Rubén Guzmán, explorador de fósiles
Por Tomás Dávalos
Aguascalientes, Aguascalientes. 14 de febrero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- José Rubén Guzmán Gutiérrez es un paleontólogo de vertebrados con estudios en biología por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), quien ha tomado diversos cursos de especialización en universidades de Estados Unidos y otras partes del mundo.
Recientemente, su trabajo ha ganado notoriedad porque forma parte del grupo de trabajo del Museo del Desierto, quienes hicieron el descubrimiento de la nueva especie de dinosaurio: Yehuecauhceratops mudei.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el paleontólogo platica acerca de su formación profesional, sus primeros trabajos y proyectos, así como la apasionante búsqueda y estudio de fósiles en México.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuándo inició tu interés por la paleontología?
José Rubén Guzmán Gutiérrez (JRGG): No te podría decir en qué momento me llamó la atención o me gustó la paleontología, toda la vida me ha gustado. A lo mejor a los tres o cuatro años, al ver una revista que tenía un dinosaurio, ahí comenzó mi interés.
Generalmente hago el comentario que mi mamá tuvo la culpa de que me dedicara yo a esto, porque ella me compraba libros, me fomentaba el gusto por esta ciencia, pero pensando que era un gusto pasajero que se me iba a quitar, pero mi mamá tiene 80 años y yo 49, y todavía está esperando que se pase, es algo que ya viene conmigo desde siempre.
AIC: ¿Cuáles fueron tus primeras experiencias con la paleontología?
JRGG: Yo ya me había relacionado con paleontólogos desde antes de entrar en la carrera, sobre todo algunos paleontólogos de la UNAM y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dentro de ellos te puedo mencionar al biólogo Óscar Polaco, que fue uno de mis maestros, sin darme él clases personalmente, pero de mis mentores porque fue una persona que me fomentó mucho mi interés en la paleontología y me ayudó bastante a continuar con esto.
Antes era muy difícil establecer estas redes de contacto, porque en el momento en que traté de conectarme con paleontólogos que estaban en funciones, pues no era como el día de hoy que entras a Google, buscas una persona, incluso muchas veces en el mismo perfil tienes hasta el correo electrónico, o por Facebook. En aquel entonces era muy difícil, tenías que mandarle una carta por correo postal a la institución donde trabajara, y no sabías si le iba a llegar.
Pero tuve la fortuna de que muchos de ellos me contestaran, algunos eran para decirme: “Pues sabes qué, tú estás en Aguascalientes, nosotros estamos acá en el Distrito Federal (ahora Ciudad de México) y es difícil apoyarte”. Entonces el siguiente paso que di yo fue ir al Distrito Federal para poder hablar con ellos directamente, para pedirles bibliografía, opiniones y demás. Entonces, pues era hacer el viaje hasta allá sin conocer: ir a la UNAM, al INAH, a donde fuera para consultar a estos especialistas, la mayoría de ellos muy accesibles, pero algunos sí de plano muy celosos.
AIC: Además de conocimiento teórico, ¿ya realizabas algunos proyectos o trabajos?
JRGG: Bueno, la cuestión práctica la desarrollé antes que la teórica, porque Aguascalientes era una ciudad bastante pequeña, y mi papá nos llevaba en los años 60 de día de campo a una zona que ahorita está completamente dentro de la ciudad, que es el arroyo del Cedazo, y ahí fue donde comencé yo a encontrar algunos fósiles.
Cómo se dio esto: ahí tuvo que ver mucho mi papá, porque él me comentaba que había una persona, que era el doctor Oswaldo Mooser Barandun, de origen suizo, que era un naturalista de formación ingeniero químico farmacobiólogo, que vivía en Aguascalientes, y él era una de las personas que más se involucraron en la paleontología, desde los años 50 que llegó a Aguascalientes, hasta que falleció a finales de los años 80.
Mi papá lo conocía y me decía que Mooser venía aquí al arroyo del Cedazo, entonces yo comencé desde chavito a darme mis vueltas y realmente sí encontraba yo fósiles. Comencé a hacerlo de manera empírica, de manera práctica, desde cómo sacar los fósiles sin que se destruyeran.
AIC: ¿Qué te aportaron tus estudios como biólogo?
JRGG: La cuestión académica es muy importante, porque lo que uno aprende de manera empírica son aspectos muy generales, pero ya cuestiones que utilizamos en el trabajo paleontológico formal, como pueden ser cuestiones de sistemática, de morfología, de ecología, de anatomía comparada… muchos temas que hasta que no los ves de una manera académica, realmente tienes los elementos para poderlos aplicar en un trabajo de investigación.
AIC: ¿En qué proyectos has trabajado?
JRGG: Comencé aquí en Aguascalientes, porque era lo más cercano, cuando estaba en la carrera incluso invitaba a algunos compañeros y los fines de semana nos íbamos a los arroyos del Cedazo, San Francisco y sus afluentes, como el arroyo de Cobos, es donde encontrábamos los fósiles.
Posteriormente tuve el apoyo de un maestro, el ingeniero Manuel Rodríguez Huerta, quien tenía una colección paleontológica extraordinaria. Él trabajaba en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y me invitaba a localidades que él conocía y no estaban en Aguascalientes, porque había vivido en Jalisco, Colima, Zacatecas y otros estados, entonces nos íbamos a esos lugares. Me invitó a extraer una mandíbula de mastodonte cuando se estaba haciendo la carretera a León.
De manera profesional he trabajado en varios proyectos: desde 2005 estoy asociado al Museo del Desierto, y estoy participando en varios proyectos que lleva el museo, por ejemplo, hay un proyecto que se llama Dinosaurio de la región desierto de Coahuila, en el cual más o menos cada año hacemos una temporada de campo, y ha dado muy bueno resultados, ya que hemos descubierto dinosaurios como el dinosaurio acorazado, el cocodrilo gigante Deinosuchus y ahora el dinosaurio Yehuecauhceratops mudei.
AIC: ¿Cómo ha evolucionado la paleontología desde que iniciaste?
JRGG: En cuestión de formación es más sencillo, porque si un chavo quiere ahorita ser paleontólogo, hay más instituciones en las que te puedes formar.
Lo que también favorece hoy en día es que las universidades tienen convenios con universidades de otras partes del mundo, entonces si realmente tienes el interés, puedes hacer posgrados en Estados Unidos y Europa sin tantos problemas.
AIC: ¿Qué tanto trabajo paleontológico se hace en México?
JRGG: Paleontología se hace solamente en ciertas instituciones, sigue estando muy centrado en la Ciudad de México porque ahí tenemos la universidad más grande, que es la UNAM, en el Instituto de Geología, hay un museo de geología, un museo de paleontología.
También está el Instituto Mexicano del Petróleo, donde también hay investigadores en paleontología que se dedican a la cuestión económica de la paleontología, que es otra rama distinta de la investigación básica. Un paleontólogo económico lo que hace es analizar las muestras que toma de los barrenos petroleros, se analizan, y con base en los organismos que encuentra ahí, puede decir si hay petróleo o no hay petróleo más abajo.
AIC: ¿Hay oportunidades de explotar más la paleontología en el país?
JRGG: Sí, fósiles hay muchísimos, y sitios paleontológicos en todos los estados de la república existen, lo que falta, por un lado, como no hay oportunidades muy claras de trabajo para los muchachos que salen de geólogos o biólogos, no hay muchos que quieran continuar dedicándose a paleontología, entonces hay poco recurso humano disponible.
Y, por otro lado, las instituciones tampoco han abierto espacios para que se puedan formar o contratar estos paleontólogos, entonces se convierte en un círculo vicioso.
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