Crean banco gratuito de información científica y tecnológica
- Con este repositorio nacional, cualquier persona, en cualquier parte del mundo, podrá tener acceso a la información de producción científica que se hace en México.
Por Verenise Sánchez Correa
México, DF. 20 de octubre de 2014 (Agencia Informativa Conacyt).- Con el objetivo de que todas las personas tengan acceso gratuito a la producción científica y tecnológica que se hace en México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) desarrolla los lineamientos generales y técnicos para crear un repositorio nacional de libre acceso.
Se entiende por acceso libre a "la disponibilidad gratuita en la Internet pública, para que cualquier usuario la pueda leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, con la posibilidad de buscar o enlazar todos los textos de estos artículos, recorrerlos para indexación exhaustiva, usarlos como datos para software, o utilizarlos para cualquier otro propósito legal, sin barreras financieras, legales o técnicas, distintas de la fundamental de ganar acceso a la propia Internet", de acuerdo con la Budapest Open Access Initiative (OAI) llevada a cabo en 2002.
La investigación científica es "un proceso interdependiente donde cada experimento es informado por el resultado de otros. Los científicos que hacen investigación y las sociedades profesionales que los representan tienen un gran interés en asegurarse que los resultados de las investigaciones son difundidos lo más inmediato, amplio y efectivamente posible” de acuerdo a la declaración de Bethesda (2003).
Los inicios
La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) fue la primera organización en lanzar, en 1993, una plataforma en internet para visualizar sus documentos académicos de manera gratuita. En 1994, Scholarly Journals at the Crossroads: A Subversive Proposal for Electronic Publishinges, fue la primera publicación en plantear la posibilidad de utilizar el Internet para difundir conocimiento científico.
Ya para 1997, la São Paulo Research Foundation (FAPESP) y el Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud (Bireme) lanzaron la Scientific Electronic Library Online (SciELO), la primer biblioteca científica electrónica en línea de América Latina. Ese mismo año, Thomas Krichel dio a conocer el Research Papers in Economics (RePEc), organización con miles de voluntarios en 82 países con el fin de mejorar la difusión de la investigación en economía y ciencias afines.
En 1999 se creó la OAI con la finalidad de desarrollar, promover y facilitar la difusión de contenidos y la comunicación académica. En el año 2000, Biomed Central publicó su primer artículo en línea de libre acceso. Actualmente sigue existiendo y todos sus artículos son públicos y disponibles en su plataforma electrónica. También los de la Universidad de Southampton, Reino Unido, que creó E-prints, software que facilitó y agilizó la creación de repositorios de libre acceso de investigación, datos científicos, tesis, informes y multimedia.
2002 fue un año muy importante para las iniciativas de acceso abierto. En ese año se creó la Budapest Open Access Initiative, que propuso la primera definición de Open Access. También se originó el proyecto de Creative Commons, organización no lucrativa que diseñó la estructura legal que permite el libre acceso de publicaciones científicas mediante diferentes tipos de licencias que se adecuan a las necesidades de los autores y que actualmente es la estructura legal más utilizada para permitir el libre acceso de documentos a nivel internacional.
Contexto nacional
De acuerdo con las reformas a la Ley de Ciencia y Tecnología publicadas en mayo de este año en el Diario Oficial de la Federación (DOF), "los investigadores, tecnólogos, académicos y estudiantes de maestría, doctorado y posdoctorado, cuya actividad de investigación sea financiada con recursos públicos o que hayan utilizado infraestructura pública en su realización, por decisión personal podrán depositar o en su caso autorizar expresamente el depósito de una copia de la versión final aceptada para publicar en acceso abierto a través del Repositorio Nacional".
En esta publicación se señala al Conacyt como el órgano responsable de diseñar y operar dicho repositorio nacional.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Víctor Gerardo Carreón Rodríguez, director adjunto de Planeación y Cooperación Internacional del Conacyt, detalló que el Consejo tiene hasta el próximo 20 de noviembre para emitir los lineamientos generales que deben seguir las instituciones educativas para clasificar su información y que pueda ser compartida a través de esta plataforma.
Para que este repositorio nacional sea compatible con otros bancos de información, tanto nacionales como internacionales, se debe aplicar la misma nomenclatura para clasificar la información, temas y subtemas. "Los repositorios deben tener la capacidad de interrelacionarse entre sí, de interactuar e intercambiar información", subrayó el especialista. "La información que se suba a esta plataforma debe cumplir con los lineamientos internacionales, de tal manera que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, pueda entrar al repositorio y buscar la información que necesite", destacó.
Los retos a vencer
Uno de los principales desafíos de este repositorio nacional es precisamente la labor de clasificar la información que se genera y reclasificar los trabajos ya existentes.
"Cada una de las instituciones sigue una lógica de clasificación que no necesariamente es la misma entre ellas y no es la misma que se va a establecer en los lineamientos; el reto es lograr que todas estas instituciones cambien su metodología de clasificación, para que todo el conocimiento científico que ya existe y que está guardado en diferentes lugares, sea compatible con el repositorio nacional", subrayó el doctor Carreón Rodríguez.
Explicó también que otro de los grandes desafíos es desarrollar toda la infraestructura digital que permita alojar el repositorio nacional y la interoperabilidad con el resto de los repositorios institucionales. "La idea es que cualquier persona que entre al repositorio nacional escriba las palabras claves del tema que le interesa y obtenga de manera inmediata toda la producción científica que se hace en el país sobre dicho tema", dijo.
Generación de vínculos
Con este repositorio se busca atender uno de los principales retos que enfrenta la ciencia y la tecnología en el país, y que ha señalado en diversas ocasiones el doctor Enrique Cabrero, director general del Conacyt: generar un vínculo entre científicos, tecnólogos y empresarios.
"Esperamos que con la información pública de las investigaciones que se realizan en México se empiecen a generar vínculos entre instituciones, investigadores, la industria y los estudiantes", destacó Carreón Rodríguez.
El objetivo es que cualquier investigador, organización sin fines de lucro, iniciativa privada y el sector gubernamental conozcan qué se está haciendo en el país en materia científica y tecnológica, para que se pueda trabajar en conjunto en la generación de acciones innovadoras que impacten en el desarrollo económico de México.
"En la medida en que socialicemos la información de la producción científica y tecnológica, seguramente daremos un paso más para tener más estudiantes e investigadores que robustezcan el sistema científico y tecnológico del país", agregó.
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