Eduardo Lazcano Ponce: la salud pública como un movimiento social
Por Carmen Báez
Ciudad de México. 30 de mayo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- A temprana edad, Eduardo Lazcano Ponce, hoy investigador y director adjunto del Centro de Investigación en Salud Poblacional (CISP) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), tuvo una fuerte convicción por el compromiso social, razón por la cual decidió ser médico.
Para el especialista en medicina familiar, la salud pública representa un movimiento social en el que convergen diversas áreas del conocimiento, fundamental para la toma de decisiones y para mejorar en gran medida la calidad y la esperanza de vida de la sociedad. Es en esta rama de la ciencia en la que Lazcano Ponce ha desarrollado, con el invaluable apoyo de sus colaboradores, estrategias innovadoras.
Entre sus aportaciones, el doctor en epidemiología ha contribuido a la innovación de políticas poblacionales de prevención primaria y secundaria de cáncer en la mujer, actualmente implementadas por la Secretaría de Salud. Destacan la introducción de una prueba primaria de detección de ADN de virus del papiloma humano (VPH) para la identificación temprana de cáncer cervical y la propuesta de esquemas alternativos de vacunación contra el VPH en menores de 15 años; esta última es hoy una práctica recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel global.
Por sus contribuciones científicas en 2015, el también miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), recibió el Reconocimiento al Mérito Estatal en Investigación (Remei), otorgado por el gobierno del estado de Morelos, donde actualmente radica.
Durante el mismo año, Eduardo Lazcano recibió el Premio Aida Weiss en la categoría Trayectoria Científica, un reconocimiento que instituyó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a través del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS); asimismo, la Universidad Autónoma de Nuevo León lo reconoció con la medalla "José Eleuterio González" por su contribución en el área de la salud y en beneficio de la sociedad.
También en ese año recibió el premio que otorga la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM) al mejor trabajo publicado en investigación clínica y, finalmente, el grupo de investigación que coordina obtuvo el premio que concede la Coordinación de Institutos Nacionales de Salud en su reunión anual al mejor artículo publicado en el área de epidemiología.
Medicina para el bien común
Eduardo Lazcano Ponce creció en una etapa económica difícil para los habitantes del municipio del que es originario: Atlixco, una región que originalmente fue considerada la perla industrial del estado de Puebla.
A temprana edad fue testigo de cómo sus compañeros de la escuela, amigos y una gran proporción de la población local emigraba a Estados Unidos debido a la falta de oportunidades en su tierra natal. Con la visión y convicción de quien desea contribuir con el bienestar de su comunidad, Lazcano Ponce se propuso incidir en los indicadores de salud de la región y así ayudar a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
“Crecí en un entorno en donde el común denominador era la inequidad social, con la imperiosa necesidad de trascender para modificar estructuras sociales anquilosadas, pero convencido de que, con intervenciones poblacionales, se incide en el bien común de las personas que nos rodean. En la interacción del día con la población, donde se produce una enorme empatía, se identifica esta necesidad de mejorar su calidad de vida. Entonces me interesé en estudiar medicina, un poco para tratar de dar respuesta a las múltiples carencias que tiene gran parte de la población vulnerable”, comparte.
Con esta motivación y el compromiso social que representó su iniciativa, estudió medicina en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), donde obtuvo el título de médico cirujano. Posteriormente, como especialista en medicina familiar, dirigió una Unidad Rural de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la localidad de Nanacamilpa, Tlaxcala.
Firme con su compromiso, Eduardo Lazcano Ponce dirigió esta clínica con ideas transformadoras: organizó la primera feria de la salud del estado de Tlaxcala, desarrolló estrategias de vinculación comunitaria para la detección temprana de enfermedades transmisibles y no transmisibles. Uno de sus compromisos fue empoderar a las comunidades marginadas y rurales en temas de salud.
Con el objetivo de mejorar profesionalmente, el también miembro de la ANMM estudió la maestría en ciencias en la UNAM y posteriormente el doctorado en epidemiología en el INSP. El objetivo central de su formación académica fue obtener las competencias para desarrollar intervenciones que eliminaran la inequidad en salud con perspectiva poblacional: “Utilizar el método científico nos permite generar el conocimiento necesario para la pertinencia de la toma de decisiones”, dice.
“Durante mucho tiempo existió el debate sobre si la salud pública podía ser considerada una ciencia. Hace solo algunas décadas el desarrollo de la investigación nacional en esta área era todavía marginal; de hecho estaba muy estigmatizada. Hoy en día, la práctica de la investigación en la salud pública se ha transformado y se reconoce su enorme valor para generar el bien común. Actualmente, la comunidad científica la considera un área fundamental, no solo para el desarrollo del conocimiento, sino particularmente para la toma de decisiones”, manifiesta.
Investigación en cáncer cervical
Una de las líneas de investigación de Eduardo Lazcano es la prevención y el control del cáncer cervical y de mama. Durante su formación profesional tuvo la oportunidad de realizar una estancia como profesor visitante en la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la OMS en Lyon, Francia.
“Tuve la fortuna de interactuar con algunos de los mejores exponentes del conocimiento de los factores que se asocian al cáncer y a las estrategias que se ponen en práctica para la prevención de las mismas: las interacciones nacionales e internacionales me han dado la pauta, a lo largo del tiempo, para desarrollar diversas iniciativas en forma colaborativa, para tratar de desarrollar hipótesis creativas y para tener la ambición de innovar en la prevención primaria y secundaria del cáncer cervical. Lo más importante es tener lealtad a nuestros principios, a nuestras instituciones que nos albergan y nos brindan una invaluable membresía. La investigación es colaborativa, quien no forma parte de un grupo tiene escasas posibilidades de éxito y desarrollo profesional”, destaca.
Con 25 años de adherencia al INSP, tanto Eduardo Lazcano Ponce como el grupo de investigación en que participa, es considerado líder internacional en las nuevas estrategias de prevención y control del cáncer cervical —actualmente enfocados en el estudio de biomarcadores de triaje en mujeres VPH positivas— y también en la búsqueda de estrategias de reducción rápida del peso de enfermedad, como las de tamizar con ADN de VPH y vacunar contra VPH a mujeres adultas.
Estudio Frida
Por ahora, el grupo de investigación en que participa el doctor Lazcano Ponce desarrolla un estudio prospectivo de triaje en cerca de 100 mil mujeres del estado de Tlaxcala, con el fin de identificar biomarcadores que tengan el mejor valor predictivo para identificar a las mujeres que tendrán el mayor riesgo de sufrir la enfermedad. Este permitirá derivar a una mejor complementación diagnóstica y tratamiento a las mujeres que desarrollarán lesiones de alto grado y cáncer cervical.
“Estamos planeando estrategias innovadoras sobre cómo abatir la enfermedad del cáncer cervical combinando en mujeres adultas el tamizaje con técnicas de detección primaria. La comunidad científica internacional espera con muchas expectativa los resultados del estudio Frida (que no es un acrónimo, pero sí un nombre representativo de las mujeres mexicanas)”, comenta el especialista.
Trascendencia profesional
Pero detrás del éxito profesional de Eduardo Lazcano, hay un camino de esfuerzo y constancia: “Para lograr un desarrollo personal es fundamental el apoyo familiar, es lo que te permite impulsarte y tratar de lograr grandes metas”, dice.
La madre del doctor Lazcano fue la encargada de la Biblioteca Municipal de Atlixco durante más de 30 años. Esto permitió que, durante su infancia, él se aficionara por la lectura, un elemento pilar en su formación. “Eso fue muy importante porque incursioné en una área fascinante: los libros”.
La mayor pasión de Eduardo Lazcano es su familia, seguida del gusto por la gastronomía, el deporte y la lectura. Por último, el investigador asegura que “la trascendencia académica y científica no llega como un simple regalo de la vida; es un premio que debe conquistarse con tenacidad, honestidad y perseverancia; los frutos siempre llegarán con estos atributos”. Para el doctor Lazcano, “la máxima satisfacción es la devoción de aprender para servir”, concluye.
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