Desarrollo textil que convierte energía solar y corporal en energía térmica
Por Armando Bonilla
México DF. 20 de agosto de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- En un entorno donde el uso de energías renovables cobra cada vez mayor relevancia, resulta indispensable redoblar esfuerzos en materia de investigación que derive en mejores y mayores aplicaciones. En ese contexto, la doctora Araceli Ríos Flores, coordinadora del área de recubrimientos y vacío en la empresa Energía, Suministros e Instalaciones, S.A. de C.V., trabaja en una serie de proyectos de innovación tecnológica en torno al uso de energía termosolar; se trata de un desarrollo textil y un recubrimiento para tubos metálicos.
Ríos Flores, quien también pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 1, habló en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt para compartir los avances de los proyectos de investigación que encabeza y que forman parte de los esfuerzos que desde el sector productivo se emprenden en materia de investigación e innovación tecnológica.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuál es la línea de investigación que sigue actualmente?
Araceli Ríos Flores (ARF): Básicamente estamos trabajando en desarrollos tecnológicos orientados al aprovechamiento de la energía termosolar mediante materiales absorbentes, los cuales se usarían para la generación de calor de proceso, es decir, el utilizado por diversas industrias.
Nos hemos especializado desde la formación académica en la energía solar, pero en un principio trabajábamos en innovación tecnológica para convertirla en energía eléctrica; y ahora, en la etapa laboral, nuestros proyectos se enfocan en la generación de calor.
AIC: ¿En qué desarrollos tecnológicos está trabajando?
ARF: Actualmente tenemos tres proyectos activos, los tres en etapa de desarrollo; uno por arrancar del cual aún no hay mucho que decir; un segundo, ya mucho más avanzado, que consiste en la obtención de recubrimientos sobre tubos de acero inoxidable de hasta 1.5 metros de largo, los cuales se utilizarán como tubos colectores en concentradores cilindro parabólicos.
Entre tanto, un tercer proyecto consiste en la generación de una tela térmica, es decir, tela capaz de absorber la energía solar y convertirla en energía térmica, cuyas aplicaciones pueden ser muchas y muy diversas.
AIC: ¿Qué tan avanzado está el desarrollo de los recubrimientos para los tubos de acero?
ARF: Recientemente hemos establecido ya el equipo con el cual se obtendrán los recubrimientos. Se trata de un equipo de diseño propio (innovación tecnológica) que permite llevar a cabo la técnica llamada sputtering.
De manera previa realizamos las primeras pruebas a través de otra técnica denominada baño químico, logramos el recubrimiento de los tubos e incluso ya los implementamos como recolectores; sin embargo, tuvimos complicaciones derivadas del manejo de químicos.
Ante ello, decidimos cambiar a la técnica sputtering, la cual nos resulta más accesible en cuanto al manejo de los residuos que se generan del proceso. En un proyecto paralelo, ya se construyó un primer cilindro parabólico de una sola pieza y se realizaron los tubos; ya se implementó, ya detectamos algunos detalles y estamos trabajando en afinarlos.
AIC: Mencionó un tercer proyecto, el desarrollo de una tela térmica, ¿en qué consiste?
ARF: Se trata de un desarrollo que se encuentra en etapa precomercial, estamos por hacer el lanzamiento a finales de octubre o tal vez mediados de noviembre y lo haremos mediante una plataforma de crowdfunding en Estados Unidos para dar a conocer el nuevo producto.
En cuanto al desarrollo tecnológico, se trata de una tela metálica con recubrimiento selectivo que es aplicable a prendas propias de las temporadas y regiones de frío. La función de esta tela consiste en absorber la radiación solar y convertirla en calor, pero cuando no existe radiación solar, la tela es capaz de reflejar el calor generado por el cuerpo, manteniendo al usuario en un estado de confort.
AIC: ¿Cómo se logró dicha cualidad en la tela desarrollada?
ARF: Trabajamos con materiales absorbentes, los cuales se aplican principalmente a calentadores solares (de placa plana). Se hace un depósito sobre una lámina unida a una tubería de cobre y cuando pasa el agua a través de esa tubería, se genera el agua caliente.
Esa es la aplicación ya existente, nosotros lo que hicimos como innovación tecnológica fue aplicar esos materiales ya existentes a un textil, en consecuencia, lo que hicimos fue darle una nueva aplicación a los materiales absorbentes.
Existen prendas similares pero que funcionan gracias a que tienen integrados los páneles solares, pequeñas celdas solares con el objetivo de conectar y cargar dispositivos electrónicos.
AIC: En México, ¿cuál es el escenario en cuanto al uso y aplicación de los materiales absorbentes?
ARF: Existen trabajos similares a nivel nacional pero no aplicados directamente a lo que estamos haciendo, por lo menos no en cuanto a su aplicación en textiles. Sí hay desarrollos similares en cuanto al recubrimiento de tubos y eso es porque no se trata de materiales nuevos, sino materiales muy conocidos en realidad.
A nivel internacional incluso se cuenta con muchos más materiales que los que estamos utilizando nosotros, pero apenas están arribando a México, así que estamos en muy buen momento para desarrollar tecnología y aplicaciones propias.
AIC: ¿De dónde se obtienen los recursos para estos proyectos de investigación?
ARF: En nuestro caso, algunos de los proyectos subsisten a través de recursos propios de la empresa, mientras que otros con financiamientos conjuntos entre la empresa y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), específicamente el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI).
AIC: Finalmente, ¿por qué es relevante que desde el sector productivo se apueste por programas de investigación e innovación tecnológica?
ARF: Una constante de las empresas consiste en la necesidad de ofrecer mejores productos, dar al consumidor final algo más de lo que ya se encuentra en el mercado y esa necesidad deriva del vertiginoso avance que se da a nivel mundial en materia de innovación.
Ante ello, es imprescindible apostar por esfuerzos propios de innovación y para hacerlo hay que aprovechar programas como el PEI de Conacyt, el cual brinda una oportunidad inmejorable de acceder a recursos económicos para que no sea la empresa la que absorba 100 por ciento los gastos de la investigación.
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