes.
"Las mujeres se caracterizan por trabajar de manera muy creativa, con gran liderazgo, además se desenvuelven (socializan) más fácilmente en comparación con los hombres y esto ayuda mucho en la generación de ideas", dijo.
La solidaridad femenina abre puertas
En la misma línea se manifestó Rebeca Vargas al subrayar, a propósito del programa 1,000 niñas, 1,000 futuros que encabeza la U.S.-Mexico Foundation, la labor de las tutoras (destacadas científicas) con las niñas beneficiarias del programa. “Con gran gusto nos dimos cuenta que no solo se sumaron las 62 (tutoras) que necesitábamos, sino que levantaron la mano 165 mujeres”.
En definitiva, señaló, ello nos resulta muy positivo porque incrementa las expectativas del programa que aún se encuentra en fase piloto y nos hace pensar que podríamos alcanzar la cobertura de las mil niñas en muy corto tiempo.
A su vez y a pregunta expresa en torno a las oportunidades en la actualidad para las niñas mexicanas en el campo científico, Adolfo Ferrer mencionó que en esa área del conocimiento las oportunidades para las niñas son infinitas, hay distintas organizaciones que las buscan en temas de ciencia y tecnología.
"(Sin embargo), el principal reto que enfrentan las niñas ante esos proyectos consiste en el ‘no puedo’, ya que al ver muy pocas mujeres que están trabajando en proyectos científicos y tecnológicos, ellas mismas creen que no pueden. Por ello es necesario apoyarlas y mostrarles casos de éxito para que puedan interesarse en esos temas".
Por su parte, María Emilia Beyer Ruiz, coordinadora del coloquio en comunicación de la ciencia de la Dirección 
General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y quien también participa como tutora en el programa 1,000 niñas, 1,000 futuros, indicó que el trabajo con las pequeñas es de suma importancia para acercarlas a las áreas científicas.
Al referir la relevancia de ese trabajo, citó estudios que revelan el impacto socioeconómico de las mujeres estudiadas dentro del núcleo familiar. “Hay estudios internacionales que señalan que en aquellas familias donde las mujeres son estudiadas, la calidad de vida de los hijos mejora considerablemente en el futuro inmediato”.
Hablando en términos del quehacer científico, explicó que el trabajo que se realiza con las niñas las encamina hacia carreras relacionadas con ciencia, tecnología e innovación, donde su participación es relativamente baja. “La baja participación no significa que a las mujeres no les gusta la ciencia, sino que no han contado con la orientación adecuada, pero sobre todo no cuentan con suficientes modelos femeninos a seguir”.
El panorama adverso que enfrentan las niñas
Entre la falta de oportunidades, el acceso a la educación en igualdad de condiciones que los varones sigue siendo un tema pendiente hoy en día y si bien es cierto que se han dado pasos agigantados en la materia, las estadísticas al respecto siguen arrojando datos alarmantes.
De acuerdo con el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), por cada 100 niños que no cuentan con acceso a la educación, existen 117 niñas sin oportunidades escolares. Por su parte, la Unesco precisa que menos de 40 por ciento de las naciones del mundo ofrece las mismas oportunidades educativas a las niñas y a los niños.
En el caso de México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que a nivel nacional 94 de cada 100 niños entre los 6 y 14 años asisten a la escuela. Asimismo, en términos de oportunidades la balanza registró un importante repunte a favor de las niñas en los últimos años.
En 1970, el porcentaje de niños entre los 6 y 14 años de edad que asistía a la escuela era de 65.6 por ciento, mientras que el porcentaje de niñas era de 63.3. No obstante, hacia el año 2010 (última actualización del estudio), el porcentaje de niños alcanzó 94.5 por ciento, mientras que el de las niñas llegó hasta 95 por ciento.
Porcentaje de la población de 6 a 14 años que asiste a la escuela. Fuente: INEGI.
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