Pretenden crear los textos, canciones y fotos del futuro
Por Verenise Sánchez
México, DF. 8 de abril de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Los representantes del proyecto ruso Qentis aseguran que acaban de crear un modelo matemático, basado en algoritmos de repetición, que crea cualquier imagen, texto o pieza musical que se pueda generar en el futuro, y con ello podrían tener y cobrar derechos de autor por todo el material que se produzca, que sería igual a lo que la compañía ya tiene en su base de datos.
Esto ha sido muy debatido a nivel mundial en los últimos meses por destacados especialistas en inteligencia artificial y derechos de autor en internet, como el mexicano Jesús Manuel Niebla Zatarain, quien recientemente fue reconocido en el Simposio Internacional de Informática y Derecho IRIS 2015, que se realizó en Salzburgo, Austria, por un análisis legal y social sobre el caso de Qentis.
El especialista, que estudia su doctorado en Inteligencia Artificial y Derecho en la Universidad de Edimburgo, en Escocia, gracias a una beca otorgada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), participó con el artículo “Monkeying Around with Copyright – Animals, AIs and Authorship in Law”, el cual fue galardonado con el tercer lugar en el concurso LexisNexis de dicho simposio.
A continuación, Niebla Zatarain explica si este modelo es viable o no, así como los retos y las consecuencias que tendría su implementación.
La "creatividad" de las computadoras
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Podría abundar más en qué consiste el modelo de Qentis?
Jesús Manuel Niebla Zatarain (JMNZ): Se trata de un proyecto de sistemas computacionales basados en algoritmos de repetición, que serían capaces de producir una combinación de datos para generar todos los textos, música e imágenes que aún ni si quiera se pueden imaginar.
Lo interesante en este caso es que para que produzcan el nivel de combinaciones señalado por el proyecto Qentis necesitarían muchísimo tiempo, puesto que indican que producirían todas las combinaciones posibles, presentes y futuras, lo cual significa que ese algoritmo deberá repetirse por muchos años.
Con esto, Qentis asegura que tendrá los derechos de cualquier cosa que la gente pueda crear e incluso distribuir en internet.
AIC: ¿Es posible crear una gran cantidad de combinaciones de palabras, imágenes y sonidos para poder demandar derechos de autor de todo?
JMNZ: Aquí hay dos cuestiones a considerar. Una es la parte tecnológica y la otra es la legal. Respecto a la parte tecnológica, no es posible desarrollar el proyecto de Qentis con la tecnología actual, pues las computadoras actuales necesitarían una enorme cantidad de tiempo para poder producir el nivel de datos que este proyecto señala.
Qentis requeriría el uso masivo de infraestructura computacional, aún mayor con la que se cuenta en la actualidad. Además, el crear trabajos sería solamente el primer paso, faltaría desarrollar la capacidad para poder encontrarlos. Los sistemas de recopilación de datos actuales ocuparían un tiempo considerable para alcanzar esta tarea.
De igual forma, las computadoras encargadas de producir este tipo de trabajos no utilizarían el enfoque propuesto por Qentis, sino que utilizarían reglas y métodos que le permitan emular los procesos creativos de los seres humanos.
En el ámbito legal, la respuesta es “depende”, ya que varios países no ofrecen ninguna protección de derechos de autor para aquellos trabajos producidos completamente por una computadora. Tal es el caso de la legislación de los Estados Unidos.
En cambio, en países como Reino Unido los trabajos producidos por computadoras sí son sujetos a ser protegidos por la ley de derecho de autor.
Creo que conforme avance la capacidad de las computadoras para producir este tipo de trabajos, más legislaciones adoptarán una posición similar a la del Reino Unido. No obstante, eso legalmente no prohíbe que las personas escriban el mismo texto.
AIC: ¿Será sostenible este tipo de negocio?
JMNZ: En la escala propuesta por Qentis, no. En este momento, el nivel de información producido por el sistema sería tal, que requeriría recursos extra para poder encontrar coincidencias, y a partir de eso comenzar a construir material que pueda ser sujeto de derechos de autor.
Sin embargo, en este momento hay desarrollos de menor nivel que ya están siendo producidos, y junto con ellos la estrategia de negocio correspondiente.
Por ejemplo, hay programas en los cuales una persona puede escribir “cuál fue el resultado del partido México-Argentina” y el software busca en diferentes portales información sobre el evento deportivo, y el programa puede escribir una breve nota sobre el partido.
AIC: ¿Qué están haciendo al respecto especialistas en cómputo y derechos de autor?
JMNZ: Lo que se está haciendo es analizar los límites de la tecnología actual y se están desarrollando pequeñas implementaciones que permitan elevar el nivel de creatividad de las computadoras actuales.
Abogados en derechos de autor y la sociedad como tal necesitan estar conscientes de las consecuencias que este tipo de implementaciones pueden llegar a producir en un futuro cercano, y la manera en que el actual marco legal pueda responder a estas situaciones, además de su pertinente adecuación.
Ante esto, vale la pena preguntarnos si como sociedad queremos fomentar el desarrollo de la creatividad de las computadoras. Para esto, tendríamos que modificar la ley de derechos de autor y permitir que los trabajos por computadora sean sujetos a ella. ¿O estamos más preocupados en que las consecuencias a largo plazo sean negativas para la sociedad? Si es este el caso, negar la protección de derechos de autor al material producido por computadoras sería la solución.
AIC: ¿Con Qentis se podrían perder los derechos de autor en internet?
JMNZ: Hasta el momento no, puesto que Qentis requiere de mucho tiempo y recursos para producir lo que este proyecto plantea. Pero señala algunas de las carencias o debilidades que la legislación actual en derecho de autor presenta.
AIC: ¿Cómo amenaza Qentis a la tendencia de open access que ya se impulsa en varios países?
JMNZ: Qentis, como lo señaló su desarrollador, fue hostil al concepto de open access. La idea era impedir a otros la utilización de trabajos que ellos mismos produjeran, salvo que pagaran por ello. Sin embargo, esto refleja más bien una posición que toma el desarrollador de Qentis y no precisamente los ordenamientos en materia de derechos de autor.
Dicha ley y el concepto de open access no son excluyentes, sino todo lo contrario, ya que el segundo utiliza el concepto de “licencia”, el cual es un derivado directo de derecho de autor. Ahora bien, si Qentis decidiera operar bajo este concepto de licencia, contribuiría a lo que se conoce como trabajos derivados.
En países en los que se les niega la protección de derechos de autor a los trabajos generados por una computadora, Qentis se convertiría, paradójicamente, en el principal productor de open access, puesto que produciría infinidad de posibles colaboraciones, las cuales terminarían bajo este esquema.
De México para el mundo
AIC: ¿Qué representa para ti haber ganado el tercer lugar en el Simposio Internacional de Informática y Derecho 2015?
JMNZ: Es una gran experiencia y estoy muy orgulloso de representar a mi país en uno de los eventos más importantes a nivel mundial en el área de informática aplicada al derecho.
El presentar mi trabajo frente a más de 60 ponentes de 12 países y ser reconocido, me brindó una gran satisfacción.
Actualmente estoy trabajando en una versión extendida de mi artículo, para una de las mejores revistas en mi área de investigación.
AIC: Ser becario del Conacyt, ¿cómo ha impulsado tu desarrollo científico?
JMNZ: El Conacyt me brindó la oportunidad de estudiar en una de las mejores universidades del mundo y bajo la tutela de uno de los líderes en el área de Inteligencia Artificial y Derecho, el profesor Burkhard Schafer.
Además, el Conacyt me ha ayudado a participar en conferencias reconocidas a nivel mundial, interactuar con expertos de renombre internacional y desarrollar nuevas aptitudes en escuelas de verano.
Para mí, ser becario del Conacyt significa la oportunidad de dedicarme a mis actividades académicas de tiempo completo.
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